El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
¿Quién puede darnos razón de la desenfrenada sinrazón en la que el mundo está sumido?
‘Mejor es un bocado seco y en paz, que casa de contiendas llena de provisiones.’ (Proverbios 17:1).
Al dejar la ley se constituye otra ley, la que los impíos representan y promueven.
Si por algo se caracteriza la sociedad actual es por la profusión de palabras concebidas para hacer daño, ya sean orales o escritas.
Proverbios, habla de otra manera y tiene, entre otras, la palabra reprensión como método pedagógico que es preciso emplear siempre que haga falta.
Se vive cabalgando sobre nubes, soñando que son sólidas rocas, hasta que, en un momento dado, la realidad abruptamente nos despierta.
La lengua hebrea acude repetidamente a términos como corazón y riñones para aludir a las disposiciones, pensamientos y deseos, es decir, a lo que tiene que ver con lo profundo de la personalidad.
Un pueblo es reprobable, sea el que sea, cuando el pecado prevalece en su vida pública, en sus leyes, en sus costumbres, en su manera de pensar, en sus relaciones con otros pueblos.
Aunque parece que hay una ventaja inmediata en evitar la batalla que supone la adversidad y la prueba, a la larga, el resultado de la actitud del mínimo esfuerzo siempre será ir a menos.
La palabra ‘mucho’ es bien indicativa de la abundancia que contiene lo que aparentemente es carente, pues no sólo hay lo justo sino que hay excedente.
Dios quiso remachar lo que ya dijo una vez, para que no lo olvidáramos. Todo buen maestro conoce la importancia que tiene la repetición, para que la lección penetre.
La insensatez no es una deficiencia mental sino moral; no se trata de un mal cerebral o neuronal sino espiritual.
La comparación con otros es una de esas maneras de racionalizar, al exagerar las faltas ajenas y minimizar las propias.
La Biblia tiene su propia colección de tweets, a la cual se le puede denominar los tweets de Dios.
Suponiendo que hubiera un cambio de mentalidad de una economía para consumir a una economía para vivir, a todo lo más que se llegaría es a paliar los efectos nocivos que hemos desencadenado sobre nuestro entorno.
El tiempo cronológico, pues, nos obliga a posicionarnos sobre el sentido que le damos a nuestra existencia.
Dicen que los efectos del cambio climático se pueden corregir todavía y otros que no. Sin embargo, el cambio paradigmático se presenta como un avance y un progreso.
Hay un trastorno en el alma humana, que la prosperidad material no puede curar.
¿No hay, igualmente, una relación directa entre desorden y sexo, que desemboca en muerte?
Toda planta, tiene sus ramas, que son los pámpanos, los cuales ‘están colgados’ de la vid. Si tales pámpanos no ‘están colgados’ de la vid, no sirven para nada, porque, por sí mismos, no pueden dar fruto.
El compromiso requiere esfuerzo y sacrificio, palabras mayores que demandan entrega y renuncia.
La solución para la pervivencia del símbolo y la nación no pasaba por remedios engañosos, sino por una dolorosa, pero saludable, cirugía que suponía extirpar del corazón.
Caminar con alguien supone andar en la misma senda y la senda en la que Noé caminó fue la senda de Dios.
Los cristianos debemos darle la vuelta al lema: Lo que es nuestro, queremos que sea del mundo, en el sentido de que lo que es nuestro, el evangelio, queremos que sea del mundo.
La del evangelio es una luz increada y creadora, la cual puede ser llamada la Luz por excelencia.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.