domingo, 28 de abril de 2024   inicia sesión o regístrate
 
Protestante Digital

 
Juan Antonio Monroy
 

Séfora, furiosa con Moisés

La verdadera causa de la separación entre Moisés y Séfora fue una discusión religiosa.

ENFOQUE AUTOR Juan Antonio Monroy 01 DE ENERO DE 2020 08:30 h
Séfora en uno de los detalles del cuadro La juventud de Moisés, de Sandro Botticelli. / Wikimedia Commons

La vida de Séfora desprende una gran lección para todos los cristianos, hombres y mujeres. Una persona soltera, varón o hembra, realmente convertida a Cristo, no debería contraer matrimonio con otra que no comparta su misma creencia y fe.



Así comienza la historia.



Moisés, encumbrado en Egipto, observa un día a un egipcio apaleando a un hebreo. La sangre judía desde el vientre de la madre le enardece. Tanto, que pierde el control. “Mirando a todas partes, y viendo que no aparecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena (Éxodo 2:12). Se descubre el crimen. Llega hasta oídos del Faraón y éste decreta la pena de muerte contra Moisés (Éxodo 2:15). Para evitarlo, huye de Egipto. Se extravía en el desierto. Rendido del camino se duerme al pie de un monte. Descansado, prosigue viaje. Llega al país de Madián, no lejos de Egipto. Los madianitas eran descendientes de Ismael, hijo de Agar, una de las concubinas de Abraham, pues según Génesis 25:6 el patriarca tuvo varias. A la entrada de la ciudad Moisés descansa junto a un pozo. Llegan Séfora y sus seis hermanas. Iban a sacar agua para dar de beber a las ovejas. Séfora recuerda aquí a Rebeca y a Raquel. Llegan pastores de la región que pretenden echar del pozo a las jóvenes. Moisés interviene y los pastores abandonan.



Va alumbrando el amor, que jamás ha sido ciego.



Séfora pide a su salvador que las acompañe a su casa. Las siete eran hijas del príncipe y sumo sacerdote de Madián, de nombre Jetro. La hija refiere al padre la historia del pozo. Jetro le propone que permanezca allí trabajando para él. Moisés acepta. Ocurre lo que tenía que ocurrir. El amor que alumbraba, nace, crece, se apodera de ambos corazones. Moisés contrae matrimonio con Séfora, la tierna y graciosa madianita que había elegido. Ella se considera dichosa en tener como esposo al valiente hombre que la protegió en el pozo.



Pasan muchos años.



El niño liberado de las aguas del río, el joven educado en toda la sabiduría de los egipcios, el hombre que habitó el palacio de Faraón, gobernando junto a él, queda reducido a pastor de ovejas que trabaja a sueldo para su suegro Jetro.



Un día llega el milagro y surge el misterio.



Aquél día había conducido el rebaño de ovejas hasta las faldas del monte Horeb. De repente una viva y suave voz sale de en medio de una zarza. La zarza ardía en fuego, pero no se consumía. Se acercó a ver qué era aquello. De en medio de la zarza vuelve la voz. Hablaba Jehová. Hablaba con esa voz fatídica que resuena en el fondo de la conciencia nuestra, de los seres humanos.



¿Qué quería Jehová de Moisés?



Mucho. Que regresara a Egipto, se enfrentara al Faraón que lo buscaba para matarlo, que hablara con el pueblo judío, que lo sacara de aquella tierra y lo acaudillara hacia una nueva tierra donde fluía leche y miel.



Demasiado. En ocasiones Dios nos pide imposibles.



Aún temblando, Moisés acepta el cargo, la carga que se le acababa de imponer.



Habla con el suegro, habla con la esposa, y les dice que debe ir a Egipto. Jetro lo lamenta, Séfora lo acepta de mala gana. Tomando a su mujer y a sus hijos los monta en jumentos y se encamina al país al que tanto debía.



Aquí entra Séfora.



Poco después de iniciado el viaje, Séfora abandona y regresa a Madián.



¿Por qué?



Mentira me parecen a mí las razones que algunos comentaristas del Éxodo invocan para explicar el incidente.



Dicen unos que Séfora no se sentía con fuerzas para seguir el largo viaje.



Dicen otros que Moisés provocó la deserción porque quería estar sin ataduras familiares ante lo que tenía que enfrentar en Egipto.



Ni unos ni otros entran en el motivo auténtico que provocó la escapada de Séfora.



La verdadera causa fue una discusión religiosa.



Jehová había impuesto la circuncisión. Dijo a Abraham: “Este es mi pacto. Será circuncidado todo varón de entre vosotros. Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio. De edad de ocho días será circuncidado todo varón” (Génesis 17:10-12).



Séfora no era hebrea, practicaba culto a los astros, del que el padre era sumo sacerdote. A ella no le afectaba el mandamiento de Jehová en torno a la circuncisión.



Moisés sí, él era hebreo, al igual que sus padres biológicos. Aunque criado en palacios paganos, el judaísmo estaba muy arraigado en él.



Eliezer, hijo menor de Moisés, no había sido circuncidado, tal vez por influencia de la madre. 



Entonces, camino de Egipto, ocurre algo por parte de Dios que a mí me deja atónito. Lo acepto porque está en la Palabra y punto en los labios y cerrojo en la mente: “En el camino, en una posada, Jehová le salió al encuentro y quiso matarlo” (Éxodo 24:4). No creo yo que Jehová llegara a matar al hombre al que había elegido para una empresa superior a las fuerzas humanas. Creo que Jehová quería simplemente manifestarle su descontento por no haber circuncidado a Eliezer.



Moisés decide hacerlo. Séfora se opone. El la obliga, entendiendo que el mandato de Dios es superior a la voluntad y al enfado de una mujer. Séfora se rinde y acepta. Pero enfurecida toma un cuchillo de piedra y sin anestesia, ella misma circuncida al hijo. Rabiosa, coge en sus manos el prepucio del hijo y lo arroja a los pies de Moisés en tanto le grita: “Tú me eres un esposo de sangre” (Éxodo 4:25), aludiendo a la sangre vertida por Eliezer en el proceso de la circuncisión.



Fue el final. A raíz del incidente el matrimonio se separa. Ella vuelve con su hijo a Madián y él continúa camino de Egipto.



Moisés queda solo. Se encontraba frente a un gran desafío. Y cuando más la necesitaba, ella decide abandonarlo. Porque la amaba, puedo imaginar el dolor que debió sentir, con el corazón partido, cuando leo en el texto inspirado: “Así le dejó luego ir” (Éxodo 4:26).



Utilizo la historia de Moisés y Séfora para advertir en contra de los matrimonios mixtos. En el capítulo 6, versículo 14 de la segunda carta que Pablo escribió a los miembros de la Iglesia en Corinto, les dice: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos”. Otras versiones traducen “infieles”. Incrédulos o infieles, el apóstol alude a los que profesan doctrinas distintas. Un cristiano o una cristiana que hayan nacido de nuevo en Cristo no deberían contraer matrimonio con una persona que profese doctrinas diferentes a las suyas.  Además de no ser bíblico, supone un riesgo en la convivencia diaria.


 

 


0
COMENTARIOS

    Si quieres comentar o

 



 
 
ESTAS EN: - - - Séfora, furiosa con Moisés
 
 
AUDIOS Audios
 
La década en resumen: teología, con José Hutter La década en resumen: teología, con José Hutter

La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.

 
Intervalos: Disfruten de la luz Intervalos: Disfruten de la luz

Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.

 
2020, año del Brexit 2020, año del Brexit

Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.

 
7 Días 1x08: Irak, aborto el LatAm y el evangelio en el trabajo 7 Días 1x08: Irak, aborto el LatAm y el evangelio en el trabajo

Analizamos las noticias más relevantes de la semana.

 
FOTOS Fotos
 
Min19: Infancia, familia e iglesias Min19: Infancia, familia e iglesias

Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.

 
X Encuentro de Literatura Cristiana X Encuentro de Literatura Cristiana

Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.

 
Idea2019, en fotos Idea2019, en fotos

Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.

 
VÍDEOS Vídeos
 
Héroes: un padre extraordinario Héroes: un padre extraordinario

José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.

 
Programa especial de Navidad en TVE Programa especial de Navidad en TVE

Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.

 
Primer Congreso sobre infancia y familia, primera ponencia Primer Congreso sobre infancia y familia, primera ponencia

Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.

 
 
Síguenos en Ivoox
Síguenos en YouTube y en Vimeo
 
 
RECOMENDACIONES
 
PATROCINADORES
 

 
AEE
PROTESTANTE DIGITAL FORMA PARTE DE LA: Alianza Evangélica Española
MIEMBRO DE: Evangelical European Alliance (EEA) y World Evangelical Alliance (WEA)
 

Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.