El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Contrariamente a la situación de la mujer en aquél mundo, sometida a la voluntad del marido, la de Proverbios es una mujer independiente, liberada. Una mujer de fuerte carácter.
Las pantallas táctiles han potenciado el alcance y la capacidad del mundo de la pornografía, de manera que estamos ante un torrente de obscenidad devastador.
La palabra esperanza en la lengua española está directamente relacionada, por la vía del latín, con la palabra esperar, de ahí que la esperanza esté determinada por lo que se espera.
Dios contempla a los humildes, a quienes están despojados de sí mismos, de sabiduría propia, de fuerza personal y de dignidad adquirida.
La venida del Hijo de Dios al mundo supone el cumplimiento de los deseos más preciados. Los justos se gozan en el otorgamiento por Dios de lo que habían estado aguardando.
En la Biblia encontramos varios casos en los que distintos personajes se mueven con el propósito de destruir a quien consideran su adversario.
Tanto a la larga como a la corta, el irresponsable perezoso provocará fastidio en quienes han depositado algún tipo de confianza en él.
En la Biblia se habla de las ortigas en relación a las haciendas en ruinas y a los campos abandonados.
Con el paso del tiempo y con total seguridad, será factible no sólo afirmar que no es malo lo malo sino que lo malo es bueno. Es el discurso que tergiversa la realidad.
No darle culto es robarle al Hacedor el derecho legítimo que tiene a recibirlo. Es desafiarlo.
¿Cómo puede ser que lo imposible sea posible? La respuesta está en que una confianza excesiva en el privilegio puede venir acompañada de una subestimación de las posibilidades ajenas.
El engrandecimiento de una sociedad se debe a la bendición de los rectos, cuya beneficiosa acción se nota en lo que hacen.
El mal moral es una realidad más siniestra todavía, estando compuesto de dos elementos, dos átomos, por así decirlo, como son la maldad y el daño.
Si hay una demostración evidente de que la vieja y seductora promesa de la serpiente, ‘seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal’, se ha hecho realidad, es esta irreprimible propensión judicial que tenemos.
Lo que comenzó pareciendo una liberación, se convierte en una degradación, bajo la sutil fascinación de la promesa de progreso y avance.
Hay otra clase de muro que es mucho más importante que los hechos de piedra y es el muro espiritual y moral que ha de circundar el corazón.
Cuando las palabras van muy por delante de los hechos, esa misma descompensación se convierte en un auténtico problema.
Si es razonable aceptar unos mandamientos ¿no será más razonable aceptar los otros Mandamientos? Si en unos nos va la salud y la vida, en los otros nos va también la salud y la vida, pero en una dimensión infinitamente mayor.
Ya sea en la época que sea el dinero es lo que importa y hacerse rico lo primordial.
Es fácil que la avaricia acabe haciendo acto de presencia y el ansia de ganar más de lo que es justo se convierta en el objetivo deseable.
El necio suele creer que sabe lo suficiente, paradójicamente. El sabio solo sabe que lo que conoce es una ínfima parte de lo que debería.
La búsqueda de la gloria no se queda limitada a los antiguos, pues tal búsqueda late en el corazón humano en cualquier tiempo.
Aunque es uno el corazón, sus pensamientos se cuentan por cientos y miles, de manera que dilucidar cuál es el mejor, el bueno o el correcto es ardua tarea.
Como los pulmones necesitan oxígeno para respirar, así el que hace lo malo necesita al que difunde el mal discurso, para continuar haciendo lo que hace.
La presencia, en el entorno de la política, del malo, que tiene por divisa hacerse con el poder para usarlo en sus malvados designios, es una amenaza a la justicia.
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