El tweet de Dios sobre la remuneración de la maquinación

La palabra maquinación procede del latín, teniendo la misma raíz que la palabra máquina, pero mientras la segunda con el paso del tiempo ha llegado a denotar un artefacto fabricado, la primera tiene que ver con un artificio ideado. La máquina es una entidad física, mientras que la maquinación es una entidad inmaterial, aunque tanto para la una como para la otra sea necesario pensar. Pero la maquinación no es un artificio moralmente neutro, sino que el término ha adquirido un tono siniestro, de ahí que maquinación sea sinónimo de ardid, de estratagema. Por tanto, el corazón que maquina es un corazón que piensa hacer mal, tomándose el tiempo necesario para planificar bien su trama y organizándola hasta el más mínimo detalle, a fin de lograr su objetivo, que es dañar a otros.

En la Biblia encontramos varios casos en los que distintos personajes se mueven con el propósito de destruir a quien consideran su adversario y al tener todo el poder en su mano pareciera que se saldrán con la suya, especialmente porque su objetivo es presa fácil y débil.

Por ejemplo, está el caso de Saúl, quien, en su obsesión por matar a David, urdió un plan que, a primera vista, parecía beneficioso para éste, aunque en realidad escondía un maligno designio, consistente en que le daría su hija por mujer si le traía cien prepucios filisteos, esperando de esta manera que cayera en manos de ellos. Sus involuntarios aliados los filisteos, fueron los instrumentos que Saúl empleó para querer eliminar a David.

Igualmente, está el caso del rey Acab, quien yendo en alianza con Josafat contra los sirios, se disfrazó para no ser reconocido por éstos, pero pidió a Josafat que se pusiera su atuendo real, evidentemente para que a él sí le reconocieran y le atacaran. El plan parecía perfecto para Acab y desastroso para Josafat.

También está el caso de Amán, quien, habiendo llegado a la cumbre del poder durante el imperio persa, se propuso destruir al judío Mardoqueo y, además, a todo su pueblo. Para ello recurrió a la suerte, a fin de escoger la fecha propicia para cometer su maldad, preparando igualmente una horca en la que colgar a Mardoqueo. El mismo monarca persa apoyaba a Amán, así que ¿quién impediría que se saliera con la suya?

Pero lo que el rey Saúl, Acab y Amán no podían imaginar es que existe una ley boomerang, consistente en que lo que uno lanza, es lo que recibe de vuelta. O una ley de siembra y cosecha, según la cual se recoge lo que se ha sembrado. Y de esa manera, las maquinaciones que estos tres personajes proyectaron se volvieron en su contra. Saúl, el hombre que quiso usar a los filisteos para acabar con David, terminó él mismo acorralado por los filisteos, quienes le cortaron la cabeza y colgaron su cuerpo como trofeo de guerra. Acab, el hombre que quiso ampararse en la ventura del disfraz, acabó herido mortalmente por una flecha lanzada a la ventura, que fue a dar exactamente entre las junturas de su armadura. Amán, el hombre que echó suertes para fijar la fecha idónea para exterminar a los judíos, en realidad fijó la fecha de la liberación y fiesta de éstos. Y este hombre, que tenía la horca preparada para Mardoqueo, acabó colgado en ella.

Estos tres ejemplos muestran que las esferas del poder son proclives para urdir maquinaciones, porque el poder y la ambición por el mismo desatan todo tipo de bajas pasiones, odios, envidias, sospechas y obsesiones malignas, lo cual es terreno fértil para elaborar conjuras e intrigas. 

Hay un tweet de Dios que dice lo siguiente: ‘El que cava foso caerá en él; y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá.’ (Proverbios 26:27). Naturalmente, este texto no se refiere a cavar un hoyo o remover una piedra sin más, sino que es una ilustración para presentar dos maneras en las que alguien está tendiendo una trampa a otro. El foso está muy bien disimulado, de forma que la víctima no percibe el peligro, hasta que ya es demasiado tarde. La piedra se rueda a fin de que caiga y sorprenda fatalmente a quien se quiere dañar. En ambos ejemplos hay una flagrante intención malvada, siendo necesaria una maquinación para meditar, calcular y preparar la acción. Y todo pareciera indicar que el hacedor de tales artimañas conseguirá su propósito. Pero el tweet continúa diciendo que quien se dedica a tal menester, acabará siendo víctima de lo que ha pensado hacer a otros. El perverso artificio se vuelve en contra de su autor. ¡Quién iba a decírselo, que el arma que ha forjado le va matar a él!

Hoy, como ayer, en los ámbitos del poder, hay quienes están dedicados a preparar cuidadosamente astutas maquinaciones, a fin de destruir al adversario. Todo su esfuerzo y empeño está centrado en un solo pensamiento, que ofusca su mente y ciega su razón. Pero hoy, igual que ayer, como este tweet de Dios señaló hace treinta siglos, la ley boomerang y la ley de la siembra y la cosecha terminarán consumando su ciclo. Tiempo al tiempo.