El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Nuestra mayor frustración tiene que ver con la necesidad de encontrar un sentido en la vida.
El dinero es lo más falso que existe: si confiamos en él, toda nuestra vida estará llena de problemas.
No tengas miedo a amar y perder. El mayor peligro es no haber amado nunca.
Uno de los problemas en el día de hoy tiene que ver con la imaginación y la creatividad; puede que la iglesia no haya sabido estar a la altura de los tiempos.
Si no ardemos al conocerlo a Él jamás nos entusiasmaremos por nada.
De la humildad de quién quiere aprender, surge la belleza de la vida. De la arrogancia del que lo sabe todo y lo merece todo, sólo se cosechan momentos difíciles.
Dependemos demasiado de las circunstancias y de nuestros sentimientos hacia ellas.
Si somos sabios dejaremos de quejarnos; si somos necios continuaremos quejándonos y buscando culpables.
Esa es la clave de la modernidad, satisfacer nuestra ambición de tenerlo todo, o al menos tener más que los que nos rodean.
Buscar nuestra propia satisfacción siempre, es vivir de una manera desgraciada.
Tenemos que aprender a luchar por quienes amamos.
Los que tuvimos el privilegio de conocerle, no dejamos de admirar su cariño y su pasión por el Señor Jesús.
¡A veces incluso no hay mucha diferencia en el comportamiento entre un creyente y un no creyente! Da la impresión de que todos buscan lo mismo: el dichoso dinero.
Es curioso cómo despreciamos las situaciones más sencillas mientras nos pasamos la vida esperando una acción extraordinaria. Olvidamos que lo trascendental vive dentro del día a día.
Olvidamos que Él no está atado al tiempo ni al espacio, así que puede ocuparse de todas sus creaturas.
Podemos expresar vida con nuestras palabras, o llenar de violencia a los que nos rodean con cada expresión que sale de nuestra boca.
Me siento tranquilo sabiendo que, no solo mi futuro, sino también toda mi vida está en las manos de Dios.
Dios es el médico del alma que jamás se equivoca, el especialista en curar y restaurar.
Porque esas situaciones imposibles que se vencen, no son tan milagrosas por su improbabilidad, sino porque nadie antes había creído que podrían realizarse.
El mundo gira en torno a los pensamientos y los deseos de Dios, porque esos pensamientos y deseos son de bien para toda la humanidad.
Necesitamos pasar tiempo examinándonos a nosotros mismos. Reflexionar sobre lo que estamos haciendo y lo que está sucediendo en nuestra vida.
Tarde o temprano todos pasamos por situaciones difíciles, así que debemos recordar algunas de las lecciones más importantes.
Hoy vivimos un cristianismo que se esconde en el lujo y la apariencia porque sólo busca el éxito y la grandeza.
Todos tenemos siempre la posibilidad de escoger lo que tenemos dentro de nosotros, lo que permitimos que salga de nuestro corazón.
Sólo quien ama puede perdonar de verdad. Cualquier otra decisión tomada con una motivación diferente, simplemente nos lleva a “componendas” que tarde o temprano se vienen abajo
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