Condición no permanente

Luz Casal es una cantante gallega que ha logrado tener un lugar destacado en la historia del pop español, sobre todo después de gran éxito Piensa en mí, una canción realmente enternecedora. Durante su carrera musical hubo un momento muy complicado porque el cáncer atacó su salud, pero afortunadamente pudo vencerlo. En una entrevista para El país semanal, decía después de haber pasado la enfermedad. “Se canta y se escribe mejor después de una herida".

A veces las heridas pueden ser una bendición, todo depende de nuestra reacción a las circunstancias y no sólo la manera de enfrentarlas, sino también cómo las curamos. En nuestra tierra, Galicia, tenemos todos los veranos muchos problemas con los incendios forestales: los estudiosos explican que la gran mayoría de ellos son intencionados por personas crueles con motivaciones absurdas. No voy a entrar en ese tema ahora, pero sí me gustaría destacar la reacción de la naturaleza a ese ataque furibundo del fuego.

Siempre me impresiona recorrer los lugares por dónde el fuego ha pasado, y comprobar como muchos de los árboles no son destruidos, sino que siguen en pie, a pesar de estar quemados. Los ves completamente tintados de negro y aparentemente sin vida, pero de pronto llegan las primeras lluvias de Septiembre y los troncos y las ramas reverdecen, y el suelo comienza a cubrirse de color otra vez… la naturaleza se empeña en enseñarnos que nada puede destruirla por completo. 

Lo mismo nos sucede a nosotros, a veces estamos quemados, sufriendo debido a enfermedades o atravesando un dolor extraordinario; en otras ocasiones esclavizados por el trabajo, despreciados en muchos lugares, sin que las personas den importancia a nuestro honor, o peor aún ¡nos humillan sin razón! Pero Dios nos hace vivir de una manera diferente: con su lluvia de amor comienza a restaurarlo todo, de tal manera que podemos sentirnos destruidos por fuera pero sabemos que nada ni nadie puede derrotar nuestro corazón. Tarde o temprano nuestra alma reverdece y todos pueden comprobar como volvemos a brillar. Aprendemos a cantar aún mejor después de las heridas.

Así es nuestro Padre celestial, Él es el Dios de los humildes, de los despreciados, de los heridos, de los que no tienen nada, de los que se sienten indignos o creen que la vida no tiene sentido ¡El es nuestro Dios! Su palabra lo expresa de una manera sublime: “Felices los que en ti encuentran ayuda.... cuando pasen por el valle de las lágrimas lo convertirán en manantial y aún la lluvia lo llenará de bendiciones... .irán sus fuerzas en aumento” (Salmo 84:5-6-7). Todo lo que Dios permite en nuestra vida jamás puede destruirnos ¡todo lo contario! Nos hace reverdecer. Nos restaura para que volvamos a dar fruto, desde dentro de nosotros mismos y para los demás. 

En dónde estamos, la hierba vuelve a crecer aunque todo se haya quemado. Puede que en ocasiones me veas cubierto de cenizas, pero esa no es mi condición permanente ¡Dios hace que mi vida vuelva a brillar una y otra vez!