El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El maltrato es un comportamiento que contradice todo cuanto se prometió ante Dios y ante el juez. Un delito delante de Dios y delante de los hombres.
En nuestra sociedad sigue habiendo almas hambrientas y sedientas de verdadera vida, presas de distintas esclavitudes y con falta de perdón y de paz.
La codicia dentro del pueblo de Dios podría estar tan presente, que nos asombraríamos nosotros mismos de lo poco que conocemos nuestro propio corazón.
El acto de consolar no es fácil. Hace falta una buena dosis de sensibilidad y de sabiduría.
Quizás nuestros descendientes tendrán el privilegio de ver una España mejor que la que la que nosotros tenemos ahora. Pero todo dependerá de lo que les enseñemos a nuestros hijos y nietos.
La Revelación que hemos recibido de Dios a través de las Sagradas Escrituras es mucho más grande que nuestro propio entendimiento.
¿Desde cuándo se esperaba la venida del Redentor y Salvador? A esta pregunta respondemos que desde que el pueblo de Israel tenía conciencia de la Revelación de Dios.
El hecho de que Jesús predicara el amor de Dios no significaba que Él callara acerca de la verdad sobre cualquier tema esencial.
Aquellos a los cuales Dios envía como “socorristas” de otros, muchas veces vamos a estar necesitados de socorro.
Detrás de un corazón aparentemente duro se esconde un ser humano frágil, con una gran necesidad de luz y de verdad, de amor, de perdón y de esperanza.
Hoy día los mercaderes de almas siguen estando activos.
No deberíamos extrañarnos cuando se habla de “la corrupción de los políticos”, pero la realidad es que ellos nos devuelven la imagen de la sociedad en la cual se han criado y viven; es decir, la nuestra.
Hay padres que crían a sus hijos a base de “mimitos” y sin ninguna disciplina.
Cuando el gobierno de una iglesia, se basa en el “señorío” de los pastores, se está menospreciando a los miembros de la iglesia, su libertad y su voluntad y se les está faltando al respeto.
En el apóstol Pablo tanto la persona de Jesús como sus enseñanzas están desarrolladas de tal manera que, sin ellas, los evangelios se nos quedan inconclusos.
José M. Castillo contrasta a Pablo con Jesús, acusando al apóstol de ser influenciado por el gnosticismo. Un examen detallado del Nuevo Testamento contradice esta concepción errónea de la enseñanza apostólica.
José Mª Castillo dice que “el Dios de Pablo fue el Dios de Abrahán, no el Dios que se nos reveló en Jesús”. En este artículo analizamos la consecuencia de esta afirmación.
Suena tan bien lo de “centrar toda la atención en Cristo Jesús”, que muchos de los que así se llaman “protestantes” y/o “evangélicos” están aceptando y siguiendo esa línea, sin reparar en que, al hacerlo, al igual que aquel antiguo Marción se quedan con la mitad del Canon del Nuevo Testamento.
Estoy plenamente convencido de que es posible cierta degeneración a la hora de “hacer teología”; y, en el proceso, “apartar con injusticia” gran parte de las verdades reveladas en las Sagradas Escrituras.
La fe que enseñan las Escrituras incluyen varios aspectos que no deberíamos perder nunca de vista.
Con una idea más clara de lo que significan ambos términos, revelación e inspiración, encontramos un gran gozo en la lectura y estudio bíblico de la epístola a los Hebreos.
A menos que se entienda lo que es la fe, posiblemente nos quedemos en la puerta sin haber entrado a ese “universo” que Dios ha preparado para los que le aman.
Todo nuestro ser ha sido afectado por la obra y la presencia de Dios en el Espíritu.
La Biblia es el relato del testimonio de Dios que tomó la iniciativa en relación con la creación, la revelación, la salvación y la restauración de todas las cosas.
No es fácil ver el asunto de las diferentes iglesias y denominaciones sin la visión y el conocimiento que proporciona la madurez que con el tiempo se va adquiriendo.
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