El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Es el Adviento, tiempo de esperanza, tiempo de alguien que viene lleno de luz y resplandor capaces de iluminar y destruir todas las tinieblas.
El que nació en Belén, es capaz de cambiar mi lamento en baile, es capaz de con solo su presencia, llenar mi alma.
Experimentó bajo las estrellas una extraña sensación de feliz serenidad, un destello de nostalgia que la hizo detenerse y mirar hacia el cielo para descubrir en la oscura noche cómo en su vida nacía un halo de intensa luz.
Hay veces que, ante la ausencia de mesones abiertos y acogedores, tienen que meterse papeles de periódicos u otros similares debajo de sus ropas para evitar helarse.
Esta historia nos muestra también las inquietudes espirituales de una generación hambrienta de redención.
No caigamos en olvidos ni en dar la espalda a las violencias del mundo. Nunca debemos olvidar en Navidad estos otros tipos de violencia.
Cuatro semanas de Adviento que impregnan el calendario de esa fuerte expectación mesiánica que marca como todo un reguero bíblico.
En este primer Domingo de Adviento nos preparamos para celebrar con júbilo el arribo de la luz.
Cuando leemos el Evangelio de Lucas nuestra mente se activa, pero también nuestro corazón. Una lectura para el Adviento.
Todos tenemos cabida junto al pesebre, todos debemos estar allí para adorar al recién nacido, irrumpir radiantes de gozo ante su llegada.
Un análisis de la poesía del brasileño para adviento.
Su contribución fue especialmente enriquecedora, pues además de sus obras más reconocidas, entre 1999 y 2002 dio a conocer una serie de cuatro cuadernos bajo el título Culto-Arte. El primero de ellos es sobre Adviento, Navidad y Epifanía.
Según los datos publicados por Lifeway Research, cuando se habla de “cristianos activos” que sí afirman creer que Jesús existiera antes, la cifra solo alcanza el 63%.
Los autores de los evangelios canónicos vieron cumplidas en Jesús el Cristo las visiones mesiánicas de Isaías.
Vivir el espíritu de la Navidad implica el seguimiento de Jesús, vivir en el mundo encarnando los valores del Reino.
Toda la suma de nuestra esperanza como seres humanos finitos descansa en esa inmensa realidad que anuncia la temporada de Adviento.
En época de Adviento y aproximándonos a la Navidad, comprobamos la experiencia de un Dios que no puede dar la espalda al mundo porque es amor.
La Navidad enseña que solo Dios nos puede salvar, que no nos podemos salvar a nosotros mismos.
Nos recreamos de forma superficial en esos belenes, bueyes y mulas, sin entrar en la entraña del fuerte, duro e importante mensaje navideño.
Fue la entrañable y de corazón misericordia y compasión de Dios lo que objetivó el milagro de la encarnación que se anuncia en el tiempo de Adviento.
Es un clamor revolucionario para transformar el establishment y sustituirlo por el orden de cosas que proclamó Jesús como característico del Evangelio del Reino.
El Cántico de María no es un recital de pleitesía a los ricos de esta tierra, sino una crítica que intenta clamar por justicia.
El Adviento pone los cimientos de una gran revolución que nos hace estar exultantes de alegría. Cuando llegue su final e irrumpa la Navidad, el Nacimiento, se establecerá el reinado de Dios en la tierra y a los pobres será predicado el Evangelio.
No estaría mal que, este tiempo prenavideño de Adviento, lo convirtiéramos en un gran calendario del que vamos pasando hojas que nos aproximan a la llegada del Redentor.
La Iglesia Evangélica Alemana ha instalado un mercadillo con motivos navideños propios de la cultura germana en su templo, en el centro de la ciudad.
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