Adviento

Me siento aquí, no a ver la vida pasar, sino a observar las necesidades de los demás. No me embelesaré con los tantos escaparates llamativos, miraré el interior del corazón, ese dolor que te abate, esa tristeza que te hirió, las lágrimas que nadie supo secar.

[ads_google]div-gpt-ad-1623832500134-0[/ads_google]

Me llevaré tu sufrimiento y te regalaré una ilusión. Me tomaré una pausa, para respirar, tomar aire y un chocolate caliente, para ver más allá de las apariencias y lo superficial.

Me regalaré esos instantes para pensarte, aunque sé que ya no estás, aunque me faltes y sé que no regresarás, pero te sé tan cerca como el latido de mi corazón.

Me siento aquí, no de forma pasiva, procrastinando lo tanto por hacer, solo detendré el paso para descansar de los afanes, para descubrir lo importante de verdad.

No correré tras el desenfreno consumista, aprenderé a disfrutar de las cositas pequeñas, aprenderé a compartir, a descansar. Me asomaré a tu ventana para contemplar tus sueños y tus ilusiones, me sumaré a los peldaños para que puedas alcanzar las alturas de tus metas. O simplemente me sentaré a acompañar tu soledad, a escuchar tus tantas batallitas, las historias que has repetido cientos de veces y no te cansas de contar.

Me convertiré en ‘todo oídos’, oír se me da bien, no tanto hablar. Pararé las agujas del reloj para darte mi tiempo, detendré las horas y me convertiré en eternidad solo para escuchar.

Pariré una estrella brillante, daré a luz una esperanza y dibujaré los colores de la felicidad. Hoy me siento aquí para convertirme yo en Navidad.

Feliz adviento.

Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. -Is 7:14

[…] he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. -Mt 1:20-23

Mati Sanchiz Rodríguez

Recibe el contenido de Protestante Digital directamente en tu WhatsApp. Haz clic aquí para unirte