“...Y un niño pequeño los guiará”: Rubem Alves sobre el Adviento

La liturgia combina con el arte, la belleza y el misterio. Una parte nosotros la hacemos y la otra nos es dada. No quiero un Dios que comprenda, que sea del tamaño de mi pensamiento. Quiero un Dios mayor. Un Dios en quien pueda creer incluso sin entender.

R.A, “Apresentação”, en Culto-Arte. Celebrando a vida. Advento/Natal/Epifania

Una de las facetas menos conocidas de Rubem Alves, el genial teólogo y escritor brasileño, es la de liturgista. De entre las fuertes críticas que recibió al desarrollar su nuevo estilo escritural y de pensamiento destaca aquella en la que se le atacaba debido a que no se preocupaba por las tareas básicas de la iglesia. Mucha gente lo consideró como alguien pernicioso porque creían que leer sus artículos y libros confundían o trastornaban la fe de los lectores/as. Pero lo cierto es que su contribución fue especialmente enriquecedora, pues además de sus obras más reconocidas, entre 1999 y 2002 dio a conocer una serie de cuatro cuadernos bajo el título Culto-Arte, en los que reunió material diverso para todas las temporadas del calendario litúrgico (ver más aquí).

En el primero de ellos, sobre Adviento, Navidad y Epifanía, explica los motivos que lo llevaron a recopilar los textos alusivos a cada etapa litúrgica:

En una de esas noches, estábamos Luiz, Inês y yo en el Bar Dalí, una de esas cosas que inventé para dar placeres y sabores a mis amigos. Entre un gol y otro, conversábamos sobre las cosas bellas de la vida.

Y luego, la nostalgia, la saudade, prima hermana de la belleza se hizo presente y al hablar en saudade, recordamos aquellas liturgias que poco tuvimos —con pocas palabras, con olores, sabores y rodeadas de misterio. […]

Fue pensando en esas cosas maravillosas que hacen bien al alma que inventamos Culto-Arte, un regalo de Navidad para inaugurar el nuevo tiempo que ha de venir.[1]

Luego de la presentación un tanto institucional por parte del Centro Evangélico Brasileiro de Estudos Pastorais, Inês de França Bento, coordinadora del proyecto, escribió: “Culto-Arte. Celebrando a vida es un sueño antiguo que se vuelve realidad gracias a la solidaridad de los amigos y amigas de la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC) y de Vozes Editora. Está dedicado a quienes aman sin tener certezas, que creen, sin esperar nada a cambio, quen son apasionados/as por la misteriosa liturgia de la vida” (p. 11).

Después de la inclusión de cuatro textos poéticos litúrgicos de Carlos Alberto Rodrigues Alves, Luiz Carlos Ramos e Inês de França Bento, aparecen otros más formando con las letras iniciales de las secciones un acróstico, la palabra CULTO: Contemplación/Invocación; Unción/Confesión; Liturgia/Celebración; Texto/Meditación; y Oración/Bendición. Esto se repite también en las secciones correspondientes a la Navidad y la Epifanía.

El primero de los textos, del propio Alves, en la sección de Adviento, es el siguiente:

Qué bellos…

Cuán hermosos e infinitos son tus nombres, oh Señor Dios.

Te llaman por tu nombre

nuestros deseos más profundos.

Las plantas, si pudieran orar,

invocarían en las imágenes de sus más bellas flores.

y dirían que tienes el perfume más suave.

Para las mariposas serías una mariposa,

la más bella de todas, con los colores más brillantes,

y tu universo sería un jardín ...

Los que tienen frío te llaman Sol...

Los que viven en los desiertos

dicen que Tu nombre es Fuente de Aguas.

Los huérfanos dicen que tienes rostro de madre...

Los pobres te invocan como pan y esperanza.

Dios, nombre de nuestros deseos...

Tantos nombres como nuestras esperanzas y deseos...

Poema. Sueño. Misterio. (p. 17)

En Unción/Confesión aparece este texto de França Bento y Paulo Roberto Rodrigues:

Perdónanos

Perdónanos cuando nos sentimos solos,

únicos en la construcción de tu Reino.

Perdónanos y transfórmanos

en mujeres y hombres fraternos,

inquietos por tu justicia y hambrientos de unidad.

Haznos apasionados, sensibles hacia tus pobres,

Danos la osadía de tus profetas, poetas

que indicaron tu voluntad-verdad, incluso sin entenderla,

pues lo que es locura para los hombres es sabiduría de Dios. (p. 20)

En la sección de Liturgia/Celebración se propone un acto completo de França Bento con lecturas antifonales y, a continuación, en la correspondiente a Texto/Meditación se incluye un texto de Alves: “…y un niño pequeño los guiará”, el soneto “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva”, del obispo Pedro Casaldáliga y “Velar”, de José Lima. Un fragmento del texto de Alves:

Todo el mundo sabe que así son las cosas: los niños no saben nada, tal vez los adultos sí. Entonces, lógicamente, se deduce que los niños son los estudiantes y los adultos los maestros. La diferencia entre los que saben y los que no. Decir lo contrario es una tontería. Porque lo contrario sería decir que los niños deben enseñar a los adultos. Pero en ese caso, los niños tendrían un conocimiento que los adultos no tienen. Si ya lo habían hecho, perdieron… Pero, ¿quién se tomaría en serio esa hipótesis?

Porque la Navidad es esta absurda inversión pedagógica: los grandes aprenden de los pequeños. Un profeta del Antiguo Testamento, que ciertamente no entendía lo que estaba escribiendo —los profetas nunca saben lo que están diciendo— resumió esta pedagogía invertida en una maravillosa frase corta: “… y un niño pequeño los guiará” (Isaías 11.6). (pp. 25-26)

Y el poema de Casaldáliga:

Entonces veré el sol con ojos nuevos

y la noche y su aldea reunida;

la garza blanca y sus ocultos huevos,

la piel del río y su secreta vida.

Veré el alma gemela de cada hombre

en la entera verdad de su querencia;

y cada cosa en su primero nombre

y cada nombre en su lograda esencia.

Confluyendo en la paz de Tu mirada,

veré, por fin, la cierta encrucijada

de todos los caminos de la Historia.

y el reverso de fiesta de la muerte.

Y saciaré mis ojos en Tu gloria,

para ya siempre más, ver, verme y verte. (p. 27)

En Oración/Bendición se incluyen ocho textos más, uno de los cuales, “Esperamos esperar…”, de Vera Lúcia Chvatal, dice como sigue:

Esperamos esperar contra toda incertidumbre,

¡creemos que Él ha de venir!

Esperamos ver, los hijos e hijas de Dios

como el Padre ve.

El verdadero amor echa fuera el temor

y con ese espíritu queremos vivir.

Esperamos descubrir de nuevo

el sabor de las risas y de nuevo salir por ahí

a pasos largamente locos,

descubriendo mundos, abriendo calles…

Esperamos buscar por el placer de buscar…

Y no tanto para encontrar…

Encantar por el hecho de ser…

Ser humano en continuo movimiento…

De razón y de emoción…

En una pasión pendular que teje, calienta…

Encanta y re-encanta la vida… ¡Ésa es nuestra certeza!

¡Es Adviento, tiempo de espera, tiempo de creer!

Esperamos esperar contra toda incertidumbre,

¡creemos que Él ha de venir!

La sección concluye con algunas sugerencias litúrgicas y lecturas bíblicas para cada semana del Adviento. De modo que la propuesta de Alves está en profunda consonancia con la orientación poético-teológica que caracterizó a su obra durante buena parte de su vida. La llamada teopoética, de la que fue un notable precursor, ha producido excelentes recursos que se pueden aprovechar para ampliar la perspectiva litúrgica de las iglesias por su profundo sentido estético.

(Versiones del portugués: LC-O)

Notas

[1] R. Alves, ed., Culto-Arte. Advento/Natal/Epifania. São Paulo, Editora Vozes-Centro Evangélico Brasileiro de Estudos Pastorais, 1999, p. 9.