El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
No es su repetitivo acto lo que hace que el necio sea necio, sino que es su necedad lo que le arrastra a repetir el acto.
Sería lamentable sufrir feroces dentelladas por causa de algo en lo que no merece la pena inmiscuirse.
Lo que ocurre con el estado de nuestro cuerpo tiene también su similitud con el estado de nuestro interior, que ciertamente está sujeto a una condición de endurecimiento
Empeñarse en construir la casa-edificio como si fuera lo máximo, pasando por alto la casa-familia, puede llevar al desastre.
Teniendo en cuenta que los tiempos que vivimos son de necedad elevada a infinita potencia, ¿cómo saldremos airosos del desafío de responder, o no, al necio?
Hay una relación proporcional entre cuidado y valor. Si algo vale mucho, lo cuido mucho; si algo vale poco, lo cuido poco o no lo cuido.
Mientras leemos la Palabra de Dios vivimos la vida prestando atención a la Vida que Dios quiere para nosotros, a la vez que aprendemos de la vida de todos aquellos que nos precedieron.
Con el uso de la libertad se abren dos escenarios de consecuencias, como son el del provecho y beneficio o el del quebranto y perjuicio.
Qué bueno es percibir que la soberanía de Dios está sobre todas las contingencias desconocidas e inesperadas, no escapándosele ninguna.
Si hay alguien que habla abundantemente en el Nuevo Testamento sobre el castigo de Dios, y en su aspecto más temible, ése es Jesús.
Jesús tomó los mejores significados de astuto y simple para enseñar a sus seguidores cómo debían moverse en este mundo.
La palabra esperanza en la lengua española está directamente relacionada, por la vía del latín, con la palabra esperar, de ahí que la esperanza esté determinada por lo que se espera.
El egocentrismo nos lleva a olvidarnos de las necesidades del prójimo que, igual que nosotros, precisan el bien.
Dios contempla a los humildes, a quienes están despojados de sí mismos, de sabiduría propia, de fuerza personal y de dignidad adquirida.
La venida del Hijo de Dios al mundo supone el cumplimiento de los deseos más preciados. Los justos se gozan en el otorgamiento por Dios de lo que habían estado aguardando.
En la Biblia encontramos varios casos en los que distintos personajes se mueven con el propósito de destruir a quien consideran su adversario.
No darle culto es robarle al Hacedor el derecho legítimo que tiene a recibirlo. Es desafiarlo.
¿Cómo puede ser que lo imposible sea posible? La respuesta está en que una confianza excesiva en el privilegio puede venir acompañada de una subestimación de las posibilidades ajenas.
El engrandecimiento de una sociedad se debe a la bendición de los rectos, cuya beneficiosa acción se nota en lo que hacen.
El mal moral es una realidad más siniestra todavía, estando compuesto de dos elementos, dos átomos, por así decirlo, como son la maldad y el daño.
Si hay una demostración evidente de que la vieja y seductora promesa de la serpiente, ‘seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal’, se ha hecho realidad, es esta irreprimible propensión judicial que tenemos.
Lo que comenzó pareciendo una liberación, se convierte en una degradación, bajo la sutil fascinación de la promesa de progreso y avance.
Hay otra clase de muro que es mucho más importante que los hechos de piedra y es el muro espiritual y moral que ha de circundar el corazón.
Cuando las palabras van muy por delante de los hechos, esa misma descompensación se convierte en un auténtico problema.
Si es razonable aceptar unos mandamientos ¿no será más razonable aceptar los otros Mandamientos? Si en unos nos va la salud y la vida, en los otros nos va también la salud y la vida, pero en una dimensión infinitamente mayor.
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