El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La iglesia se opondrá siempre a la agresión y abogará por el diálogo y una solución pacífica siempre que sea posible.
Diferentes cristianos en el país se muestran escépticos ante el conjunto de declaraciones en clave humanista que Francisco ha realizado durante su visita oficial. El conflicto es profundo, recuerdan.
Según los datos presentados por el Instituto para la Libertad Religiosa con sede en Kyiv, casi 500 lugares de culto han resultado dañados en el primer año de la guerra.
Después de dos años de guerra, con miles de muertos y millones de de desplazados, las autoridades etíopes y los grupos autóctonos de Tigray han suscrito el compromiso para cesar las hostilidades.
La profana alianza de la iglesia y el Estado rusos es una lección para los nacionalistas cristianos en todas partes.
Cerca de un centenar de personas han muerto en los últimos días, después de que se haya reanudado el enfrentamiento militar entre ambos países.
Para muchos refugiados ucranianos, las dificultades no terminan con salir del país. Los procesos de acogida son una circunstancia en la que la fe y la cosmovisión bíblicas aportan un elemento imprescindible. “Si no crees en Dios, ante las dificultades volverás a Ucrania”, dice uno de ellos.
El encuentro ha finalizado con una declaración en la que se solicita el cese al fuego a nivel mundial y un compromiso renovado por la paz.
Si recordar supone un esfuerzo tan grande, entonces, ¿para qué hacerlo? ¿Es lo mismo que considerar?
¿Quién sabe cómo podremos ver el resultado de la “operación especial” de Putin cuando finalmente se asiente el polvo?
Una parte importante de la labor de recuperación en el país se centra en la crisis de liderazgo, sobre todo en las zonas en las que más pastores han sido desplazados. “El desafío es similar al de Nehemías”, dicen.
Quizás sea nuestra paz interior, con Dios, la que nos va a llevar a lanzarnos en el trabajo y preocupación de la paz en un mundo lleno de violencias.
En julio de 1939 Ernesto Trenchard regresó a España. No pasó mucho tiempo sin que los evangélicos sufrieran una opresión constante por parte de autoridades civiles y eclesiásticas.
El dolor y el trauma que provoca la guerra puede “aplastarte” o, de la mano de Dios, convertirse en una oportunidad de crecimiento. Es la experiencia de la misionera ucraniana Mariana Laskava, con quien conversamos sobre sus vivencias al marcharse de Kiev y seguir sirviendo a refugiados ucranianos.
Un libro recoge las memorias de Remei Oliva, que huyendo de la Guerra Civil acabó en el centro dirigido por Elisabeth Eidenbenz. “Sin ella, yo habría muerto”, recuerda ahora el hijo.
Algunos países, especialmente en África, dependen del grano de Ucrania. Hay que tomar medidas urgentes para evitar las consecuencias catastróficas de la guerra en Europa.
La organización saca músculo después de la cumbre en Madrid y anuncia la expansión de sus fronteras y una mayor militarización. Diferentes voces del ámbito evangélico y protestante analizan el nuevo escenario.
Mientras Reino Unido impone sanciones al patriarca Cirilo por apoyar la guerra en Ucrania, el Consejo Mundial de Iglesias rechaza una prohibición y espera ver “diálogo y encuentro”.
Tanto las madres ucranianas como las rusas han recurrido a la magia y al ocultismo y han comprado amuletos, cartas de protección e iconos especiales para alejar las fuerzas del mal y proteger a sus hijos que luchan en la guerra.
Los anhelos más profundos de justicia reflejan, al mismo tiempo, las mayores de nuestras frustraciones. Y de todo ello, ¿qué queda para los que han de venir después?
La conflagración en Ucrania nos hace retroceder a nuestro pasado más oscuro y violento.
Junio debería haber significado el comienzo de las vacaciones de verano para los jóvenes ucranianos. Pero casi dos de cada tres niños han sido arrancados del hogar, la escuela y el parque.
El corazón de la empresa misionera de la iglesia cristiana ucraniana es cruzar las fronteras en lugar de erigirlas y nosotros, en el resto de Europa, debemos apoyarlos.
Los Trenchard recopilaban noticias de la Guerra Civil en España. Las fuerzas franquistas, ayudadas por la iglesia católico-romana, cerraron iglesias y escuelas evangélicas.
Los voluntarios que han elegido quedarse en Ucrania se encuentran con filas de supervivientes agradecidos y ansiosos, no solo por comida, sino también por Biblias y oración.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.