El sábado 8 de octubre comenzó con una gran explosión y una deflagración cuando explotó parte del puente de Kerch entre Rusia y Crimea. ¿Un regalo para el 70 cumpleaños del presidente Putin de parte de los ucranianos?

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El Kremlin hizo circular rápidamente una historia sobre la explosión de un camión, pero una inspección más detallada de las imágenes del vídeo de la explosión revela una bola de fuego justo detrás del camión que, por lo tanto, no fue la causa.

Una explosión debajo del puente parece haber causado la destrucción, lo que sugiere un acto de sabotaje escandalosamente exitoso.

La ira ardiente se desató en más de 80 ataques con cohetes en 15 ciudades ucranianas durante las siguientes 48 horas, apuntando a infraestructura crítica.

Ira, un colega en Kiev, escribió que la inteligencia ucraniana advirtió que Rusia había estado planeando este ataque con anticipación. No fue una represalia planeada apresuradamente por el puente de Crimea. Ella arrojó este enfoque positivo sobre los acontecimientos:

“Sabíamos que este invierno nos esperaban ataques a la infraestructura crítica y nos estábamos preparando. Por supuesto, desearíamos que esto no hubiera sucedido, pero hay razones para alabar a Dios. Si Rusia hubiera esperado y llevado a cabo este ataque en pleno invierno cuando la temperatura era extremadamente baja, habría sido un gran impacto y habría tenido consecuencias mucho más graves para la gente. Sin embargo, querían un ‘gran gesto’ ahora, que nos ayuda a prepararnos mejor para el invierno, y ahora incluso los escépticos se están abasteciendo de velas y ropa abrigada”.

Esta brutal reacción rusa solo ha servido para consolidar la oposición global hacia la agresión de Rusia en la condena de la Asamblea General de las Naciones Unidas, por una votación de 143-5, del “intento de anexión ilegal” por parte de Rusia de cuatro regiones ucranianas.

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Sin embargo, es probable que nada de lo anterior cambie la determinación de Putin de continuar enviando a miles de jóvenes rusos a la muerte.

Según Ira, un nutrido grupo de soldados rusos recientemente movilizados se ha entregado esta semana a las fuerzas armadas ucranianas. Enviados a luchar sin entrenamiento, ropa de abrigo ni municiones, se les amenazó con fusilarlos si se retiraban. Para salvar sus vidas, mataron a su comandante y se rindieron.

Perspectivas clave

Recientemente me enviaron dos artículos con perspectivas clave.

El excandidato presidencial ruso, Alexei Navalny, que cumple una condena de nueve años por ser de molestia para el presidente Putin, ha advertido a los líderes occidentales contra el pensamiento a corto plazo en un artículo del Washington Post sacado a escondidas de su prisión.

Deshacerse de Putin no resolvería el problema de Rusia. “La amenaza para la paz y la estabilidad en Europa es el autoritarismo imperial agresivo, infligido sin cesar por Rusia a sí misma”, escribe Navalny.

“Sin un cambio importante en la estructura gubernamental de Rusia hacia una república parlamentaria, la Rusia de la posguerra, como la Rusia posterior a Putin, estará condenada a volverse beligerante y putinista nuevamente”.

Los líderes rusos aún veían la guerra como “un medio asombroso de resolver todos los problemas”, argumenta. Vale la pena leer el artículo completo.

El segundo artículo contenía lecciones de la alianza profana de la iglesia y el Estado rusos para los nacionalistas cristianos en todas partes, según el comentarista político cristiano David French.

Los acontecimientos en Rusia exponen el nacionalismo cristiano como modelo para la corrupción, la brutalidad y la opresión, argumenta. Putin se presenta a sí mismo como el defensor de la civilización cristiana, fusionando la Iglesia Ortodoxa Rusa y el FSB, justificando su ‘yihad ortodoxa’.

Superficialmente, el nacionalismo cristiano puede parecer digno del apoyo de los cristianos. Putin es defendido por muchos nacionalistas cristianos estadounidenses como un modelo a seguir.

Apareciendo en diferentes países, en diferentes momentos de la historia, el nacionalismo cristiano sostiene que la nación (Estados Unidos, Inglaterra, Hungría, Holanda, Rusia, España, Italia…) está definida por el cristianismo, y que el gobierno debe mantenerlo así.

El cristianismo debe gozar de una posición privilegiada en la plaza pública. Suena razonable, pero ahora mismo está dividiendo a la iglesia y la nación en Estados Unidos.

Tanto en Rusia como en Estados Unidos se utiliza el argumento de que hay fuerzas trabajando para destruir la civilización cristiana tradicional. Esta amenaza requiere la intervención del gobierno para “premiar a los amigos y castigar a los enemigos”.

El gobierno está entonces ligado a una visión moral específica supuestamente cristiana. El carácter no debe interponerse en el camino de la búsqueda del poder, una posición que ahora ocupan muchos evangélicos estadounidenses.

Pero, advierte French, el poder corrompe; la cristiandad diluye el cristianismo; y la brutalidad no es fuerza.

Por último, una maravillosa historia de esperanza del congreso de la Alianza Evangélica Europea ‘Hope for Europe’, hace unas semanas en Sarajevo, al que Romkje y yo asistimos.

Cuando Rusia lanzó su invasión de Ucrania en febrero, Martina Köninger, de la Red Europea de Discapacidades, puso en marcha de inmediato a cinco transportistas para que viajaran a la frontera ucraniana para rescatar a las personas discapacitadas que, por supuesto, son las más vulnerables en una situación de guerra.

Después de superar numerosos desafíos, incluido el cierre de la frontera húngara, finalmente pudieron reubicar a un primer grupo de 35 personas discapacitadas. ¡Con el tiempo, más de 600 discapacitados y sus familias y/o cuidadores han sido puestos a salvo!

Que corra la justicia como un río y la rectitud como un torrente impetuoso. Amós 5:24

Jeff Fountain, director del Centro Schuman de Estudios Europeos.

Este artículo se publicó por primera vez en el blog del autor, Weekly Word.