El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La vegetación de Israel y de la actual Palestina ha sido alterada a lo largo de los siglos por influencia humana pero todavía es posible reconocer tres ecorregiones principales
No es capaz de explicar los hechos comprobados por la embriología, ni constituye tampoco un argumento sólido en favor del darwinismo.
Las famosas vacas de Basán, son comparadas por el profeta Amós con las mujeres ricas de Samaria que “oprimían a los pobres y quebrantaban a los menesterosos”.
Las ideas de Weismann dividieron a la comunidad científica en facciones hostiles. La teoría del plasma germinal o germoplasma polarizó las opiniones debilitando al darwinismo.
El varano, igual que el resto de los lagartos y reptiles, era un animal impuro y no se podía comer.
El mendelismo implicaba una definición estática de las especies cuyos factores hereditarios eran constantes de generación en generación.
Según la Ley, los transeúntes hambrientos podían comer toda la uva que quisieran en los viñedos ajenos pero no tenían permiso para llevársela (Dt. 23:24).
Lo que tantos fósiles demuestran es que en el pasado existieron muchos más tipos básicos de organismos que en la actualidad.
La Biblia describe al unicornio como un animal impresionante por su gran fuerza y naturaleza indómita. No se refiere para nada al mítico caballo blanco medieval.
Desde principios del otoño de 1838, Darwin dedicó el resto de su vida a demostrar que la selección natural era el motor de la teoría de la evolución de las especies.
Jesús se compara a sí mismo con el grano de trigo, que primero debe caer en la tierra y morir, para después resucitar.
La misión de la ciencia es reflejar lo más fielmente posible la realidad natural, sin distorsionarla o entrar en especulaciones indemostrables.
Los humanos de los tiempos bíblicos debieron estar más familiarizados con las tortugas terrestres que con las acuáticas.
Esas famosas aves que se convertirían después en símbolos totémicos de la teoría de la evolución.
En la Biblia, se afirma que alma de la tórtola es símbolo de dulzura y debilidad. La Ley permitía que los pobres pudieran ofrendar animales poco costosos como las tórtolas.
Darwin manifestó sus prejuicios sin ningún tipo de escrúpulos. Compara los indígenas primitivos con los hombres civilizados y llega a la conclusión de que los primeros no son seres del todo humanos.
Este fruto aparece en Levítico en relación a la fiesta de los Tabernáculos, y se refiere en realidad al árbol de la cidra o toronja.
Existen números irracionales que le dejan a uno perplejo ya que también parecen haber sido empleados por Dios en el diseño del mundo.
Además de ser usados para el sacrificio (Ex. 29:1-37; 1 Cr. 29:21), los novillos o becerros formaban parte de la dieta del pueblo, sobre todo en las fiestas importantes.
Hasta ahora, los argumentos darwinistas imperaban sobre los lamarkistas. Sin embargo, la epigenética vuelve a darle parcialmente la razón al señor Lamark.
Una de las curiosidades biológicas que presenta esta rata-topo de Tierra Santa es su extraordinaria resistencia al cáncer.
Las ideas lamarckistas acerca de la influencia del ambiente sobre las especies vuelven a estar de moda, gracias a los últimos descubrimientos de la epigenética.
El lugar donde el Señor se apareció a Abraham, no eran probablemente encinas o robles sino terebintos.
El propio abuelo de Darwin ya tenía también ideas transformistas. Escribió un libro sobre ciertos problemas relacionados con la evolución, declarándose partidario de la herencia de los caracteres adquiridos.
Hay dos términos en la Biblia que se traducen por “tela de araña”, uno aparce en Isaías y otro en Job.
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