El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Ni el convencimiento fervoroso, ni la fe sincera, ni la confesión hecha una y mil veces cambiará la mentira en verdad. La verdad es que se puede estar “muy sinceramente” equivocado.
La libertad, fuera de una verdad que es Jesús, que nos compromete en el seguimiento al Maestro, es una libertad sosa, sin luz, egoísta y vana.
La figura de Orwell se nos antoja todavía a la de un profeta sombrío, cuando lo cierto es que la realidad ha ido más allá de sus más oscuros vaticinios.
Sin verdad no hay confianza, ni comunicación genuina, ni comunidad real, ni democracia verdadera. Solo manipulación.
Nos gusta realzar lo positivo, o rebajar los hechos negativos. Los abultamos o adelgazamos a voluntad, y nos convencemos de que no mentimos.
A veces tenemos la sensación de que luchamos por la verdad, hasta entregarlo prácticamente todo y reducirnos incluso al aislamiento. Pero nuestras motivaciones son otras, y nuestro corazón, lejano.
Lo precioso no se entrega al apático e indiferente; lo valioso no puede adquirirlo el indolente y flojo. El que no está dispuesto a entregarse a fondo a fin de obtener lo más excelente, no es digno de alcanzarlo.
El labio veraz, sin importar los ataques y pruebas que pueda sufrir, prevalecerá, porque la verdad es intrínsecamente inmortal y en eso radica su victoria.
— Ese señor del que usted me habla no le conozco ni sé quién pueda ser.
La verdad, además, no solo debe gobernar nuestra mente sino también nuestro corazón, porque tiene que ser no sólo conocida, pero también amada.
Comentamos dos noticias: Páginas cristianas con millones de visualizaciones eran controladas desde granjas de trols, y la situación de las iglesias en Jordania y Líbano, ante la llegada de refugiados.
¿Hacemos mal defendiendo lo bueno? No, aunque sí puede dolernos.
Desde hace años, diferentes países de la región, como Líbano y Jordania, acogen a grandes grupos de personas desplazadas.
Es interesante ver cómo en el texto bíblico, los conceptos de verdad y vida se relacionan entre sí. El Verbo, Jesús, es la verdadera revelación de Dios, y el propósito de esa revelación es que tengamos vida eterna para su gloria.
Cuando llevas demasiado tiempo utilizando diferentes caretas, descubres que en realidad no sabes quién eres.
Los cristianos evangélicos deben ser los primeros en comprometerse a buscar la verdad, defender la verdad y difundir la verdad.
El partido de Sánchez muestra una mayor sintonía con la Iglesia Católica al pasar de pedir la derogación del Concordato actual a una renovación acordada y “beneficiosa” para ambos.
No somos cristianos porque funcione o ayude principalmente, es decir, por puro pragmatismo, sino porque es la verdad.
El Custodio del conocimiento no será sorprendido ni se verá superado, por lo que el excelente depósito que guarda está asegurado.
La libertad, alma de todas las cosas, no depende de las circunstancias sociales o políticas. La libertad la tenemos dentro de nosotros mismos o no la tenemos.
Rastreando el fenómeno de las teorías de la conspiración.
Que se sepa, lo que no es habitual es que se abran los cielos y se ilumine la noche con el resplandor de la gloria de Dios, y que un coro de ángeles (¡de ángeles!) irrumpa con un tema musical jamás oído en la tierra.
Cuando contamos la historia de nuestras propias familias tendemos a maquillar o negar los eventos deshonrosos. La Biblia, en contraste, no oculta.
Porque somos humanos y todo lo humano se puede tratar, para nosotros son importantes las historias que reflejan nuestro dolor y, al mismo tiempo, nos recuerdan que podemos ser amados, perdonados e incluso salvados.
Renunciar a los hechos es renunciar a la libertad. Si nada es verdad, todo es espectáculo.
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