El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Aquello en lo que nos estamos convirtiendo determinará nuestra capacidad de lidiar con las crisis en Europa.
La fidelidad de Dios nos abraza de tal manera que aprendemos a vivir en la verdad. ¡Y a vivir de verdad! No necesitamos engañar a nadie ni mucho menos a nosotros mismos.
Igual que antaño, va a haber quienes valientemente se van a oponer al falso sistema de cosas dominante, triunfando sobre el mismo.
Somos atacados en muchas ocasiones, no sólo por las circunstancias o por las personas que no nos quieren, sino también desde dentro de nosotros mismos, cuando no sabemos qué hacer.
Juan el Bautista es llevado a la muerte por Herodes: un tirano que tiene su lugar en esta historia por la impactante escena que Mateo relata y que ha inspirado a músicos y cineastas contemporáneos.
La verdad se sostiene a sí misma, no siéndole añadido nada ni siéndole restado nada, según quién sea su declarante.
Su fe no era el judaísmo de su padre, ni el catolicismo que su madre cambió por la “ciencia cristiana”. Paul Newman era un devoto miembro de la Iglesia Unitaria Universalista.
La verdad permanece, transforma, libera, nos hace sentir seguros y saber que tenemos algo a lo que aferrarnos.
Ni el convencimiento fervoroso, ni la fe sincera, ni la confesión hecha una y mil veces cambiará la mentira en verdad. La verdad es que se puede estar “muy sinceramente” equivocado.
La libertad, fuera de una verdad que es Jesús, que nos compromete en el seguimiento al Maestro, es una libertad sosa, sin luz, egoísta y vana.
La figura de Orwell se nos antoja todavía a la de un profeta sombrío, cuando lo cierto es que la realidad ha ido más allá de sus más oscuros vaticinios.
Sin verdad no hay confianza, ni comunicación genuina, ni comunidad real, ni democracia verdadera. Solo manipulación.
Nos gusta realzar lo positivo, o rebajar los hechos negativos. Los abultamos o adelgazamos a voluntad, y nos convencemos de que no mentimos.
A veces tenemos la sensación de que luchamos por la verdad, hasta entregarlo prácticamente todo y reducirnos incluso al aislamiento. Pero nuestras motivaciones son otras, y nuestro corazón, lejano.
Lo precioso no se entrega al apático e indiferente; lo valioso no puede adquirirlo el indolente y flojo. El que no está dispuesto a entregarse a fondo a fin de obtener lo más excelente, no es digno de alcanzarlo.
El labio veraz, sin importar los ataques y pruebas que pueda sufrir, prevalecerá, porque la verdad es intrínsecamente inmortal y en eso radica su victoria.
— Ese señor del que usted me habla no le conozco ni sé quién pueda ser.
La verdad, además, no solo debe gobernar nuestra mente sino también nuestro corazón, porque tiene que ser no sólo conocida, pero también amada.
Comentamos dos noticias: Páginas cristianas con millones de visualizaciones eran controladas desde granjas de trols, y la situación de las iglesias en Jordania y Líbano, ante la llegada de refugiados.
¿Hacemos mal defendiendo lo bueno? No, aunque sí puede dolernos.
Desde hace años, diferentes países de la región, como Líbano y Jordania, acogen a grandes grupos de personas desplazadas.
Es interesante ver cómo en el texto bíblico, los conceptos de verdad y vida se relacionan entre sí. El Verbo, Jesús, es la verdadera revelación de Dios, y el propósito de esa revelación es que tengamos vida eterna para su gloria.
Cuando llevas demasiado tiempo utilizando diferentes caretas, descubres que en realidad no sabes quién eres.
Los cristianos evangélicos deben ser los primeros en comprometerse a buscar la verdad, defender la verdad y difundir la verdad.
El partido de Sánchez muestra una mayor sintonía con la Iglesia Católica al pasar de pedir la derogación del Concordato actual a una renovación acordada y “beneficiosa” para ambos.
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