El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Somos la memoria histórica de millones de hermanos nuestros que vivieron y murieron cantando con fe, esperanza, honor y legitimidad.
Tenemos páginas, webs, blogs, pertenecemos a lugares que nos gustan y hacen bien, hay cosas estupendas. Pero cuando todo esto sustituye al contacto personal entre hermanos y amigos, vamos rematadamente mal.
¿Puede el grito desgarrado de los esclavos, pobres, oprimidos, provocar una revolución en la conciencia del mundo?
La problemática con lo abusivo no es algo generado únicamente por unas condiciones laborales, económicas, sociales y relacionales determinadas. Todo ello es un reflejo de lo que es nuestra realidad interior.
Los esclavos negros acogieron el evangelio liberador, creyendo que Jesús murió y resucitó para traer vida, libertad y justicia a todas las personas, esclavas o libres, blancas o negras, pobres o ricas.
Se publica un documento con las ponencias y las aportaciones de un centenar de participantes en la consulta Familia y Liderazgo, organizada por la Alianza Evangélica Española.
No se trataba de una especie de “mantra” entontecedor de las conciencias, sino de un mensaje militante desde una fe que daba un impacto poderoso.
El énfasis no está en los carismas, sino en las personas.
Estamos delante de una de las más altas manifestaciones poéticas de exaltación de la Palabra divina.
Sobre el gesto de los hombres que matan a Jesús se eleva la acción final y decisiva de un Dios que resucita.
Angela Merkel es hoy reconocida como una de las líderes políticas más exitosas y fiables del mundo. ¿Por qué?
El Cristo solo, abandonado, despreciado y angustiado es, en un sentido muy real, la prueba de la solidaridad de Dios en el sufrimiento.
Su obra gira siempre en torno a la culpa, pero más concretamente a la ausencia de conciencia de ella. Después de leer la Biblia durante toda su vida, decidió hacer una novela al final sobre el resurgir del cristianismo evangélico en los Estados Unidos.
Su obra gira siempre en torno a la culpa, pero más concretamente a la ausencia de conciencia de ella. Después de leer la Biblia durante toda su vida, decidió hacer una novela al final sobre el resurgir del cristianismo evangélico en los Estados Unidos.
La perfección de estas criaturas derivó en sublevación contra sus creadores. Quisieron ser como ellos, dueños de su destino.
Jesús entró en el templo, esa higuera frondosa pero carente de fruto, representada por una religiosidad vacía de la que Dios se encuentra ausente.
El contrapoder del evangelio del reino de Jesús de Nazaret aparece como fuerza-para-servir y dar la vida por los demás.
Hablar de niños es hablar de valores, como la inocencia, la sencillez y la bondad. Y, desde luego, estas cosas son importantes. Pero con eso no basta.
El informe coincide en tiempo y forma con uno similar realizado en Argentina, con el objetivo de criminalizar a entidades provida en el continente europeo.
A Carmen todo aquello le aburría. Ojalá su amiga no se demorase. Quería marcharse ya.
Es liberador asumir que lo que siento o percibo en medio de mi dolor puede que no sea la verdad absoluta.
¿Por qué tienen que aparecer el sufrimiento, la cruz y la muerte en el camino de Jesús? ¿No parece todo esto un contrasentido?
Te instalas en mi horizonte a tus anchas, coges el lugar más destacado, y te aposentas como una reina deseando gobernar los pensamientos, los actos, las emociones.
Si para muchos el rostro del Dios de los profetas les es desconocido, tampoco evocan al Jesús humano que vivió entre nosotros.
Al abandonar la idea de un creador sabio, providente y misericordioso, la ciencia se ha vuelto impersonal, inhumana, injusta y se ha convertido a su vez en un auténtico ídolo.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.