Jesús y los obreros de la viña

En la parábola de Mateo 20, la clave para captar lo que Jesús enseña es comprender que los trabajadores que protestaron por la decisión del propietario, no lo hicieron tanto por envidia o egoísmo, sino principalmente por mantener el principio de correspondencia entre el rendimiento y la remuneración. Pero es justo aquí donde se produce en esta historia el corte con lo establecido y admitido en nuestras relaciones sociales.

Si algo queda claro en la parábola, es que el propietario (Dios) no se relaciona con las personas según el criterio de pagar a cada uno según sus méritos, sino a partir de la gracia y la bondad. Así es como termina la parábola: “¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?”

En esta extraña historia, el dueño empieza a pagar por los últimos que han llegado. Y les paga exactamente lo mismo que a los que sudaron la camiseta desde el amanecer. Desde el punto de vista de la ética empresarial esta sería una gestión cuestionable. Pero Dios no es el divino empresario que gestiona los asuntos en base a la correspondencia entre las acciones y sus resultados, sino desde el principio desconcertante de la gracia que no anda calculando lo que cada uno merece. Y esto es lo que no nos entra en la cabeza, porque rompe los esquemas de la realidad cotidiana forjada a base de valores radicalmente opuestos a los de Dios.

A partir de aquí, Jesús nos descubre no sólo cómo es Dios, sino también cómo somos nosotros. Porque la verdad es que pensamos y vivimos de manera que nos resulta intolerable que el principio rector de la vida sea la gracia de Dios y no los propios merecimientos. Por tanto, cuando ante este relato nos sorprendemos poniéndonos de parte de los jornaleros de la primera hora, quizás sin advertirlo, nos descubrimos como seres incapacitados de comprender que las relaciones humanas tendrían que funcionar de otro modo. Y, precisamente por eso, comprendemos que no comprendemos al Dios del reino que anunció Jesús de Nazaret. Importa meditar en esto.