El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Es posible que Dios creara el mundo con la posibilidad de que pudiera existir el mal, pero que fuera la equivocada elección del ser humano, al decantarse hacia lo malo, la que lo hizo realidad.
El ateísmo no ofrece un fundamento sólido para explicar la realidad moral que experimentamos en el mundo.
Si Dios no existiera, ¿dónde se podría fundamentar objetivamente el bien o el mal, lo correcto y lo incorrecto?
La mayoría de las personas, independientemente de sus creencias, toman las mismas decisiones fundamentales cuando se enfrentan a los mismos dilemas éticos.
¿Existe una ley moral universal escrita en toda conciencia humana o se trata sólo de un instinto que depende de cada cultura?
El argumento del diseño pone de manifiesto que no existe ninguna incompatibilidad entre el Dios revelado en la Biblia y el diseñador inteligente que requiere la teoría.
¿Y si la propia evidencia científica mostrara la existencia de órganos o funciones biológicas complejas que no pudieran haberse formado de ninguna manera mediante el tipo de transformaciones que requiere el darwinismo?
El razonamiento lógico nos permite concluir que el universo físico tuvo que ser originado por una mente sobrenatural poderosa y sabia que no formaba parte de la naturaleza, ni estaba sometida al tiempo o al espacio.
Dios, al no ser materia que cambia en el tiempo y el espacio, no es susceptible de verificación por los sentidos humanos
En el siglo XXI la ciencia está cambiando algunas de sus concepciones anteriores, abriendo indirectamente la puerta a la posibilidad de un Dios creador.
En el XIX el ser humano dejó de ser considerado científicamente como el rey de la creación y quedó reducido a un mero accidente cósmico: sin Creador y sin propósito, sin alma, sin Dios y sin esperanza.
Se necesitaba mucho valor para escribir contra la idolatría en el Imperio romano.
Cuando terminé la licenciatura en Ciencias Biológicas me di cuenta de las numerosas lagunas que presentaba el evolucionismo y empecé a reconciliarme intelectualmente con mis pastores.
Un repaso al resto escuelas apologéticas, a parte de la clásica.
La apologética clásica suele mostrar evidencias que confirman la veracidad de la revelación bíblica y la inconsistencia de las ideologías que se oponen a ella.
Es posible afirmar que la ciencia clásica fue marcadamente determinista ya que entendía la materia, el cosmos y la propia vida como piezas de un gran reloj sometido a leyes inmutables que no podían ser alteradas.
En la actualidad, el paganismo no está tanto en adorar a dioses reducidos a estatuas de mármol o bronce, sino más bien en adorar al dios dinero, o al dios poder, al nacionalismo, al dios de la política, del deporte.
El secularismo avanza en Occidente y cada vez se hace más necesario presentar razones de la esperanza que hay en nosotros.
Es cierto que en el mundo existen poderosas obras de fortificación que intentan oponer resistencia al avance del reino de Dios, pero serán demolidas finalmente por unas armas espirituales superiores.
Los cristianos necesitaban defender su fe continuamente para no contaminarse, ni caer en errores religiosos.
En la Biblia no se habla en absoluto del mítico dragón alado imaginado por tantos pueblos, con una cresta en la cabeza, enormes garras y capaz de echar fuego por la boca.
Son unas de las aves más inteligentes que existen y hasta son capaces de usar herramientas rudimentarias para lograr su alimento o jugar con la nieve.
En algunos lugares se les consideraba sagrados ya que se creía que eran reencarnaciones de las personas que morían en el mar.
Los seguidores de Jesús descubrieron que aquellas antiguas leyes de pureza y dietética habían quedado obsoletas después de la muerte y resurrección del Maestro.
El pueblo que caminaba por el desierto era mantenido en todo momento por el Eterno y disponía de lo necesario para vivir. Sin embargo, a nada de esto le daban valor.
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