El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La experiencia de compartir el culto al Dios que se ha revelado en Cristo Jesús es promotora de unidad. Nos unimos en nuestras convicciones de fe cuando adoramos juntos.
Adorar es vivir de rodillas frente a Dios en obediencia diaria, y de pie frente a los ídolos del mundo, en firme resistencia. No vamos a doblar la rodilla ante nadie más que nuestro Señor Jesús.
Dios nos llama por nombre, se acerca y nos da una identidad nueva gracias a la amistad que nos ofrece por el Espíritu de Cristo Jesús.
El propósito de Dios no es solamente bendecirnos espiritualmente y llenar nuestra vida del señorío de Cristo, sino hacernos sus instrumentos de bendición a todo el mundo que nos rodea.
Es un misterio, pero no es un acertijo. Es incomprensible pero no es inexplicable.
Jesús cumplió la petición de sus discípulos dándoles un ejemplo de oración que hasta el día de hoy seguimos todos los cristianos.
Cristo ha cancelado nuestra deuda espiritual de pecado, porque en la cruz él clavó el documento que nos obligaba.
Que el Señor nos ayude a proclamar la paz, con compasión hacia todos y atentos a aquello que nos sigue dividiendo: los puntos ciegos donde somos parte del problema en lugar de la solución.
En la iglesia conocemos la plenitud de Cristo. No puede ser un asunto periférico en la vida.
¿Cómo hacer para vivir el señorío de Cristo en todas las áreas de la vida, sin tener que retirarnos a vivir en un monasterio o en una iglesia todo el tiempo?
Dios, gracias porque en ti está nuestro pasado, presente y futuro.
En la casa se debe manifestar el tipo de relación que existe en la divinidad, de mutua sumisión y de no favoritismos entre las tres divinas personas.
Dios es uno que vive eternamente como tres. Es un Dios-en-relación. Y nosotros somos pueblo hecho a imagen y semejanza de ese Dios.
Continuamos compartiendo algunas respuestas a preguntas realizadas por jóvenes universitarios, en México.
“¿Qué le preguntarías a Dios?” fue una iniciativa que llevaron a cabo universitarios cristianos entre sus compañeros estudiantes.
En las Sagradas Escrituras, la mañana es un tiempo lleno de gloria y maravilla.
El Verbo eterno de Dios se hizo carne, y habitó entre nosotros. Aprendió nuestro idioma y se comunicó con nosotros de manera comprensible.
Quienes sólo ven los datos concretos, a menudo lo hacen sin darse cuenta que esos datos señalan a la realidad de la presencia y la gloria del amor de Dios.
El principio de la restauración es reconocer nuestra situación de necesidad delante de Dios.
Hay que celebrar que el Señor resucitado se acerca a nosotros, nos da la facultad de perdonar y nos invita a averiguar qué estamos haciendo en esta vida.
Cristo hizo que ahora vivamos “desde adentro” de Dios, escondidos en Dios. Por lo tanto, tenemos que vivir de una cierta manera, resucitada.
Nosotros llevamos a Cristo. Somos como ese burrito, que llevamos al Señor Jesús para que él cumpla su buena misión de redención.
Vamos a distinguir las cosas en que vale la pena apresurarse.
La contextualización de la adoración y del discurso y acción de la iglesia en el mundo es un tema que estuvo siempre presente en la reflexión teológica de Samuel Escobar.
El resucitado nos da esperanza. Nos orienta hacia el futuro.
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