El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Si alguien me cierra la puerta, no la voy abrir a cabezazos, sino buscaré otras puertas o ventanas.
¿Podemos augurar un próspero Año Nuevo? Sí, si volvemos nuestra mirada al Dios Creador, y sujetos a sus leyes realizamos nuestras vidas, talentos, adelantos y capacidades.
Las verdaderas redenciones nacen humildemente como ocurrió en Belén, pero son las que cambian y mejoran el mundo.
Me pregunto si hemos reconocido, interiorizado y admitido que celebramos las fiestas, fracasados por no entender realmente lo que significa Navidad.
Desarrollaré mi pretendida y moderna parábola de Navidad.
¿A qué calenturienta mente se le ocurre ir a comulgar 240 veces, otros medios de comunicación dicen 242, para guardarse las obleas, con las que después realizar la obra?
Me pregunto si el mal, no es ante todo, una gran ceguera, un cuerpo sin corazón, un alma depravadamente muerta.
Aunque vivimos en días de urgencias nacionales, el gesto de la vecina, me ha producido unos largos minutos de tranquilidad.
La gran sabiduría del Creador, mantuvo en el hombre los cinco sentidos que deben usarse para la mejor vida.
En la vivencia cristiana no puede haber disfraz para la fe y la obligación de nuestra ejemplaridad.
La intención de sacar la Religión fuera de las aulas, es claramente una medida ideológica, que busca secularizar más y más nuestro mundo actual.
Un corazón cerrado a cal y canto está más muerto que si realmente muriese.
En todos los actos sinceros del hombre espiritual la inspiración es el amor y no la recompensa.
Esta es una de las características del verdadero amor: que es siempre gratuito y sin esperar compensaciones.
Creativos, osados, alegres, piadosos, cosas que junto a otras, forman un estilo de vida sumamente contagiosa, poco frecuente, y para el que no existe límite de edad.
Si no existiera Dios, nos quedarían dos misterios: ¿por qué existe el mal? y ¿por qué existe el bien?
Hoy muchos sabios son humildes y no sólo saben lo que saben, sino que saben lo que no saben.
Las partidas de dinero público asignadas a la Iglesia, al margen de lo que reciben por IRPF, es un poco como el gordo de la lotería. Muchas y muy repartidas.
Debemos exigir a los políticos ser veraces, que al invitar a votar sí, no o blanco respeten al máximo los resultados de las elecciones; sin marginar a quienes no les han dado el voto que esperaban.
Te has atiborrado de tantas noticias que vas a necesitar muchas “cartas veraniegas”, cuando tanto Agosto como el Verano se terminan y ya no tendrás tiempo de usarlas.
Si yo, con todos los medios a mi alcance para aprender, no tengo en el fondo el conocimiento interior del discernimiento y la sabiduría de la elección, estoy inteligentemente perdido
Mi segunda carta de Agosto, parte de un sofá cómodo, de tiempos de oración y sabiduría, porque asentado en él he aprendido que un grado alto del saber es contemplar el por qué.
Me escribiré una carta que me recuerde que a los cristianos donde mejor se les reconoce es fuera del templo.
Me parece que en la vida no hay más que un problema: vives para ti mismo o vives para ser útil.
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