El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La persona y obra de Jesús producen polarización, al ser recibida por unos y rechazada por otros.
El verdadero deleite del necio es hacer ostentación de sí mismo, siendo su protagonismo personal la auténtica razón que lo mueve y el nombre de Dios su utensilio para conseguirlo.
El necio ya lo es, aun antes de menospreciar el consejo. En cambio, el prudente llega a serlo porque primero ha aprendido a guardar la corrección.
La acción del envidioso es taimada y astuta, solapadamente maquinada, para acabar con aquel al que envidia.
La lisonja, que es el halago interesado, procede del hombre malvado, cuya intención termina siendo dañina para aquél hacia quien va dirigida.
No es nuevo este afán de medrar a costa del mal ajeno.
El corazón humano sin regenerar sigue siendo el mismo y nada nuevo hay bajo el sol.
La ONG cristiana centra su actividad en el África subsahariana con dos buques que le permiten 6.000 cirugías al año y capacitar a más de 3.000 profesionales de la salud autóctonos.
Para que haya justificación tiene que haber primero condenación y para que haya condenación tiene que haber pecado.
Hoy hay gobernantes que siguen en los pasos de Herodes el Grande, habiendo llegado al poder sin legitimidad ni dignidad.
Si hay soberbia, acontecerá la deshonra. Pero los humildes y la sabiduría está hermanados.
Si hubiera que aplicarle un apropiado calificativo a la mentira sería el de destructiva, porque efectivamente su efecto es destructor.
El postulado de la física, de que no puede haber nada más rápido que la luz, tiene una excepción, que se llama oración.
Contra todo pronóstico, David escogió ser fiel a sus principios, dejando que fuera Dios directamente quien se las entendiera con su enemigo.
Fue el caso de Daniel, que se convierte en destinatario y prototipo de la gracia preservadora de Dios que aguarda a otros.
Lo que hay verdaderamente en el corazón de las personas no se conoce mientras las cosas van bien; es solamente cuando las cosas van mal que se manifiesta lo que hay en el interior.
Uno de los mayores peligros que puede haber no es morder el polvo en la derrota, sino confiarse en la sucesión de victorias.
La necedad de nuestra sociedad es incurable, porque aunque hay señales evidentes del desastre que se aproxima, ni siquiera así se humilla ante Dios.
Jesús emplea el ejemplo de los cuervos para enseñar a sus discípulos que lo más importante en la vida cristiana debe ser el Reino de Dios y no el afán por el alimento.
El perverso se toma todo el trabajo necesario para encontrar la mejor manera de efectuar su malévola tarea, no escatimando tiempo ni dedicación.
La verdad es una de esas nociones fundamentales de las que no se puede prescindir, por un lado, pero, por otro, con las que es muy difícil convivir.
Si la justicia emana del pueblo, será variable como el pueblo lo es; y si el pueblo cambia, la justicia también cambiará.
El temor de Dios es terapéutico, porque su efecto es sanador interiormente, con repercusiones que trascienden los límites de esta vida.
El oído es el órgano de la obediencia, si está abierto, o de la desobediencia, si se cierra, lo cual nos lleva a un terreno en el que está implicada la voluntad de la persona.
El bien podría sufrir y hasta estar a punto de ser aniquilado a manos del mal, pero, a la postre, jamás resultaría vencido.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.