El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En este artículo hablo de Antonio Carrasco, Agustín Arenales, Lorenzo Lucena, Miguel Trigo.
Con la Escritura tenemos el deber de cerrar la boca de esas enseñanzas vanas y sin provecho.
Con nuestro buen flamenco Aventroot no solo leemos ese documento confesional fundamental en las iglesias reformadas, sino también aspectos de la situación en que se encuentra la Reforma en ese tiempo y territorio.
Mientras continúan las incógnitas sobre qué supondrá a la práctica la aplicación del acuerdo migratorio de la Unión Europea, las voces de expertos continúan cuestionando el detalle del texto.
Reiterar la importancia de esos momentos donde la Reforma se reafirma, o se desmorona, es de gran utilidad.
El partido remonstrante no toleraba el modelo de confesionalización que se habían dado en los estados de las Provincias.
Las violentas medidas de represión impidieron entonces el desarrollo del protestantismo en nuestro país.
Sin caer en vanas palabrerías, en discusiones sin terminación, es lo cierto que aquí se dirimen asuntos como los que hemos tratado en conversaciones anteriores, especialmente sobre la capacidad de la razón respecto a las cosas del Espíritu.
Escribo del sentido del heroísmo y del lugar que ocupa en el capítulo once de la epístola a los Hebreos.
La idea de una España unida, imperial y gloriosa es, para algunos, tema religioso.
Que esa “paganización del cristianismo” mata cada día a Cristo es lo que nos atañe, no solo en el XVI, también en nuestro tiempo.
Lutero no puede aceptar la pretensión de Aristóteles de que exista una dimensión teórica puramente contemplativa, por la cual la razón humana ve desinteresadamente el bien y nos orienta a él.
Comentamos la actualidad semanal, atendiendo a temas como la inmigración, el control del acceso a la pornografía y la persecución a los cristianos en el mundo.
Por ese cristocentrismo Lutero conquistó algo que en ningún momento la cristiandad anterior había tenido: reconciliarse con la potencia del humanismo.
Más que un revolucionario religioso, Lutero de hecho provocó una revolución mental que se volcó en la religión porque era la única manera que tenía un teólogo y un monje de luchar contra sí mismo.
La Palabra, la Escritura, según la misma Escritura, y que la Reforma expuso, siempre es fresca, nueva. Brota a cada instante.
Los inicios de la Reforma son un ejemplo del poder de Dios en medio de un espacio de lo más adverso.
Calvino aborrecía a Servet con inquina radical y Servet tenía el mismo sentimiento contra Calvino.
Habrá momentos en que sea mejor aplastar con el silencio, que elevar la necedad a categoría de argumento; pero en otros, será necesario dejar al descubierto la necedad discurriendo sobre ella.
El gran momento de la Reforma puso en el centro a Dios en su condición de Señor del tiempo y las circunstancias. Ni Lutero, ni nadie en esos momentos, previó o actuó para producir lo que luego vino.
La ciudad acoge una exposición, una representación teatral, visitas guiadas y la presentación de una novela dedicada al humanista del siglo XVI, primer traductor del Nuevo Testamento al castellano.
Siempre con excepciones de personas, grupos, o incluso el momento de la Segunda República, el Estado no puede, ni quiere, salirse de la tutela de Roma.
La Fraternidad de Pastores de Granada organizó una reunión conjunta en la que participaron cientos de personas de toda la provincia.
Me gustaría resaltar algunos ejemplos que aún pueden servirnos de inspiración para seguir impactando nuestra sociedad.
Se cumplen ya diez años de convocatoria pública para conmemorar la efeméride.
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