domingo, 7 de septiembre de 2025   inicia sesión o regístrate
 
Protestante Digital

 
 

Verano de fuego y sangre: la guerra de los campesinos alemanes

Las esperanzas utópicas de quienes se rebelaron revelan la amplia variedad de sus visiones del futuro, expresa Lyndal Roper en su libro.

KAIRóS Y CRONOS AUTOR 84/Carlos_Martinez_Garcia 06 DE SEPTIEMBRE DE 2025 22:55 h
Portada del libro.

La reforma radical del siglo XVI tuvo varias vertientes, sobre una de las cuales da cuenta Lyndal Roper en Summer of Fire and Blood. The German Peasant’s War (Basic Books, New York, 2025). La obra ofrece tanto una panorámica de los antecedentes del movimiento insurreccional, como detalles de las distintas regiones del territorio germano (donde preponderantemente tuvieron lugar las acciones, aunque también las hubo en otras partes de Europa) y las reacciones que levantaron entre la nobleza y los sectores católicos y protestantes.



[ads_google]div-gpt-ad-1623832500134-0[/ads_google]



Martín Lutero enarboló la lectura de la Biblia como antídoto contra el dominio teológico, eclesiástico y político de la Iglesia católica. Crecientemente su llamado fue ganando espacios y seguidore(a)s en Alemania y, desde allí, alcanzó repercusiones en varias partes del territorio europeo. Lo anterior quedó bien documentado por Lyndal Roper en su elogiada por la crítica biografía sobre el personaje.[1]



Tras comparecer en la Dieta de Worms, 17 y 18 de abril de 1521, ante la presencia del emperador Carlos V, los príncipes electores Federico de Sajonia, Joaquín de Brandeburgo, Luis de Rhin y los arzobispos Alberto de Maguncia, Reinhart de Tréveris y Hermann de Colonia, Lutero mantuvo sus críticas al papado y al catolicismo romano. Al salir de Worms, para regresar a Wittenberg, el monje agustino fue raptado, presumiblemente por enviados de su protector Federico el Sabio, para ponerlo a buen resguardo en el castillo de Wartburgo.



En su refugio Lutero realizó la traducción alemana del Nuevo Testamento, la cual tuvo como base textual el documento neotestamentario en griego editado por Erasmo de Róterdam en 1516. Sus afanes y deseo por ver completada la obra y, sobre todo, que pudiese circular ampliamente fueron recompensados, ya que  después de ser impreso “durante cinco meses en el taller de Melchior Lotter el Joven, en Wittenberg, Das Neue Testament Deutzsch se publicó en la editorial de Lucas Cranach y Chistian Döring para la Feria de Otoño de Leipzig (29 de septiembre a 6 de octubre de 1522), en tamaño folio, con un tiraje sin precedente en el mundo editorial de aquel tiempo: 3 mil ejemplares, anota Stephan Füssel, experto en las traducciones bíblicas de Lutero.[2]



La primera edición del Nuevo Testamento traducido por Martín Lutero se agotó en pocas semanas. Le siguió una nueva edición en diciembre, que incorporaba centenares de correcciones en vocablos y sintaxis. Quienes no sabían leer se acercaban a lugares públicos y reuniones caseras, donde lectores en voz alta difundían el contenido de los Evangelios y los otros escritos del Nuevo Testamento.



La autora de Summer of Fire and Blood describe que durante la estancia de Lutero en el castillo de Wartburgo, Andreas Karlstadt, colega del primero en la Universidad de Wittenberg, implementó cambios litúrgicos resultado de su entendimiento bíblico. En el servicio de Navidad de 1521 Karlstadt y allegados a él impartieron la comunión en dos especies (pan y vino) a los congregantes; la liturgia fue dada en alemán y no en latín, para que la entendieran todo(a)s.



Andreas se manifestó partidario de cerrar los monasterios, venderlos y repartir el producto entre los pobres y/o implementar un sistema de préstamos para lo(a)s necesitado(a)s. Las imágenes fueron retiradas de las iglesias y hubo ataques populares a propiedades eclesiásticas. Al regresar Lutero a Wittenberg, marzo de 1522, revirtió los cambios impulsados por Karlstadt y sostuvo que, si bien varios de ellos eran necesarios, el ritmo de las transformaciones tenía que hacerse con cautela y el apoyo de las autoridades políticas de la ciudad.



La distancia de Karlstadt con Lutero se acrecentó en otras áreas, por ejemplo, en las repercusiones sociales, políticas y económicas que debían acompañar los postulados de libertad del predominio eclesiástico católico y su pretendido monopolio de los bienes simbólicos de salvación. Roper se ocupa bien de las crecientes tensiones entre Karlstadt y Lutero.[3]



Al igual que Lutero otros leyeron la Biblia, coincidieron con él en su defensa de postulados que lo distanciaron del catolicismo romano, pero descubrieron que las Escrituran también contenían enseñanzas sobre la justicia social y económica. En Summer of Fire and Blood queda bien consignada la hermenéutica de quienes hallaron en los textos bíblicos bases para su crítica del sistema de propiedad señorial, así como del resultado para la mayoría de la desposeída población.



A partir de mediados de 1524 en partes de Suabia y Franconia hubo disturbios del campesinado por varias reivindicaciones: la negativa a seguir pagando obligatoriamente diezmos, su derecho a elegir ministros religiosos que sirvieran con un estilo de vida austero a la comunidad, cuestionamiento de la legitimidad de los gobernantes e integrantes de la nobleza a imponerles impuestos monetarios y en especie, prohibiciones al libre acceso del agua de los ríos y a obtener madera en los bosques.



Las acciones campesinas contra el orden opresivo alcanzaron un punto decisivo en Stühlingen, en el verano de 1524, cuando hubo una sublevación militar. La causa levantó simpatías y apoyos en la cercana Waldshut, donde las exigencias de los campesinos “encontraron a la población no sólo reformada según las pautas evangélicas bajo la guía de su nuevo pastor [Baltasar Hubmaier]”, sino también dispuesta a la resistencia armada, apunta George H. Williams en La Reforma radical.[4]



En los siguientes meses al verano de 1524 continuaron con distinta intensidad los levantamientos de los campesinos. El 12 de marzo de 1525 Sebastián Lotzer (con quien colaboró Hubmaier), de Memmingen, publicó Los Doce artículos de los campesinos de Suabia. En el documento agrupó las demandas de los sublevados, respaldando cada una de ellas con versículos bíblicos, para mostrar que la causa era justa y acorde a la Palabra de Dios.



Sobre la gran difusión del documento, Roper aporta datos sustanciales: “veinticinco ediciones aparecieron en dos meses, con un total de unos veinticinco mil ejemplares. Podían distribuirse y sostenerse, pegarse o clavarse en la pared, y su materialidad era quizás incluso más importante que su contenido” (p. 120). Los analfabetos se enteraban de lo escrito mediante quienes lo leían en voz alta.



El manifiesto expresó: “¿Acaso [Dios] no escuchó a los hijos de Israel cuando lo invocaron y los salvó de las manos del Faraón? ¿Acaso no puede salvar a los suyos hoy? Sí, los salvará, y lo hará rápidamente”.[5] La teología política de Los doce artículos levantó controversias, apoyos y sorpresas, entre estas últimas la de Martín Lutero, quien comprobó que la hermenéutica bíblica campesina halló asidero en las Escrituras para su crítica de la opresión.



Los doce artículos de los campesinos de Suabia fue un documento teológico y político. El descontento y movilizaciones de los campesinos ya estaban en curso cuando Lotzer publicó el manifiesto. Su virtud fue poner por escrito y brevemente los cambios que demandaban los insurrectos contra el orden religioso, político y económico dominante. Los doce artículos estaban en línea con uno de los puntos programáticos de Martín Lutero: la insistencia sobre la centralidad de la Biblia en las disputas acerca de los asuntos que confrontaban a las partes.



Los doce artículos también fueron conocidos como Artículos de la libertad cristiana, porque, como resalta Lyndal Roper en Summer of Fire and Blood, además de reclamar libertad el vocablo “evangelio, evangelio, evangelio se convirtió en su mantra”. Los campesinos trasladaron al terreno social, político y económico las argumentaciones de Lutero en el ámbito religioso que plasmó en un escrito de 1520, Tratado sobre la libertad cristiana.



Que Lotzer, recogiendo las reivindicaciones campesinas, haya numerado las mismas en doce artículos, estimuló entonces un paralelismo con las doce tribus de Israel y, sobre todo, con los doce apóstoles. El documento fue dirigido al “lector cristiano”, dejando bien asentado que, contra los señalamientos de la nobleza, el movimiento no era contrario al Evangelio: “No es el Evangelio lo que impulsa a algunos anticristianos y enemigos del Evangelio a resistir y rechazar estas demandas y requisitos, sino el diablo, el enemigo más mortal del Evangelio, quien despierta a través de la incredulidad tal oposición en sus propios seguidores [Satanás busca] suprimir y abolir la Palabra de Dios”. Entonces, desde la óptica de Los Doce artículos, lo diabólico estaba en quienes se oponían a un orden social justo.



Lyndal Roper resume Los doce artículos y, por ejemplo, observa que la primera demanda justificaba la elección de pastores por la comunidad y no la imposición de los mismos mediante nombramiento de autoridades eclesiásticas externas a la región. Los pastores elegidos debían “predicar el santo Evangelio puramente y con claridad, sin ninguna adición humana de doctrina y mandamientos”. El segundo artículo pugnaba porque el pago de diezmos fuera controlado comunitariamente, para el pago de los pastores y para ayudar a los más necesitados.



El tercer apartado declaraba que, concordando con las Escrituras, todo(a)s eran libres y así debían permanecer, reconociendo como autoridades a quienes fuesen electos por la comunidad. Este punto debe leerse en el contexto de los derechos negados a los desposeídos sobre tener alguna participación en la organización política territorial. Las dinastías reales no consideraban como fuente de legitimidad indispensable para acceder al poder a los hombres y mujeres comunes.



Los restantes artículos ponían en tela de juicio los derechos señoriales sobre los recursos naturales, las propiedades de sus pretendidos súbdito(a)s, la imposición de constantes impuestos monetarios o en especie, la realización del trabajo forzado, el sistema de justicia, despojos a las viudas y huérfanos (“acciones contrarias a Dios”). Finalmente, en el documento se hizo un llamado: “Si uno o más de los artículos presentados aquí no están de acuerdo con la Palabra de Dios (de lo cual dudamos), y se nos demuestra que tales artículos son incompatibles con la Palabra de Dios, entonces los abandonaremos, cuando se nos explique con base en las Escrituras”.



Los doce artículos fueron remitidos a Martín Lutero, quien, primero, se sorprendió de la lectura bíblica sociopolítica de los campesinos y, después, manifestó claro desacuerdo, como hace notar Lyndal Roper. El reformador de Wittenberg señaló, en mayo de 1525, cuando la movilización insurreccional de los campesinos logró una gran victoria en Friburgo, a Tomás Müntzer como el principal instigador y líder del movimiento. Es importante destacar que Müntzer se sumó a las acciones que pretendían llegar al cielo por asalto (instaurar un régimen justo y de fraternidad una vez eliminada la opresión), pero no fue quien detonó el descontentó y decisión campesina de tomar las armas.



La autora de la obra que comento deja bien asentado que si bien, por distintas razones, Müntzer ha sido reconocido como figura central del movimiento insurreccional, él se integró al levantamiento cuándo el mismo ya tenía una dinámica propia que le dieron distintos liderazgo regionales y locales. Sobre el personaje, por otra parte, se han ocupado, entre otros, Ernst Bloch y Hans-Jürgen Goertz, en su meticulosa investigación, originalmente publicada en alemán en 1989, en ocasión del quinto centenario del nacimiento de Müntzer. Tal vez sea la obra que mejor explica la compleja personalidad del revolucionario, sus motivaciones para enfrentar decididamente al sistema opresivo de su tiempo y particular interpretación de los textos bíblicos.[6]



En español han sido publicados buena parte de los escritos de Thomas Müntzer, gracias a la traducción realizada por Lluís Duch, quien hizo una muy atinada introducción a los mismos.[7] Por lo tanto los interesados e interesadas en el personaje pueden estudiar los encendidos trabajos de Müntzer y su gesta en un convulsionado siglo XVI.



A mediados de mayo las fuerzas campesinas, que incluía miles de personas, pero militarmente desorganizadas, fueron aplastadas en Frankenhausen por los ejércitos de los príncipes. No hubo tregua para los alzados y cien mil de ellos murieron a manos de soldados mejor entrenados y armados. Thomas Müntzer fue capturado, enjuiciado y cruelmente torturado se retractó de lo predicado y escrito por él contra las autoridades y la nobleza. Le condenaron a la pena de muerte, el 27 de mayo de 1525 fue decapitado en Mühlhausen.



Después de la estrepitosa derrota en Frankenhausen, el movimiento campesino ya no tuvo la fuerza para resistir la represión desatada en su contra, las llamas insurreccionales quedaron extinguidas en 1526. Su sueño acerca de que el derecho fluyera como las aguas y la justicia como arroyo inagotable (Amós 5:24), fue ahogado en sangre.



[ads_google]div-gpt-ad-1623832402041-0[/ads_google]



Considero que, con brillantez Lyndal Roper, desmenuza en 525 páginas lo que expresa panorámicamente en un párrafo de su libro: “Toda revolución debe nutrirse de los sueños de un mundo nuevo. La revuelta no surgió de conjuntos de ideas en libros; se desarrolló a medida que las personas aplicaban las ideas de la Reforma que habían escuchado a sus propias vidas y experimentaban juntas lo que podía significar el cambio. Los sueños formaban parte de la atmósfera embriagadora de la época: sueños considerados reales, visiones y profecías, y planes utópicos para un nuevo futuro. El biblicismo —escuchar la Biblia y usar las Escrituras como medida para todas las cosas— había abierto la puerta a los sueños y las visiones, pues tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento prometían que en los últimos días, ‘vuestros hijos e hijas profetizarán, y vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños’ (Hechos 2:17; Joel 2:28; Isaías 44:3). Las esperanzas utópicas de quienes se rebelaron revelan la amplia variedad de sus visiones del futuro y las diferentes fuentes de las que provenía su inspiración. También revelan el abismo creciente entre la piedad basada en las Escrituras de un reformador como Lutero y la espiritualidad revolucionaria que se desarrollaba entre algunos de los que participaron en la Guerra Campesina”.



 



Recibe el contenido de Protestante Digital directamente en tu WhatsApp. Haz clic aquí para unirte.



 



Notas



 



[1] Lyndal Roper, Martin Luther, Renegade and Prophet, Random House, New York, 2016.



[2] Stephan Füssel, El libro de los libros. La Biblia de Lutero de 1534: una introducción histórico- cultural, Colonia, Editorial Tashen, 2003, pp. 39-40.



[3] Para una selección de escritos del personaje ver E. J. Furcha (editor y traductor), The Essential Carlstad. Fifteen Tracts by Andreas Bodenstein (Carlstad) from Karlstadt, Herald Press, Waterloo, Ontario-Scottdale, Pennsylvania, 1995.



[4] George H. Williams, La Reforma radical, Fondo de Cultura Económica, México, 1983, p. 88.



[5] Los doce artículos en Tom Scott y Bob Scribner (editores y traductores), The German Peasant´s War. A History in Documents, Humanities Press, New Jersey, 1991, pp. 252-257.



[6] Ernst Bloch, Thomas Münzer, teólogo de la revolución, Editorial Ciencia Nueva, Madrid, 1968. El libro de Goertz tuvo una revisión para la edición en inglés, y se titula Thomas Müntzer: Apocalyptic, Mystic and Revolutionary.



[7] Lluís Duch (introducción y traducción), Thomas Müntzer, tratados y sermones, Editorial Trotta, Madrid, 2001.


 

 


0
COMENTARIOS

    Si quieres comentar o

 



 
 
ESTAS EN: - - - Verano de fuego y sangre: la guerra de los campesinos alemanes
 
 
AUDIOS Audios
 
La década en resumen: teología, con José Hutter La década en resumen: teología, con José Hutter

La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.

 
Intervalos: Disfruten de la luz Intervalos: Disfruten de la luz

Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.

 
2020, año del Brexit 2020, año del Brexit

Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.

 
7 Días 1x08: Irak, aborto el LatAm y el evangelio en el trabajo 7 Días 1x08: Irak, aborto el LatAm y el evangelio en el trabajo

Analizamos las noticias más relevantes de la semana.

 
FOTOS Fotos
 
Min19: Infancia, familia e iglesias Min19: Infancia, familia e iglesias

Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.

 
X Encuentro de Literatura Cristiana X Encuentro de Literatura Cristiana

Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.

 
Idea2019, en fotos Idea2019, en fotos

Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.

 
VÍDEOS Vídeos
 
Héroes: un padre extraordinario Héroes: un padre extraordinario

José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.

 
Programa especial de Navidad en TVE Programa especial de Navidad en TVE

Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.

 
Primer Congreso sobre infancia y familia, primera ponencia Primer Congreso sobre infancia y familia, primera ponencia

Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.

 
 
Síguenos en Ivoox
Síguenos en YouTube y en Vimeo
 
 
RECOMENDACIONES
 
PATROCINADORES
 

 
AEE
PROTESTANTE DIGITAL FORMA PARTE DE LA: Alianza Evangélica Española
MIEMBRO DE: Evangelical European Alliance (EEA) y World Evangelical Alliance (WEA)
 

Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.