El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Respecto a Dios, el ateísmo de Vargas Vila se evidencia en términos absolutos.
Yo encuadraría a Cortázar en un racionalismo agnóstico o en un agnosticismo racionalista.
Sábato escribía y pintaba. Consideraba que “el ateísmo es un fenómeno absolutamente novedoso, que los pueblos siempre creyeron en Dios”.
Escribir negativamente de la religión y desvincularse de la Iglesia católica no significa ser ateo. Parra tenía un alto concepto de Dios, al que cita con frecuencia en sus versos.
Blanca Varela vivió peleada con Dios. Dios era alguien más allá de lo que ella podía asumir.
En torno a César Vallejo existe una controversia insoluble que discute sus ideas religiosas y su actitud ante Dios.
En el movimiento de la Reforma radical, las distintas corrientes compartieron el rechazo a las iglesias territoriales, tanto católica como protestantes, pero cada sector mantuvo diferencias hermenéuticas.
Ante el hecho religioso. No es de los poetas que dicen que el primer verso se lo dan los dioses.
Poco se ha escrito sobre el sentir religioso de Álvaro Mutis.
En una de sus novelas, Echenique recuerda algunos episodios de su vida durante la estancia en el colegio religioso de su infancia.
El mérito del trabajo de Dermange merece ser destacado, pues los cinco capítulos refieren a las obras calvinianas y trasladan la argumentación a situaciones históricas y al desarrollo del pensamiento reformado.
El poeta entregó gran parte de su vida a la Teosofía, de la que escribió varios libros y numerosos artículos en las revistas.
Peza no escribió una sola pieza de contenido religioso digna de figurar en una antología. Con todo, tampoco fue indiferente a la religión y a sus misterios.
La fuerza que tiene el mal en las novelas de King viene sin lugar a duda de su educación cristiana.
El proyecto del libro va más allá de los aspectos religiosos a fin de demostrar la actualidad y vigencia del pensamiento del reformador francés.
A Paz le sorprende el atrevimiento de Job para dialogar con Dios y se ve a sí mismo en busca del Eterno.
Ochoa era mujer católica que, al igual que Gabriela Mistral, tenía la Biblia como libro de cabecera.
Llama mucho la atención la labor poética de Aguilar Mora, intercalada como está en el resto de su obra y poco mencionada en los círculos de lectura.
La fe se despertó en él de una forma natural. En Plenitud afirma que “el hombre es un ser organizado especialmente para creer”.
Neruda expresa la dramática sed de espiritualidad celestial que invade el corazón humano.
Acompañamos la publicación en español de la obra con esta entrevista que la autora respondió desde Madrid.
El sentido religioso de la poetisa prohijó en su creación un vínculo profundo con la tierra y con el ser humano.
Si su obra concluye con esta novela, él y sus lectores nos podemos dar por bien servidos gracias a la extrema fidelidad literaria que ha mostrado desde sus inicios como escritor.
En su obra poética la muerte es una inminencia y el encuentro con la eternidad una realidad garantizada.
Uno de los teólogos que captó con mayor afinidad lo acontecido en el pesebre de Judea mediante una fina percepción poético-teológica.
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