El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Aún queda mucho por explorar en el texto sagrado, muchos misterios que desentrañar y muchas bellezas por descubrir. Parecidas características se dan en el Quijote.
“Según la teoría moral calviniana la Ley moral tiene tres oficios distintos: delator, político y didáctico. El oficio delator o teológico de la Ley moral tiene por fin mostrar al cristiano que está en pecado y que no puede ser justo sin la ayuda de Dios”.
¿Qué pensó del clero de su época el insigne autor del Quijote? ¿Qué eran los curas, según Cervantes?
Los escritos bíblicos no callan los defectos de sus autores ni se pintan a sí mismos intachables, cuando hubieran podido hacerlo. Otro tanto ocurre en el Quijote.
Estamos ante el Calvino político, en pleno desarrollo de sus capacidades en esos cuatro géneros literarios y teológicos para exponer sus ideas ante el momento tan exigente que le correspondió vivir.
A Don Quijote no se le puede encasillar en religión alguna. Lo demás son ganas de marear la perdiz.
Tanto la Biblia como el Quijote son libros que ejercen influencia universal.
“Por desgracia, ni las iglesias en su conjunto, ni las personas tienen interés en el pasado, con raras excepciones”, reflexiona la historiadora brasileña de confesión bautista Rute Salviano Almeida.
Calvino tuvo muy presentes las persecuciones contra los hugonotes en su país y las guerras religiosas posteriores.
Mientras el Quijote se limita a analizar nuestra condición humana, la Biblia, después de analizarla por el ojo escrutador de Dios, nos dice cuál es el remedio divino a todas nuestras calamidades.
El dilema calviniano, bien planteado por la autora, consistió en “presentar una doctrina política que permitiera salvar la libertad espiritual y eclesial y consiguiera reforzar, al mismo tiempo, la sujeción del cristiano a los poderes públicos”.
Las cuatro últimas secciones del libro de Marta García-Alonso, se ocupan de temas por demás polémicos en el pensamiento teológico y social del reformador francés.
Cervantes Ortiz ha publicado libros teológicos, pero también antologías poéticas que, desde la vertiente cristiana, merecen el mejor de los reconocimientos.
La Biblia es la revelación divina de nuestra peregrinación terrena y habla el lenguaje de la eternidad.
“Cada época tiene su Calvino político”: así da inicio el séptimo apartado del estudio preliminar de Calvino. Textos políticos, en donde la doctora Marta García-Alonso hace una brillante revisión de la manera en que se ha interpretado la doctrina política del reformador francés
El Quijote es un gran libro escrito por un gran hombre; la Biblia es un gran libro escrito por grandes hombres, pero inspirado por Dios.
Poema de Alfredo R. Placencia, tomado del libro 'Salmo fugitivo. Antología de poesía religiosa latinoamericana', compilada por Leopoldo Cervantes-Ortiz. (selecciona Isabel Pavón)
La doctora Marta García-Alonso (Oviedo, 1972), profesora del Departamento de Filosofía y Filosofía Moral y Política de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), presenta una excelente selección de textos políticos del reformador franco-ginebrino.
El conocimiento que Cervantes tenía de la Biblia era bastante amplio, pero muy pocas veces la cita literalmente.
Compartimos la noticia de las celebraciones por los 60 años de la primera ordenación de mujeres al ministerio pastoral en la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos.
En el cuarto centenario de su muerte: Cervantes y la Biblia "protestante"- Bien pudo Cervantes haber tropezado con uno de estos ejemplares en sus andanzas.
El lugar de Calvino dentro de la teología reformada por supuesto que no está sujeto a discusión. Lo que salta a la vista son las distintas formas de apropiarse de su legado.
En los comentarios de la protagonista late el prejuicio religioso de una España que desconoce la Escritura, pero que odia todo lo que suene a protestantismo.
En los inicios del siglo XX, y gracias a misioneros de nueva generación como John A. Mackay empezaron a desarrollarse orientaciones que arraigarían con el tiempo y contribuyeron, literalmente, a “descubrir” la Reforma como un hito fundamental.
Nuestra opinión es que Cervantes conoció y leyó los sagrados escritos en lengua de Castilla.
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