El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Queremos buenas noticias porque eso nos anima y nos aleja de nuestras inquietudes, porque nos da esperanza de que las cosas pueden cambiar.
Como una bellota enterrada en la hendidura de una roca, el evangelio está plantado en esa tierra como lo está en muchos conflictos intratables de nuestro mundo. Aún no se ha contado el final de la historia.
Estamos delante de una de las más altas manifestaciones poéticas de exaltación de la Palabra divina.
En medio de la enorme crisis económica, la desesperanza se extiende entre la población, dice Wissam Nasrallah, un cristiano libanés. “Es para un momento como este que el Señor ha llamado a la Iglesia a estar presente y activa”.
El Ayuntamiento de la ciudad tendrá que compensar con más de 126.000 euros a los organizadores del Festival de la Esperanza de Lancashire por retirar la publicidad de los autobuses públicos.
El juego de tronos continúa en una monarquía decadente que cae en idolatría y se dirige al exilio. José de Segovia bucea en estas ideas en la cultura contemporánea.
Es liberador asumir que lo que siento o percibo en medio de mi dolor puede que no sea la verdad absoluta.
En el salmo 23, Dios, como un buen pastor, dirige a su rebaño hacia praderas verdes regadas por abundante agua.
Pienso en lo que pide Dios de mí; en ocasiones una terrible soledad, viento y frío en el alma, todo por poder rescatar de una muerte segura a alguien, para poder iluminar el sendero en el mar.
Lo decisivo de todo esto es que se produzca en el hombre un vuelco del corazón a Dios.
La palabra esperanza en la lengua española está directamente relacionada, por la vía del latín, con la palabra esperar, de ahí que la esperanza esté determinada por lo que se espera.
La felicidad es simplemente una emoción, el gozo es una actitud, un fruto que se obtiene cuando mantienes una relación estrecha con tu creador.
Pido al Dios de mi vida no cambiar, no dejarme arrastrar por el miedo o la comodidad, y esforzarme del modo que sea por ayudar y servir.
La promesa de la vida eterna es una de las esperanzas más firmes de todos los que confiamos en Dios.
La empresa municipal de transporte de la ciudad eliminó en 2018 los anuncios del Festival de la Esperanza de sus vehículos por la visión de Graham sobre la sexualidad. Ahora, un tribunal asegura que fue un acto de discriminación religiosa.
Sólo Dios puede hacernos ver con otros ojos lo que se cuece a nuestro alrededor, sólo Él puede hacernos emitir algo de ese amor que nos lanza a raudales.
Un texto inédito en libro, donde el autor vislumbra lo que está sucediendo en estos tiempos pandémicos, además de resaltar la dosis de esperanza que nos hace salir adelante.
El autor Jaime Fernández Garrido reflexiona en este libro sobre lo imprescindible de la esperanza en medio de cualquier adversidad.
La línea que separa el deseo legítimo, de la necesidad y la idolatría es tremendamente fina.
No olvidemos la esperanza y el consuelo futuros que supondrá permitir que las personas mueran bien.
La queja puede fortalecernos, moldear nuestro carácter y, a su vez, formar el carácter de una nación.
Trataré de actuar mejor con aquellos que me quedan.
En tiempos de sufrimiento y traumas durante esta pandemia del COVID-19, Dios está con nosotros mientras lloramos a los difuntos y nos protegemos del virus. Un artículo de Gladys K. Mwiti.
Hay esperanza, hay luz al final del oscuro túnel de muchos de los acontecimientos históricos.
Nuestro Dios sigue hablándonos en medio de la tremenda dulzura de un silbo extremadamente suave, dulce y apacible.
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