El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El compromiso con el prójimo en nuestro aquí y nuestro ahora, con todas las repercusiones económicas, políticas, sociales y culturales que ello tiene, es inevitable.
El grito de la Biblia en contra de los que abusan de los trabajadores más débiles es atronador.
No tenemos la suficiente resistencia espiritual. Así, en nuestro mundo y en muchos aspectos, vivimos de forma muy similar a los que no tienen esperanza.
Somos nosotros, los cristianos, los que estamos en la fuente, en el manantial que muestra los auténticos valores capaces de restaurar la justicia y la paz en el mundo.
La separación y distinción que hoy se hace entre lo secular y lo religioso, no se corresponde con la separación que nuestros antepasados hacían entre lo sagrado y lo profano.
La fe cristiana nos compromete con el mundo y con el prójimo apaleado y tirado al lado del camino.
Debería replantarse la iglesia para ver como puede ser mucho más efectiva en las transformaciones sociales que necesita el mundo.
Observad: Jesús nunca estuvo aferrado al poder temporal.
Creer, siempre implica el compromiso de amor y de acción, el compromiso de trabajar por la justicia en el mundo.
A veces, la necedad y el egoísmo hace que nos sintamos satisfechos ante la acumulación maldita.
Antonio Simoni y Jesús Caramés presentan las jornadas de historia sobre protestantismo y libertades que organizan este mes de junio en La Carlota, Córdoba.
La espiritualidad cristiana se podría definir así: estar aferrados a Dios, al Padre con una de nuestras manos, con nuestro corazón y también estar aferrados en compromiso con el prójimo.
La práctica del ritual nos puede convertir en cumplidores religiosos, pero el encuentro con Dios, auténtico objeto de la fe, es el que va a cambiar nuestras relaciones con el prójimo.
El curso ‘Precursores invisibles en la historia de la libertad democrática’ contará con destacados historiadores evangélicos y el Secretario de Estado de Memoria Democrática.
No puede haber auténtica evangelización de espaldas al dolor del prójimo y sin mancharnos las manos en acciones concretas.
¡Cuánto se necesita en el mundo de cristianos impregnados de los valores bíblicos, de los valores del Reino!
El sentimiento religioso nos puede ayudar a entender algo del sentido de la vida o de la muerte, quizás también el sentido de la enfermedad o del dolor.
¿Sabemos bien lo que implica el concepto de projimidad, el amor al prójimo que debe estar en relación de semejanza con el propio amor a Dios?
El concepto de projimidad neotestamentario puede ser una de las bases más sólidas para trabajar por la paz.
La vivencia de la espiritualidad cristiana se da en un doble compromiso: el compromiso con Dios y el compromiso con el prójimo.
Lo último que debe perder el ser humano enfermo es su dignidad.
Jesús, con su resurrección, transformó su debilidad en vida abundante, en fuente de poder que es capaz de vencer incluso a la muerte.
En Él se juntan el Rey poderoso y el siervo en debilidad.
Aglow celebró su conferencia más multitudinaria, ofreciendo un espacio de encuentro, reflexión y unidad en torno al evangelio.
La cultura que se encierra en sí misma, minusvalorando a las otras, está condenada a muchos fracasos y empobrecimientos.
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