Cristianos ante los trabajadores abusados

Yo creo que hoy en día nadie duda de que existen muchos trabajadores abusados en el mundo, aunque peor es el problema de los excluidos del ámbito del trabajo que, si llegara el caso, se dejarían abusar con tal de dar de comer a sus hijos. Muchos preferirían ser abusados que estar en el ámbito de los excluidos del sistema de empleo.

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Existen muchos excluidos de la posibilidad de trabajo, excluidos del sistema laboral, pero eso no puede avalar el hecho de que muchos de aquellos que han tenido la suerte de encontrar trabajo sean trabajadores abusados, oprimidos y explotados. Los profetas protestarían contra esto buscando justicia y práctica de misericordia, pero parece que los cristianos del mundo de hoy no siguen a los profetas bíblicos, ni a Jesús como el último de los profetas, si es que se le puede llamar así.

¡Cuántos trabajadores abusados tenemos en España! ¡Cuántos trabajadores pobres a los que sus salarios no les alcanza para vivir con dignidad en nuestro país! Vivimos en un mundo cruel e injusto en donde hay personas que abusan de sus congéneres con la única finalidad de agrandar sus graneros sin que les importe un bledo el sufrimiento del prójimo abusado y maltratado en los centros o campos de trabajo.

Abusar de los trabajadores y no darles el justo salario es pecado. Ese pecado nos dice la Biblia que impide nuestro culto a Dios, un Dios que cierra sus oídos ante nuestras alabanzas y oraciones. Volvamos a leer a los profetas. ¡Malditos empleadores injustos de los que nos dice Isaías que pueden ayunar, hacer rituales y genuflexiones pero siguen oprimiendo y abusando de sus trabajadores! Leer Isaías 58.

Muchas veces en nuestras iglesias hablamos de todo tipo de pecado y, en tantas y tantas ocasiones, nos olvidamos de uno de los temas centrales en la Biblia, tanto en los profetas como en Jesús mismo, así como y en muchos otros textos o libros bíblicos. Es verdad que el grito de la Biblia en contra de los que abusan de los trabajadores más débiles es atronador.

La Biblia grita a voz en cuello contra esto, pero parece que ese mensaje no lo hemos oído ni reflexionado lo suficiente. Gritamos por cualquier otro pecado y nos olvidamos de los oprimidos cuyos recursos y alimentos están en las casas y en las mesas de sus opresores. A veces parece que de nada nos sirve el aserto bíblico de que el salario injusto de tantos y tantos trabajadores claman contra esos ricos avaros y acumuladores, usureros, materialistas que siguen aumentando y aumentando sus caudales, sus almacenes, sus cuentas corrientes y sus propiedades en general a base de comportamientos injustos contra sus trabajadores más débiles y de los que se puede abusar fácilmente. ¡Ladrones!

Preguntas: ¿Por qué no se tratan más estos temas por parte de los cristianos cuando es un grito bíblico abierto y angustioso? ¿Acaso seguimos poniendo a los ricos de este mundo en los primeros lugares y no se les quiere molestar? ¿Es que, acaso, tememos a los abusadores y acumuladores injustos? ¿Por qué, conociendo tantos y tantos textos bíblicos sobre estos temas, hay una pléyade de creyentes que son sordos y dan la espalda a estos gritos intentando que no interpelen sus conciencias?Jornadas demasiado largas y duras, sudor y esfuerzos sin límite, hombres y mujeres que tienen que aguantar desprecios. Son los trabajadores abusados del sistema, un sistema injusto que debería señalar a aquellos que, de forma individual o colectiva, se enriquecen con el sudor ajeno. Los trabajadores más débiles y abusados se dejan abusar y oprimir  para poder llevar algo de comer a sus hijos, aunque regresen a casa destrozados tanto física como mental o psicológicamente.

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Quizás, en su alienación provocada por los injustos, piensen que esto es mejor que ser uno de los excluidos del mundo del trabajo como hay tantos y tantos trabajadores a los que nadie contrata. Yo muchas veces digo que esos excluidos son como un sobrante humano, favorecido por los injustos de la tierra, que se dejarían explotar y abusar con tal de dar de comer a los suyos. ¡Malditos abusadores y opresores que tienen en sus casas el fruto de las penurias y de una especie de esclavitud bendecida por los sistemas económicos! ¡Malditos!

Yo haría una llamada urgente a los empresarios, grandes y pequeños, pero, fundamentalmente, a los empresarios cristianos que conocen la Biblia y no son ignorantes de estos temas que estamos tratando. Decirles que la búsqueda de lo justo es una obligación de los que siguen al Maestro, que los creyentes no deben permitir que el salario injusto clame contra ellos, sino que practiquen una fe activa que actúa a través del amor y que, además, practiquen la misericordia.

Si no, es imposible tener una auténtica espiritualidad cristiana. Su cristianismo será huero e inútil y consistirá en simples cumplimientos de ritual que no los llevará a ningún sitio, que sus oraciones no superarán el techo de sus casas o de sus iglesias. Leed, por ejemplo, Isaías 1. Os lo recomiendo. Es imposible la práctica del auténtico ritual o culto fuera de estos parámetros que nos marca el profeta inspirado por Dios.