El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La creación quiere comunicar mensajes del Creador… muchas veces ante nuestra indiferencia.
La influencia de la palabra como elemento concienciador de la sociedad, de los hombres y de los que están bajo el yugo de los valores antibíblicos, es inmensa.
La perspectiva de que la resurrección es necesaria para restablecer la justicia, no la debemos olvidar nunca.
¿Qué sed es la que padece el mundo hoy? Quizás la sed de Dios y no encuentran como saciarla.
El mismo Dios asumió nuestro grito de soledad, el alarido de aislamiento de una humanidad separada del Creador.
No debemos silenciar líneas bíblicas de acusación y denuncia contra los necios que sólo piensan en agrandar sus graneros.
Lo que falta en el mundo es llegar a ser responsablemente conscientes del hambre de tantas personas.
Con tu acción puedes atender a los prójimos próximos, pero con la voz, con la palabra, el alcance de denuncia o anuncio de valores puede recorrer todos los confines del mundo.
Es una sinrazón querer seguir a Jesús si tu corazón está apegado a las riquezas.
La fe en Dios nos lanza a un mundo en dificultad “actuando a través del amor”.
La pregunta por el hermano, por el prójimo, está sonando desde los orígenes de la humanidad.
A mi modo de entender, este libro contiene verdades profundísimas y enriquecedoras que pueden constituir enseñanzas beneficiosas para un joven
Las “armas” morales y éticas de los cristianos deberían estar siempre actuando en la palestra pública como creyentes que portan sin cesar la armadura cristiana de la que habla el Nuevo Testamento.
Tenemos una gran responsabilidad de vida los que estamos lanzando al mundo mensajes evangélicos.
¿Podremos entrenarnos y pedir ayuda al Señor para poder nosotros, como el Maestro, mirar con otros ojos?
El cristiano tiene que actuar, hacer, ejercer la misericordia, decir palabras de denuncia, luchar contra la injusticia y ser una mano tendida de ayuda.
Todo debería formar un conjunto: la vida del creyente, su voz, sus hechos y sus palabras.
La pregunta central y vital va a ser que qué has hecho de tu hermano, cómo has tratado al hombre, a la mujer, al humano, al prójimo.
Hago la llamada a compartir, a comprometerse con el mundo pobre, con los que pasan hambre y escasez en la tierra.
Quizás la celebración del año nuevo sea una mera quimera. Pero incluso el discurso del Eclesiastés que nos lleva a cierto pesimismo, acaba con un mensaje de novedad
La vivencia de lo humano, de la projimidad, de lo que de divino pueda haber en el hombre después de la encarnación de Jesús, se puede dar en cualquier lugar.
Al raso, como los pastores de Belén, helados en medio de la fría noche. Es posible que, también, en la noche navideña nazcan niños en los campos de refugiados.
Bergoglio dice que “no es lícito convencer de tu fe”, palabras que han causado perplejidad a algunos católicos. ¿Dónde están los límites?
¿Tenemos miedo, tiene miedo el hombre de hoy a que el resplandor del Señor irrumpa en sus vidas?
Que vuestros corazones vibren. ¿Notáis la emoción del acercamiento? ¿Laten vuestros pechos viendo que vuestra expectación va a tener respuesta?
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