El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Hay una lucha en la vida cristiana entre Cristo y el mal, y en cierta manera, cada uno de nosotros somos el “trofeo”.
Según el ateísmo, lo único que posee existencia real sería el universo físico o material.
La “madera olorosa”, citada en el libro de Apocalipsis (8:12), parece referirse a la madera de una especie de ciprés.
Cada religión concibe a Dios a su manera y lo representa de forma diferente.
La Escritura lo menciona una docena de veces para compararlo con ciertas personas que se comportan con crueldad.
La evidencia histórica y la pura lógica indican que el rabino galileo fue quien dijo ser, que murió en la cruz, fue sepultado y la tumba quedó vacía.
La simplicidad y la belleza de los lirios del campo, que dependen exclusivamente de Dios, resultan del todo incomparables con cualquier riqueza o mérito humano.
El Corán niega que Jesús fuera crucificado por los romanos, en base al pobre argumento de que a la gente “le pareció que había ocurrido así”.
El término lino (en hebreo, pistah, פִּשְׁתָּה) aparece más de 80 veces en la Biblia ya que en Israel y Egipto se cultivaba desde la más remota antigüedad.
¿Qué mentiroso es capaz de morir por defender una mentira, sabiendo que es mentira?
Este fruto del limonero era usado con regularidad en el servicio de la sinagoga.
Si la resurrección de Jesús hubiese sido una alucinación, el cristianismo se habría extinguido en sus mismos orígenes.
Las liebres solamente se mencionan dos veces en la Biblia, probablemente porque los hebreos no podían consumirlas, según las prescripciones de Levítico.
Esta idea choca frontalmente contra el comportamiento de los discípulos de Jesús, ya que ninguno de ellos tenía la esperanza de que resucitaría al tercer día.
Reflexiones de Frederik Rainer Siemens Dück, sobre la relación entre la fe evangélica y la política en el gran continente americano.
Existen numerosas hipótesis y legendas contrarias a la resurrección o que pretenden negar la realidad histórica de la misma.
Su interpretación ha sido objeto de debate entre los traductores desde la antigüedad ya que se trataba de un monstruo legendario propio de las mitologías semíticas.
Toda criatura humana es también como un caminante de la historia. El Maestro se hace presente en los senderos de la humanidad.
Durante la Pascua judía, los israelitas no empleaban levadura para hacer sus panes porque esto les recordaba su apresurada salida de Egipto.
El Dios de la Biblia no puede reducirse a la propia naturaleza creada por él mismo, como creyeron tantos filósofos materialistas a lo largo de la historia.
La Escritura emplea la imagen del leopardo, como animal fiero, veloz y astuto, para referirse al poder militar de ciertos imperios de la antigüedad.
Si hay algo que Jesús ha dejado claro, en el N.T., es que Dios no es un sádico que se complace en hacer sufrir al ser humano.
Reciente segunda edición de este atractivo libro del autor vinculado con la Red Tiberíades.
La Biblia parece indicar que el león estaba presente en la espesura de las riberas del río Jordán (Jer. 49:19).
Hay hechos que cuanto más avanza el conocimiento científico, más recalcitrantes se vuelven. Son sucesos que se resisten a cualquier intento de explicación científica.
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