El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El perdón nos libera, nos quita la pesada soga que se ciñe alrededor del cuello ahogando, asfixiándonos, matándonos. Nos redime de una pesada carga.
Es Jesús quien busca a Pedro para restaurarle. Así hace también con nosotros.
Tengo el deber de mandar al olvido aquello que no merece formar parte de mi vida.
"Acercaos, pecadores, Cristo os puede perdonar; aquejados de dolores, él os puede restaurar".
Dios quiere que descansemos en la certeza de su perdón. Quiere que vivamos felices en Su amor.
Después del enfrentamiento, ¿la reconciliación es posible? ¿Cuál es su base? ¿Cuáles son sus condiciones? ¿Qué papel juega la fe cristiana en este tema? Reproducimos la ponencia de José Hutter en el encuentro de la Alianza Evangélica Española, Idea17, celebrado en Bilbao.
El único al que podemos recurrir siempre, en todo momento, en todo lugar, en toda circunstancia, es el Señor.
Dios no sólo perdona los pecados de los hombres, sino que, una vez perdonados, los olvida. Es decir, los perdona del todo.
Mi único propósito es remontar las corrientes y volver al lugar del que provengo, quiero llegar allí con la satisfacción del deber cumplido.
El que es el mismo ayer, hoy y por los siglos, sigue derrochando comprensión, perdón y Amor infinito hacia todo aquel que le busca de corazón y con sinceridad.
¿Qué tipo de cristianismo puede volver al mundo hacia Jesús, si no es uno que sea verdaderamente relevante?
El protagonista de “El puente de los espías” -ahora en DVD- no sólo cree en el poder de la palabra, sino que también busca reconocerse en el otro, el enemigo declarado.
Allí, en lo más profundo del mar, Dios ha mandado sepultar todos nuestros pecados. Están ahí, ocultos en los abismos marinos, cubiertos por un insondable manto de agua.
Al perdonar, dejas libre a un prisionero, pero descubres que el prisionero eras tú. La alternativa al perdón es la amargura y el resentimiento. El odio te consume y enloquece.
El último libro del filósofo Manuel Cruz reflexiona sobre nuestra “sistemática búsqueda de argumentos exculpatorios”.
Cuando no perdonamos, tejemos una red de amargura en torno a nuestras vidas.
Un confuso y sucio joven vio reflejado en los ojos del padre un amor que jamás había sentido.
Un poema de I. Uría Arribe, extraído de la obra 'En la calle recta'. (selecciona Isabel Pavón)
Nuestra victoria no es que lo malo desparezca, sino que absolutamente todo (incluso lo malo), Dios lo permite para nuestro bien.
Se destaca la respuesta pacífica y de perdón de la congregación de Charleston, tras el asesinato de nueve de sus miembros en un ataque racista.
Nosotros los cristianos tenemos mucho que ofrecer en la situación de post-conflicto cuando esta llegue finalmente en Colombia.
Cuando le preguntas a alguien si ha encontrado a Jesús, te puede contestar como Forrest Gump al teniente Taylor: “No sabía que tenía que buscarle”. El Evangelio es la respuesta, pero ¿cuál es la pregunta? Cristo es el Salvador, pero ¿en qué sentido estamos perdidos?
Nadie puede perdonar a otros si no ha aprendido primero a perdonarse a sí mismo.
John Gibson era pastor y profesor de un seminario teológico. "A todos les ofreció gracia, misericordia y perdón, pero de alguna manera, no pudo tenerlos consigo mismo", dice su viuda.
Un poema de Osvaldo Pol extraído de la obra 'El salmo fugitivo: antología de poesía religiosa latinoamericana', editada por Leopoldo Cervantes-Ortiz. (selecciona Isabel Pavón)
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.