El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Allí, en lo más profundo del mar, Dios ha mandado sepultar todos nuestros pecados. Están ahí, ocultos en los abismos marinos, cubiertos por un insondable manto de agua.
Al perdonar, dejas libre a un prisionero, pero descubres que el prisionero eras tú. La alternativa al perdón es la amargura y el resentimiento. El odio te consume y enloquece.
El último libro del filósofo Manuel Cruz reflexiona sobre nuestra “sistemática búsqueda de argumentos exculpatorios”.
Cuando no perdonamos, tejemos una red de amargura en torno a nuestras vidas.
Un confuso y sucio joven vio reflejado en los ojos del padre un amor que jamás había sentido.
Un poema de I. Uría Arribe, extraído de la obra 'En la calle recta'. (selecciona Isabel Pavón)
Nuestra victoria no es que lo malo desparezca, sino que absolutamente todo (incluso lo malo), Dios lo permite para nuestro bien.
Se destaca la respuesta pacífica y de perdón de la congregación de Charleston, tras el asesinato de nueve de sus miembros en un ataque racista.
Nosotros los cristianos tenemos mucho que ofrecer en la situación de post-conflicto cuando esta llegue finalmente en Colombia.
Cuando le preguntas a alguien si ha encontrado a Jesús, te puede contestar como Forrest Gump al teniente Taylor: “No sabía que tenía que buscarle”. El Evangelio es la respuesta, pero ¿cuál es la pregunta? Cristo es el Salvador, pero ¿en qué sentido estamos perdidos?
Nadie puede perdonar a otros si no ha aprendido primero a perdonarse a sí mismo.
John Gibson era pastor y profesor de un seminario teológico. "A todos les ofreció gracia, misericordia y perdón, pero de alguna manera, no pudo tenerlos consigo mismo", dice su viuda.
Un poema de Osvaldo Pol extraído de la obra 'El salmo fugitivo: antología de poesía religiosa latinoamericana', editada por Leopoldo Cervantes-Ortiz. (selecciona Isabel Pavón)
En Sin perdón no hay futuro, Desmond Tutu escribe "¿Por qué Sudáfrica emergió del odio a la paz?”. En su tesis de máster, la musicóloga Carla Suárez demuestra la influencia del góspel en la reconciliación del país durante el apartheid.
El bisturí de Dios duele, pero limpia, sana y nos permite mirar las cictarices del pasado sin dolor ni raíces de amargura.
Cuando no perdonamos, tejemos una red de amargura en torno a nuestras vidas. Hacemos que el presente se tiña de colores ocres, omitiendo de nosotros el grato perfume de la concordia.
Tenemos que volver a sentirnos entusiasmados por la increíble, maravillosa, emocionante tarea de ser representantes y muestras visibles del amor de Dios.
Han dejado que un amor infinito les llene los corazones, y les cale hasta los tuétanos la verdad de la Palabra revelada (“amarás a tu enemigo”).
El Papa visitó en Turín la iglesia evangélica metodista valdense, reconociendo la persecución de la iglesia católica hacia esta comunidad.
Algunos de los familiares de las víctimas se dirigieron a Dylann Roof, detenido tras matar a nueve personas en la iglesia. Sus palabras de perdón impactan.
Ni insultos, ni el odio y dolor de los familiares, conmovió un ápice al asesino en serie Gary Leon Ridgway durante su juicio. Hasta que un padre subió al estrado.
Ni desprecio, ni insultos, ni el dolor de los familiares de sus víctimas, ni palabras llenas de odio logran provocar expresión alguna en el rostro de Gary Leon Ridgway. Hasta que un padre sube al estrado.
Un detalle nada banal en la foto es la leyenda escrita a mano en primorosas versales en una pizarra colgada en la estancia.
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