El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
A Don Quijote no se le puede encasillar en religión alguna. Lo demás son ganas de marear la perdiz.
La relectura de las Escrituras fue un ejercicio habitual en las primeras comunidades eclesiales. El propio Jesús insta a los discípulos a que vuelvan la mirada a las Escrituras, hagan una nueva lectura y entiendan su contenido.
"Lo mío es un humilde tributo de lector aprendiz de poeta: por ello estos versos vivos donde galopan no sólo Alonso Quijano y el señor Panza, sino también Jesucristo y Unamuno; Dulcinea y Jacqueline; Elías y mi padre y mi hijo y yo mismo; mi Salamanca y mi saudosa selva".
"Su actitud ante la vida le arranca los versos más estremecedores e indudablemente estremecidos de tierra".
Aunque no era tema principal, el Congreso planteó el problema religioso en la vida y en la obra de Ortega y Gasset. ¿Fue Ortega católico o anticatólico? ¿Creía o no creía en Dios? ¿Religioso o anticlerical? ¿Agnóstico o ateo?
En su tiempo fue considerado como “padre de las letras del continente”, “padre de las letras hispanoamericanas”, “uno de los mejores cronistas de las Indias”, “príncipe de los escritores del Nuevo mundo”.
“Pidamos que se realice la fraternidad entre todos los hombres, y la fraternidad entre todos los pueblos, porque todos nos encaminamos a una patria mejor que es el cielo. Pidamos que se realice en todas sus aplicaciones la verdad cristiana".
Un amigo de toda la vida, Andrés Díaz, católico piadoso, le sugirió antes de morir la necesidad de prepararse espiritualmente. Don Ramón respondió con gesto dilatorio: “Yo siempre he estado bien con Jesucristo”.
“¡Dios! Dios está en lo inmenso, en la altura, ¡quién sabe! ¡Me abismo en Él si pienso! ¡En ese hondo misterio todo cabe!”.
El 28 de enero fue el director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, quien unió a la queja. Dijo: “España no debería dejar pasar la oportunidad de darle a esta efeméride el eco y la resonancia que nuestro escritor epónico merece”
Jesucristo afirmó: ‘De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.’
Autores ingleses, norteamericanos y algunos franceses hacen de Shakespeare ya miembro de la Iglesia Anglicana, ya hugonote, puritano, calvinista, maniqueo, humanista cristiano, etc.
“A ti, mi Dios deseado y deseante, sólo puedo llegar por la fe, fe de niño o fe de viejo… En Jesús, que iba creciendo conmigo, yo fui viendo a mi Dios de entonces, su Padre, el Padre Dios, el Padre eterno”.
"Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma".
“Las pasiones religiosas, exaltadas hasta el frenesí, dieron lugar a una especie de guerras civiles, llamadas de religión, parciales e intermitentes que duraron unos 36 años, desde 1562 a 1598”.
Un grito que debió impactar y con el que se deben identificar todos los abandonados del mundo hoy.
He aquí un breve comentario de dos libros publicados por Alfredo Pérez Alencart ('Hasta que él vuelva') y el mismo junto con Luis Cruz-Villalobos ('Carne del Cielo').
En 'Cien años de soledad' abundan las reflexiones sobre Dios, la presencia de la Biblia, referencias a la creación tal como se cuenta en el Génesis, las plagas de Egipto, el éxodo del pueblo judío, la historia del diluvio, el apocalipsis de los últimos tiempos.
Ahora, en competencia con los audiovisuales y la electrónica, el libro tiene una importante labor que cumplir en la propagación de la fe cristiana.
El poeta sevillano Vicente Aleixandre, Premio Nobel de Literatura 1977, llamó los sonetos de Lorca “Sonetos del amor oscuro”.
La palabra dicha sigue siendo nuestro gran veneno: a nivel personal, interpersonal, familiar, social… también en la iglesia.
Releer las historias del evangelio de Juan tal como las cuenta Park no cansan, al contrario, regocijan, avivan la fe, revitalizan la vida espiritual, nos proporcionan una visión nueva de los milagros que Jesús llevó a cabo.
En vez de dejar que sea el Evangelio el que nos cambie, nosotros amoldamos ese mensaje a nuestra conveniencia.
Dice en el prefacio José Mª Martínez “El Tesoro de David es mucho más que un comentario. Es una antología teológica de toda la verdad cristiana”.
Nobel dijo: "Es mi especial deseo que en la adjudicación de los Premios no debe tomarse en consideración la nacionalidad de los candidatos, la obra más meritoria recibirá el premio si es escandinava como si no lo es".
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