El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El lenguaje está para ser usado con propiedad, pero eso requiere intención, sensibilidad y práctica.
La diferencia de criterio, el mantener la propia postura fundamentada en buenos valores y otras cosas parecidas ya no son algo bien entendido, ni por supuesto aplaudido.
No puedo comprar planteamientos de cualquier tipo, por baratos que salgan aparentemente o inocuos que parezcan.
Todos en alguna medida hemos perdido algo en este camino, aunque hayamos ganado otras cosas. La cuestión es la importancia de lo que ganamos, en comparación con el calado de lo que perdemos.
La Biblia habla constantemente de lo pequeño y de los pequeños, para bien.
Muchos se están subiendo al carro de esa nueva autenticidad que deja hacer lo que uno quiera y salir indemne.
Quiero hacer uso de las opciones que este minuto me ofrece, que son muchas, y darlas por buenas, porque son las que tengo.
Habéis hecho la elección más difícil de hacer en estos casos: fiaros de Dios y dar gracias en medio de toda esta tormenta terrible que estáis viviendo.
La firmeza en determinadas cosmovisiones no debería estar desligada del respeto, el equilibrio y la moderación.
Esto de la superficialidad ha pasado siempre solo que, como ahora nos toca jugar en ligas de mucho más calado, los temas son especialmente complejos y llevamos fatal lo que no es rápido o inmediato.
Nos hacemos más cercanos a las bestias conforme pasa el tiempo, más inmediatistas, más ajenos a todo lo que no sean nuestros propios impulsos.
La ex-gimnasta estadounidense, Rachael Denhollander, ha sido la primera víctima en denunciar al médico Larry Nassar por agresión sexual. En su declaración ante el tribunal aseguró que hacer público su caso le había costado su iglesia y sus amigos más cercanos.
En muchas ocasiones los virajes del día a día cotidiano y que Dios permite nos dan la posibilidad de crecer en dependencia de él.
Psicólogos, enfermeros, médicos y docentes se unen para un encuentro interdisciplinar en febrero para abordar un tema de máxima actualidad.
De poco nos habla la Navidad cuando el resto del año Dios no significa nada para nosotros.
La psicología o cualquier otra disciplina no deberían nunca suplantar la acción de la Palabra y el Espíritu.
Nos sigue costando muchísimo comprender que lo que hacemos y dejamos de hacer, por acción y por omisión, tiene consecuencias.
Desde la crispación y el “calentón” difícilmente conseguiremos que brille Cristo, que era manso y humilde y cuya principal preocupación eran aquellos que estaban delante de Él.
Guiar y educar a nuestros hijos espiritualmente implica que vean en su hogar cómo se afronta el día a día ante los problemas teniendo a Cristo por nosotros.
Nunca resultó fácil para nadie acudir a contar los propios problemas a un extraño.
Tiene que desarrollarse un largo proceso hasta que las víctimas puedan superar los efectos causados por todo el daño infligido.
El libro es un canto a la vida, a la alegría de atravesarla desde la convicción de que hay una esperanza mayor que simplemente prolongar nuestros días aquí. Un fragmento de “Cicatrices en nuestras familias”, de Lidia Martín (2017, Andamio).
No solo se trata de ir al lugar que Él ha ido a preparar para nosotros, en un sentido eterno, sino vivir el tránsito hasta allí desde la libertad con la que Cristo nos hizo libres,
Confiar en Él más bien significa esperar, escuchar, buscarle, procurar honrarle en ese tiempo difícil… obedecerle, en definitiva.
La gracia que Dios pone en nuestras manos cada día es, no solo sobreabundante, sino infinita en cuanto a sus recursos.
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