El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Juan vivía con el corazón en el cielo y los pies bien puestos en la tierra.
El teólogo evangélico Juan Stam relata un encuentro insólito que vivió en primera persona. Ocurrió en 2002, en La Habana, entre un grupo de pastores protestantes y Fidel Castro.
El imperio romano es una bestia, un dragón, y su capital una ramera que anda montada sobre ella, borracha con sus nauseabundeces y con la sangre de sus víctimas.
Como "Ministro de Propaganda", el falso profeta promueve "la ideología del poder" que sacraliza al imperio.
Contra el trono de Dios y del Cordero, se levanta el "trono de Satanás", que se explica por un fascinante drama de cuatro personajes malévolos: dragón, bestia, falso profeta y ramera.
El desarrollo de este texto muestra claramente que la prostitución y la borrachera de la ramera consistía en la seducción embriagante de sus lujos.
Continuamos estudiando Apocalipsis con la perspectiva de que contiene un análisis y condena a un tipo de economía. Así, la marca de la bestia se centra en “poder comprar y vender”.
El tercer caballo, de color negro, es obviamente de carácter económico. Su jinete lleva una balanza, que simboliza la vida comercial.
Juan parece entender que el orden y la paz del imperio se basaban en la violencia, llevando esa "paz manchada con sangre" de que habló Tácito.
La descripción que hace Juan del imperio romano como una bestia y la ciudad como una ramera fue muy atrevida.
Una amenaza aún más seria que la persecución, según la percepción profética de Juan, era la adoración al emperador como a un dios. [1]
“Lo que en verdad soy corresponde a la gracia de Dios" (José Míguez Bonino)
Cristianos básicamente conservadores, reunidos alrededor del Seminario Fuller y Billy Graham, rompió con los fundamentalistas y rechazó ese título.
Dos fuerzas en el escenario teológico evangélico que enfrentaron el liberalismo en el siglo XX.
El fundamentalismo traía desde su nacimiento un virus mortal, que era el reduccionismo.
Aparecieron diversos movimientos y hasta denominaciones eclesiásticas que se llamaban evangélicos, que no estaban de acuerdo ni con los ortodoxos ni con los liberales.
La teología liberal viene marcada por el moderno rechazo de la autoridad, incluso la de la revelación divina, y por la "duda metodológica" del pensamiento cartesiano.
Frente al racionalismo escéptico su confesión de fe era "Ningún credo, sino sólo Cristo". Su fundador era Philip Jakob Spener.
A diferencia del pensamiento dinámico y fluido de los Reformadores, ahora se tendía a reducir la fe a un sistema cerrado y estático.
En Lutero encontramos una impresionante combinación de firme convicción junto con una humilde flexibilidad.
"Evangélico" es ahora un término contaminado, que tenemos que "descontaminar" si vamos a seguir llamándonos por ese honroso título.
La mentira y la muerte: eso define la esencia de los diabólico. Miente para poder matar, y mata para imponer sus mentiras. Su reino es un reino de falsedad y violencia.
En muchas formas, este relato corresponde a la triste experiencia de muchas madres latinoamericanas.
¿Qué puede haber más angustioso que creer en Dios pero sentir sólo su ausencia, nada de su presencia?
El texto dice que el dragón representa al diablo y el niño a Jesús. El significado simbólico de la mujer es más complicado y muy discutido.
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