El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En el 80º aniversario de su muerte, su mensaje y sus palabras siguen resistiendo el paso del tiempo, y resuenan con más autoridad que nunca antes.
El Consejo Evangélico de Andalucía pide al gobierno regional la cesión parcial del uso del monasterio para “transformarlo en un espacio dinámico y de valor cultural”.
La entidad ya ha firmado el contrato de adquisición del solar para su nueva residencia. “Deseamos que el día a día en nuestra Residencia sea el mismo que en un hogar cristiano”.
Todavía estamos a tiempo de hacer buen uso de nuestra inteligencia y de los mejores sentimientos que tenemos para proteger el derecho a la existencia de todas las demás criaturas del planeta.
En nuestro mundo están naciendo generaciones en las que se ha pasado de un “estar” en comunidad a un “tener la sensación” de estarlo.
Las consecuencias de desatender nuestra responsabilidad mutua y nuestro hogar común están aquí, son graves, y la iglesia no puede esperar más para actuar. Un artículo de Katharine Hayhoe.
El consumo ético es una necesidad, pero también un rasgo propio de personas renovadas, aquellas que aspiran a vivir de otra manera, más coherente y responsable, respondiendo a los desafíos de nuestra época.
La Guaguaseo recorre las calles ofreciendo servicios de aseo, peluquería, y atención socio sanitaria a personas sin hogar. “Es una manera de llevar las buenas nuevas del evangelio”, dicen sus voluntarios.
Vivimos basados en equilibrios frágiles, que se rompen fácilmente, y cuando se quiebran, solo pueden dar paso a la vista de nuestra inercia decadente.
La sociedad paliativa es, además, la sociedad del “me gusta”. Es víctima de un delirio por la autocomplacencia. El “like” es el analgésico del momento presente. Nada debe doler.
Lo que está ocurriendo en California nos recuerda que el paraíso terrenal no existe. El dinero no nos blinda ante los problemas.
Afirma que se me nota a leguas que soy contraria al cambio. Y es cierto, lo confieso, yo también lo noto.
Algunas obras o artículos propagan que la campeona de los derechos de la mujer identificaba el aborto con el progreso o la solución a un problema.
Necesitamos convertir la plegaria en una tormenta de sentimientos profundos, inconformistas y sinceros; necesitamos una oración que los admita, los suscite y los movilice.
Despojados de nuestras máscaras y personajes, solo quedamos nosotros mismos, lo que somos, frente al único tipo de “locura” que nos podemos permitir: el evangelio.
El CEO de Main Memory explica de qué forma se han involucrado para apoyar un proyecto que genere un cambio positivo.
Si el tronco de nuestra vida es el guion, bien redactado y ordenado, en los márgenes se encuentran todas aquellas anotaciones que nos recuerdan el fin de la misma que provoca el pecado.
La reciente riada en la Comunidad Valenciana ha suscitado numerosos comentarios sobre el Calentamiento Global.
A esta generación le ha caído el sambenito de “Generación de cristal”, pero va y resulta que, ante una catástrofe sin precedentes en su propia tierra, decide movilizarse.
El anfitrión de la COP 29 mantiene su bloqueo en el Corredor de Lachín, dificultando el acceso de ayuda humanitaria a la población armenia de la región y vulnerando otros derechos básicos.
Solamente huyendo de la superficialidad que parece caracterizar buena parte de nuestras relaciones y reflexiones, podemos hallar sentido a la agonía que nos alcanza.
Presente en 38 ciudades del territorio español, este ministerio sigue acercando el evangelio a contextos tan variados como hospitales, prisiones, hoteles, cuarteles militares o centros educativos.
¿Es posible que las emociones y los pensamientos que albergamos ante las situaciones límite distorsionen nuestra comprensión de Dios y su manera de proceder?
Una conciencia transformada por la verdad del evangelio no puede limitarse en un mundo plagado de limitaciones. Y quienes la poseen alcanzan a ser esos “luminares en el mundo”.
Donde antes había huertos, ahora hay cemento, hormigón y asfalto. Y no debería estar.
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