El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Necesitamos convertir la plegaria en una tormenta de sentimientos profundos, inconformistas y sinceros; necesitamos una oración que los admita, los suscite y los movilice.
Despojados de nuestras máscaras y personajes, solo quedamos nosotros mismos, lo que somos, frente al único tipo de “locura” que nos podemos permitir: el evangelio.
El CEO de Main Memory explica de qué forma se han involucrado para apoyar un proyecto que genere un cambio positivo.
Si el tronco de nuestra vida es el guion, bien redactado y ordenado, en los márgenes se encuentran todas aquellas anotaciones que nos recuerdan el fin de la misma que provoca el pecado.
La reciente riada en la Comunidad Valenciana ha suscitado numerosos comentarios sobre el Calentamiento Global.
A esta generación le ha caído el sambenito de “Generación de cristal”, pero va y resulta que, ante una catástrofe sin precedentes en su propia tierra, decide movilizarse.
El anfitrión de la COP 29 mantiene su bloqueo en el Corredor de Lachín, dificultando el acceso de ayuda humanitaria a la población armenia de la región y vulnerando otros derechos básicos.
Solamente huyendo de la superficialidad que parece caracterizar buena parte de nuestras relaciones y reflexiones, podemos hallar sentido a la agonía que nos alcanza.
Presente en 38 ciudades del territorio español, este ministerio sigue acercando el evangelio a contextos tan variados como hospitales, prisiones, hoteles, cuarteles militares o centros educativos.
¿Es posible que las emociones y los pensamientos que albergamos ante las situaciones límite distorsionen nuestra comprensión de Dios y su manera de proceder?
Una conciencia transformada por la verdad del evangelio no puede limitarse en un mundo plagado de limitaciones. Y quienes la poseen alcanzan a ser esos “luminares en el mundo”.
Donde antes había huertos, ahora hay cemento, hormigón y asfalto. Y no debería estar.
El Dios sufriente, Jesús de Nazaret, nos acompaña profunda y compasivamente conociendo y comprendiendo la profundidad del sufrimiento por experiencia.
Para Nicholas Winton, “si algo no era imposible, entonces debía haber una forma de hacerlo”. Estos son los únicos que ganan, los que en medio de la muerte traen vida. Y Cristo, como dice la Palabra, es las primicias.
Diecinueve ciudades españolas acogieron las marchas silenciosas Caminando por libertad, para sensibilizar sobre las víctimas de trata y la necesidad de que, como sociedad, actuemos ante esta lacra.
La exposición de nuestra tendencia al victimismo es tema común en la literatura y el cine. En su última película, Ruben Östlund recrea escenarios tópicos de forma poco convencional.
Hay fe allí donde se renuncia a afianzarla por medio de algo visible. Esta es la fe en el verdadero Dios que no es un fetiche, ni un ídolo sordo, ciego y mudo, ni un dios tapagujeros, sino el Dios de las personas y de la historia.
Si, incluso, hasta el concepto de verdad se puede debatir, eso significa que somos la civilización más pobre que ha existido.
Vaughan Roberts recordó que la verdad bíblica sobre la sexualidad es “una buena noticia”. Otros grandes desafíos contemporáneos -desigualdad social, pobreza o cambio climático- fueron abordados en el primer día completo en Lausana 4, en Corea del Sur.
Los líderes religiosos de todo el mundo tienen influencia y durante años World Vision ha aprovechado la asociación con ellos para influir en el cambio de las comunidades en las que trabajamos. Por Reentseng Phephetho.
Las condiciones en el campo de desplazados internos de Ichwa (Nigeria) son terribles, pero Abraham y su familia tienen esperanza gracias a Dios y a la Iglesia mundial.
¿De qué están cargados nuestros pensamientos? Las redes alimentan lo peor de nosotros, colocándonos en una espiral de negatividad.
Es esa voluntad de mantenernos, de conservarnos tal cual somos y estamos, lo que nos genera la angustia de no querer perder la vida. Ahí, dice el evangelio, la diferencia entre salvar y perder es inexistente.
Cuanto más “dios” quiere ser el ser humano, menos humano acaba siendo.
Plasmamos en objetos, lugares e incluso personas lo más íntimo de nuestros anhelos, aunque en realidad los reconocemos en nosotros mismos.
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