El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El pepino armenio no es un verdadero pepino, pero muy probablemente es el fruto al que se refiere la Escritura en Nm. 11:5 e Is. 1:8.
Los pelícanos han sido objeto de una profunda simbología espiritual ya que se les ha relacionado con el amor materno, la solidaridad y la caridad cristiana.
Los bellos ocelos policromos de la cola del pavo real simbolizaban, para los antiguos, el ojo de Dios que todo lo ve.
La mesa del rey Salomón estaba surtida de abundantes manjares excelentes, entre los figuraban los patos engordados.
En el salmo 23, Dios, como un buen pastor, dirige a su rebaño hacia praderas verdes regadas por abundante agua.
Los griegos empezaron a llamar “biblía” a los rollos de papiro y de ahí viene el nombre de las Sagradas Escrituras.
La paloma es el ave más mencionada en la Biblia. Su simbolismo alcanza su máxima expresión al identificarla con el Espíritu Santo.
Algunas mujeres de la Biblia recibían el nombre de palmera (thamar), que significaba esbeltez, prodigalidad o abundancia de frutos.
En la Biblia únicamente se clasifica a las aves es dos grandes grupos: puras e impuras.
En la Biblia se menciona la paja como símbolo de la inconsistencia humana, ejemplo de destrucción de los malvados y para condenar los juicios sobre los hermanos.
La oveja aparece en la Biblia con frecuencia, sobre todo en relación al ritual de los sacrificios y a la clasificación entre animales puros e impuros.
La Escritura indica que el oso era relativamente frecuente en Israel durante la época del Antiguo Testamento.
En la Biblia, las orugas de las mariposas son los “gusanos” que atacan a las plantas verdes y destruyen las cosechas.
En la Biblia se habla de las ortigas en relación a las haciendas en ruinas y a los campos abandonados.
La única vez que aparece la palabra “olmos” en toda la Biblia es en Oseas, ya que, en otras ocasiones el mismo término se tradujo por “encinas”.
La Biblia se refiere al olivo, así como a los productos que de él se obtienen, en numerosas ocasiones ya que no solo se usaba como alimento sino también como medicina.
En la Biblia solo se menciona de manera poética en el Cantar de los Cantares (6:11), con el propósito de destacar la hermosura femenina.
Los evangelios relatan cómo Jesús fue ungido con perfume de nardo puro, estando en Betania, en casa de Simón el leproso (Mc. 14:3; Mt. 26:6-13; Jn. 12:1-8).
Los murciélagos se mencionan en el Antiguo Testamento, en relación con la ley levítica que los declaraba impuros y prohibía taxativamente su consumo.
La Biblia indica que ciertos mulos se conocían ya desde antes del tiempo del rey David, bajo cuyo reinado se hicieron muy abundantes.
La mostaza es una de las semillas más minúsculas que el ojo humano puede ver. Pero cuando germina se transforma en un arbusto que puede alcanzar los 4 metros de altura.
Aparece en el Antiguo Testamento en una de las plagas de Egipto y en el Nuevo, Jesús lo usa como ejemplo de algo pequeño e insignificante.
El término “mosca” aparece una decena de veces en la Biblia (Ex. 8:21-31; Sal. 78:45; 105:31; Ec. 10:1; Is. 7:18).
“Moreras” o “morales” aparecen en 2ª Samuel 5:23-24 y 1ª Crónicas 14:14-15.
Es indudable que cada especie del planeta es portadora de una belleza especial.
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