El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Conocer y creer al Dios bebé, el Señor de Señores, nos ha enseñado que este mundo solo cambia cuando se buscan primero los valores del reino de Dios y su justicia.
Tú siempre eres más de lo que podamos imaginar.
Jesús escoge la alegría, el gozo, el disfrute humano de una sencilla boda de pueblo para darse a conocer.
El dinero no hace la felicidad, claro está, pero gracias a su convincente poder fascinador, produce algo tan parecido que la diferencia es cosa de especialistas.
El Jesús interpretado a partir de su vida, muerte y resurrección, con toda la carga de radicalidad evangélica que plantea, constituye lo no negociable del cristianismo.
Renunciar a los hechos es renunciar a la libertad. Si nada es verdad, todo es espectáculo.
En un mundo que se sujeta a sus propias falsedades, la verdad acaba resultando ser el consenso de la mayoría, aunque objetivamente sea absurda e increíble desde las propuestas de la razón.
El autor del libro de Eclesiastés analiza la existencia desde todos los ángulos posibles.
Añadimos nuevas propuestas al modelo de hombre por el que apuesta nuestro mundo desde la nueva “Religión del Mercado”.
Presento una radiografía de la sociedad que, aunque nos cause asombro, sorpresa y tal vez vergüenza, hemos edificado en las últimas generaciones.
¿Es posible existir entretenidos solo en cosas, de tal modo que la vida se nos escape entre las manos sin poder disfrutarla en realidad?
El vendrá, sin ninguna duda, lo ha prometido. La pregunta es ¿qué encontrará cuando lo haga?
La fe nos ofrece la posibilidad de continuar confiando en Dios, al mismo tiempo que aceptamos los límites de nuestra humanidad.
¿Existe otra forma de vivir? ¿O debemos conformarnos con ser parte del sumiso “rebaño lanar” en un mundo corrupto?
Habacuc es el portavoz de las grandes preguntas que creyentes y no creyentes se han hecho a lo largo de la historia.
En el escaparate de las apariencias, si yo me lo creo y los demás me lo confirman, ¿para qué quiero más? ¡Qué deshumanización más radical!
Es en momentos así donde se juega la fe cristiana el todo por el todo. Y, entonces, hay que preguntarse ¿Vale la pena creer en Dios?
¡Qué ejemplo el tuyo, Joana!! Nunca lo olvidaré.
La vejez no puede interpretarse como una vida perdida, porque se convierte en una existencia acumulada para que los demás contemplen su belleza y hermosura.
Dios está caminando en medio de los sanitarios que se enfrentan a situaciones imponderables que desbordan todas las posibilidades humanas.
Quiero detenerme en el valor sociocultural y espiritual de la paella, plato universal de Valencia y su provincia.
Las comidas de Jesús son signos liberadores capaces de acoger a los que siempre se les ha impedido participar de la mesa con los otros.
La política (el Parlamento) ha dejado de convertirse en la solución para ser parte del problema.
Jesús tuvo la audacia de pronunciar palabras que sonaron absolutamente subversivas, incluso para los discípulos.
¿La crisis de un sistema moral consiste en el hecho de que sus principios o mandamientos sean violados?
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