Añadimos nuevas propuestas al modelo de hombre por el que apuesta nuestro mundo desde la nueva “Religión del Mercado”.
¡¡Nada cambia hasta que deviene insoportable!!1
En el artículo anterior decíamos que, a veces, la vida por razones inesperadas nos da una tregua para pensarnos de nuevo y en serio de modo que podamos replantear si el mundo que estamos construyendo es de verdad el mundo que queremos y necesitamos o si, por el contrario, se hace necesario rectificar, reconstruir y cambiar el rumbo para crear otro diferente. Importa formularse con seriedad estos planteamientos porque, cuando uno mira la sociedad que hemos creado de inmediato surgen preguntas que ponen en crisis los fundamentos últimos sobre los que hemos construido nuestros modos de ser y de estar.
¿Qué queda de los valores y de los principios como vectores del comportamiento? ¿Qué permanece del ser humano que aspira a vivir junto a su prójimo en medio del mundo, cuando todo lo mide con el criterio de “valor de mercado”? ¿Es posible sobrevivir sin valores morales? ¿Puede la codicia y la supremacía competitiva instalarse como motor de toda actuación humana? ¿Es posible construir comunidades de convivencia en la sociedad hoy sobre la base del poder, el éxito y la violencia?
En continuidad con la primera parte de este tema, añadimos nuevas propuestas al modelo de hombre por el que apuesta nuestro mundo desde la nueva “Religión del Mercado” en la que vivimos, nos movemos y somos:
¿Cuáles son las virtudes del “Nuevo Hombre” en la Globalización Neoliberal?
1. Olvídate de las virtudes.
El sendero hacia el triunfo implica adentrarse en un escenario canalla, en el que deberás aceptar cualquier exigencia de encanallamiento, aunque sólo sea como imprescindible adaptación al medio. Eso de encanallamiento suena fatal, ¿verdad? Tranquilo, tampoco es para tanto. Cuando se va adquiriendo destreza y soltura en estas cosas se pierde con la misma facilidad cualquier atisbo de perspectiva moral2. Todo ha de apuntar a patrones de utilidad.
2. Olvídate de tu “yo” anterior.
Tú has “resucitado” a una nueva vida. Esto significa que vas a convertirte en el más excelente personaje de ti mismo a partir de una precisa “cirugía estética” de tu alma. Nada es gratis. Nada es gratis significa que al igual que sobre otros recaerán las consecuencias de tu éxito y pagarán por ello, tú también tendrás que pagar un precio. Aparecerá una nueva figura de ti todavía por moldear, pero a la que ya será posible asignarle el germen de dos atributos: El encanallamiento útil y la suplantación provechosa de identidad.
Cuando alcances el cenit que augura tu perfil de triunfador, el caudal de interesados y pelotas que surgirán a tu lado de entre las alcantarillas se encargarán de sacarle brillo a tus atributos personales. Palabra de honor que cuanto llegues a la cima, si eres capaz de mantenerte en ella, todas tus vilezas serán cantadas como ejemplar modelo de comportamiento, y tu adaptabilidad camaleónica como incontestable demostración de un sujeto cabal e íntegro.
Nada ni nadie te restituirá tanto como tu éxito personal en una sociedad de mendigos, chulos, chorizos, cortesanos y pícaros, y en la que nadie resulta ser quien parece o nos venden, desde el príncipe hasta el bufón. Hay que desprenderse de esa presunta ingenuidad con la que nos defendemos de tener que reconocer nuestro propio instinto depredador3. Ya que le has entregado al sistema tu alma, tu conciencia y tu libertad de pensar, no te conformes con menor compensación y busca auparte a la cúspide, que es el lugar en el que podrás encontrar las mejores contrapartidas.
3. Olvídate de los demás.
Memoriza la “doctrina” del capitalismo globalizador en la que has creído y a la que has prometido lealtad incondicional. Rememora lo que eras antes y a dónde has llegado. Comenzaste siendo un sencillo y corriente trabajador, pero te hiciste con un pisito de 60 m2 en un bloque de 10.000 viviendas del extrarradio de tu ciudad, a pagar en cómodos plazos en cincuenta años. A partir de aquí, fuiste poco a poco acumulando propiedades y bienes y sin necesidad de púlpitos ni espadas pasaste a convertirte en un nuevo burgués, individualista, acomodado y conformista y dejaste de preocuparte por minucias insignificantes como las necesidades de los demás y los problemas ajenos. Recuerda, pues, de dónde vienes y las aspiraciones de “estrellato personal” que laten dentro de ti, para que los demás, esos super-pringaos que te rodean, vean lo mucho que vales. Te necesitas a ti mismo, no te defraudes. La partida de la vida se juega en términos de “ellos o tú”4. Encarna los grandes “dogmas” en los que has creído para que te vaya bien.
Un proyecto de igualdad.
Jesús plantea y propone la igualdad en cuanto se refiere a la situación de todos y cada uno en la comunidad. De ahí que no tolere la pretensión de los que quieren situarse por encima de los demás cortando de raíz toda discusión sobre cuestiones relativas a los anhelos de primado (Mr. 10:34-35). En la comunidad de Jesús no puede haber rastro alguno de “primeros” Hasta tal punto esto es así, que él no sólo lo enseña insistentemente, sino que además lo encarna poniéndose por debajo de todos (Jn. 13:13-17).
Un proyecto de fraternidad.
El distintivo más importante del seguimiento de Jesús es la nueva relación que se establece con Dios como Padre. Pero, al mismo tiempo, eso supone y lleva incluidos no sólo unos determinados vínculos hacia Dios sino, además, un comportamiento que encarna amor, acogida y respeto por los otros como hermanos.
Mt. 23:8-9 – “Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis Padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos”.
Frente a las desigualdades y desequilibrios existentes en la religión judía y en la sociedad de su tiempo, Jesús quiere que su comunidad sea, por encima de todo, fraterna.
Un proyecto de solidaridad.
No se trata solamente de una comunidad en la que existe una verdadera igualdad, y en la que todos se sienten y se saben hermanos, sino que además se trata también de una comunidad cuya norma de vida es el amor. Desde este punto de vista, Jesús reduce las exigencias éticas a dos mandamientos inseparables:
Mt. 22:37-39 – “… Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”.
El compromiso entre los seguidores de Jesús tiene que llegar hasta el extremo de amar cada uno a los otros como el mismo Jesús los amó a todos. Jn. 15:12 – “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado”. No se puede establecer una meta más alta de entrega desprendida y generosa.
Un proyecto de acogida preferente a “los nadies”.
En la comunidad de Jesús, los pobres, los mancos, los ciegos, y los cojos son los que entran en el gran banquete comunitario (Lc. 14:21). Los presos, los cautivos, los oprimidos y los quebrantados de corazón son objeto de atención prioritaria (Lc. 4:18-21). Los que se pierden son buscados hasta dar con ellos (Lc. 15:1-10). Los que lloran y los que son perseguidos son declarados felices (Mt. 5:3-12), porque para ellos es, sobre todo, la “buena noticia”: “Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio” (Mt. 11:5).
En todos estos contrastes se expresa el trastorno radical de situaciones establecidas que María, la madre de Jesús, había profetizado como consecuencia de la presencia de Jesús de Nazaret en el mundo: “Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos” (Lc. 1:52-53). Se trata, sencillamente, de la construcción de una realidad de contraste frente al mundo.
Un proyecto de libertad.
Jesús no fuerza a nadie, ni para que entre a formar parte de la comunidad, ni para que se quede en ella. Al joven que no quiso aceptar su invitación al seguimiento, le dejó ir sin más (Mt. 19:21-22 ss). A los que están en la comunidad, no se les obliga a quedarse: “También vosotros queréis marcharos” (Jn. 6:67). A nadie se le retiene, a nadie se le fuerza.
Cuando en los evangelios se habla de la obediencia, nunca se trata del sometimiento de los miembros de la comunidad a una autoridad, aunque sea Jesús. Jamás se plantean las relaciones interpersonales en términos de mando y obediencia ciega, sino a partir de la experiencia esencial de la libertad5. Jn. 8:31-32 - “… Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.
A partir de aquí es preciso afirmar con toda claridad que una verdadera comunidad alternativa frente al modelo de hombre de la Globalización Neoliberal, es aquella en la que, desde la imitación y el seguimiento de Jesús, se dan estos rasgos distintivos: Igualdad, fraternidad, solidaridad, acogida preferente a “los nadies” y libertad. He aquí los signos que nos hablan de un cristianismo y de una iglesia que es más movimiento que culto ritual; más proyecto de transformación de la realidad que mera efervescencia religiosa6; más relación curativa con un mundo roto que palabras al viento ¿Y si la Iglesia se atreviese a creer y vivir así en medio de la sociedad? ¿Otro modelo de hombre y otro mundo serían posibles?
Notas
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o