El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Los años santos conservan el nombre del jubileo bíblico, aunque las medidas adoptadas y la espiritualidad promovida en estas circunstancias estén más relacionadas con el catolicismo medieval que con el mensaje bíblico.
No se vislumbra una reforma según el Evangelio sino sólo una recalibración de lo que el catolicismo romano siempre ha defendido doctrinal e institucionalmente.
El hecho de que los sacramentos no “causen” por sí mismos los resultados esperados, ¿no es una indicación de que la estructura causal en la sacramentología católica romana es más un esquema filosófico que una categoría bíblicamente realista?
La sacramentología católica considera a la Iglesia como “mediadora” de la gracia y contrasta radicalmente con el mensaje bíblico.
Entre la lectura crítica y la ecléctica se encuentra cuál es el enfoque adecuado de la fe evangélica frente a Tomás de Aquino y la tradición en general, siempre sujeta al escrutinio supremo de la Escritura.
Tras dos sentencias favorables, el Supremo italiano revoca la licencia como lugar de culto de la iglesia evangélica Breccia en Roma.
La valoración del papel activo del Hijo en la procesión del Espíritu desde el Padre ayuda a salir del callejón sin salida de pensar la procesión como “causada” por el Padre y el Hijo, con el riesgo de tener dos fuentes de divinidad y no una.
La Iglesia de Roma se ha apropiado de Tomás de manera persistente y convencida, elevándolo a teólogo católico romano por excelencia.
Con un centenar de iglesias evangélicas y una población de 4 millones de habitantes, Roma es sin duda un campo de misión.
Después del Vaticano II, ya no se trata de reconstruir una "síntesis medieval" perdida, sino de fomentar formas cada vez más avanzadas de catolicidad.
¿Cómo fue posible que el sociólogo más conocido por sus libros sobre la “sociedad líquida” viera la “luz” en el Papa?
El papa conduce a su iglesia hacia la forma más “católica” que jamás haya tenido, pero no hacia el evangelio de Jesucristo.
La metafísica partía de los “primeros principios” y llegaba a todos los recovecos y detalles de la vida humana. Con esta metafísica Roma luchó contra la Reforma Protestante, la Ilustración y el modernismo.
Orar con alguien es una actividad espiritual que presupone la existencia de vínculos espirituales, es decir, la comunión en Cristo.
La fe bíblica no teme enfrentarse públicamente a otros puntos de vista.
Con dos movimientos Francisco ha debilitado astutamente la “romanidad” de la iglesia tal y como la interpretaba el Papa Benedicto XVI.
‘Rapito’ se presentó en el Festival de Cannes 2023. Cuenta la historia real de Edgardo Mortara, un niño judío de Bolonia que fue secuestrado de su familia en 1858 y llevado a un internado católico por orden del tribunal de la Inquisición.
Roma acogió el sexto encuentro de la Red de Académicos y Líderes evangélicos, un grupo que estudia en profundidad el catolicismo y su relación con la teología y práctica evangélica.
El magnate italiano marcó la política del país desde su imperio televisivo, que usó para moldear la imaginación del público y alimentar la cultura consumista, individualista y sexualmente desorientada de nuestros días.
Para Gresham Machen, el liberalismo la principal amenaza para el Cristianismo bíblico. El catolicismo romano sólo recibe una mención superficial que, sin embargo, merece la pena considerar.
El cardenal sostiene que el impacto general de la Reforma ha sido negativo y debe considerarse superado por lo que Roma vivió en el Concilio de Trento y el Vaticano II.
Según Ratzinger, el cristianismo es el catolicismo romano y viceversa. Esta fue su convicción desde el principio hasta el final de su vida.
Estas son lecciones que he aprendido a lo largo de los años compartiendo el evangelio con católicos romanos.
En pocas palabras, según el cardenal, todos los seres humanos serán salvos por Cristo, con o sin fe en Cristo.
A pesar de ser “conservador” y “tradicional”, la suya era una ortodoxia católica romana completa donde no hay espacio para las “cinco solas” de la fe evangélica.
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