El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La sacramentología católica considera a la Iglesia como “mediadora” de la gracia y contrasta radicalmente con el mensaje bíblico.
Un poema de Marta Vázquez, tomado de la Red de Liturgia Clai, publicado en Poesía y Vida: Antología de poesía cristiana contemporánea, editorial Certeza, Buenos Aires, 1979. (Selecciona Isabel Pavón).
En la Eucaristía, el catolicismo romano pone en juego toda su cosmovisión: su visión de la realidad tocada pero no empañada por el pecado, la extensión de la encarnación en la iglesia, la divinización del hombre.
El señorío de Cristo sobre nuestra vida interfiere con nuestros intereses, ya sean económicos, sociales o de cualquier otra índole.
Dice Lukas Vischer que "el Consensus Tigurinus (1549) hizo posible el acuerdo para mantener la fraternidad con la Reforma de Zúrich".
Jesús no disfrazó la realidad, y menos estando al borde de la muerte.
Es evidente que no podemos encontrar mandatos o instrucciones específicas y directamente relacionadas con esta situación que nos toca vivir.
La Santa cena recoge y resume toda la fe cristiana.
Aunque estaban de acuerdo en mucho, discrepaban principalmente en la doctrina de la Cena del Señor.
El final de los cómics de Astérix nos recuerda a la historia por antonomasia, la Biblia. Las fiestas judías iban acompañadas de banquetes.
Nos invita a reflexionar sobre la relación de nuestra alma con Cristo y de la Iglesia con su esposo y Señor.
Cuando el diálogo se convierte en un asunto de desobediencia.
Una muestra de la poesía espiritual de la poeta y ensayista nacida en Caracas
Annie Sherwood Hawks escribió 400 himnos a lo largo de su vida, mayormente para su uso en las escuelas dominicales.
Existen en nuestras vidas muchos “señores” que hemos de desterrar, porque impiden el señorío absoluto de Cristo sobre nosotros.
Necesitamos estar más que dispuestos a obedecer a Dios, hacer lo que Él quiere, ir a donde Él quiera enviarnos, hacerlo a Su modo y en Su tiempo.
Ningún término humano está en condiciones de expresar adecuadamente la tremenda grandeza de la resurrección de Jesús
Evangelizar no es ofrecer una experiencia de liberación de sentimientos de culpa, como si Cristo fuese un superpsiquiatra sino proclamar a Jesucristo como Señor y Salvador.
Hay quienes argumentan que solamente es necesario predicar a Jesucristo presentándolo como el Salvador personal, sin mencionar la necesidad que tiene el pecador de rendirse ante Jesucristo como Señor, preocupados como están porque tal cosa signifique realizar alguna obra o mérito por parte del pecador.
La Palabra que viene del Señor habla por sí sola, no necesita este tipo de remaches.
Muchos nos sentimos seguros en nuestros refugios eclesiales y apenas salimos al mundo.
No pienses que Dios tiene que hacer lo que tú le dices. Él es infinitamente bueno, sabio y poderoso para cuidarte.
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