El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El desafío del totalitarismo se expresó tanto en la izquierda marxista como en los golpes de Estado que llegarían en los años 70 a países como Chile o Argentina.
Sus tres primeros libros son meras transcripciones de conferencias, editadas por distintas personas. La enorme influencia que tuvo fue personal, no por sus libros.
Müntzer y Grebel buscaron un mundo mejor. Les tocó vivir tiempos de cambios vertiginosos.
La fe cristiana nos compromete con el mundo y con el prójimo apaleado y tirado al lado del camino.
A diferencia de los actuales debates de apologética como espectáculo, Schaeffer no entendía que se podía dar testimonio de la fe sin interesarse por las personas.
La radicalización de Müntzer iba en ascenso y sin punto de retorno. Su fama trascendió.
Debería replantarse la iglesia para ver como puede ser mucho más efectiva en las transformaciones sociales que necesita el mundo.
Era un gran discutidor, pero no agresivo, sino amablemente persuasivo. Trataba de convencerte hasta con lágrimas en los ojos. El interés no era académico, sino sobre la verdad de la vida.
Los evangélicos dicen que hay que respetar a los representantes electos pero “rechazar las posturas de odio y las invectivas”. El RN dice que dará prioridad a la seguridad y a las restricciones a la inmigración.
Coincidían en que la Biblia era la autoridad. Pero su lectura de ella les llevó a interpretaciones distintas, que desembocaron en conductas contrapuestas acerca de cómo trasformar la sociedad.
Observad: Jesús nunca estuvo aferrado al poder temporal.
Historias como la de L´ Abri quedan para los libros sobre “héroes de la fe”.
Los nuevos anabautistas son los converso(a)s que hallaron en el anabautismo principios teológicos identitarios que hicieron suyos y que, además, se esfuerzan en practicarlos.
Creer, siempre implica el compromiso de amor y de acción, el compromiso de trabajar por la justicia en el mundo.
La diferencia para Schaeffer que hace al cristianismo distinto a cualquier otra religión, es que “Dios lo hizo todo”. Siempre acababa mostrando nuestra culpabilidad moral, para anunciar que Cristo murió por nosotros en la cruz.
Moltmann dijo que los anabautistas "fueron el único movimiento de reforma basado únicamente en la fe", porque "los anabautistas rechazaron los fundamentos de la religión estatal cristiana".
Un informe de la consultora Gallup en 2023 apuntaba que hasta el 44% de los trabajadores se sienten estresados. Ante semejante realidad, algunos se preguntan si podemos vivir crónicamente agotados.
Los años 30 del siglo XX en Madrid son el escenario de ‘La librera de Madrid’, novela en la que Mario Escobar homenajea a los libros y su poder de supervivencia ante los embates del fanatismo.
A veces, la necedad y el egoísmo hace que nos sintamos satisfechos ante la acumulación maldita.
Su pensamiento se vuelve europeo en Suiza durante los años 60, para acabar siendo precursor de la política moral cristiana al volver a Estados Unidos.
La extrema derecha y los nacionalistas no serán indispensables en el nuevo Parlamento Europeo pero sí sacuden el escenario nacional en países como Francia y Alemania.
La Confesión de Schleitheim fue conocida en círculos anabautistas acompañada de un escrito breve, las Reglas de orden congregacional.
La espiritualidad cristiana se podría definir así: estar aferrados a Dios, al Padre con una de nuestras manos, con nuestro corazón y también estar aferrados en compromiso con el prójimo.
Schaeffer se dio cuenta que lo que le faltaba era el amor. No podía distinguir lo fundamental de lo secundario porque el amor a la verdad no hacía que mostrara la verdad en amor.
A partir del 15 de mayo de 1527 tiene lugar el juicio contra Sattler, su esposa y los demás anabautistas presos.
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