El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Podemos expresar vida con nuestras palabras, o llenar de violencia a los que nos rodean con cada expresión que sale de nuestra boca.
Me siento tranquilo sabiendo que, no solo mi futuro, sino también toda mi vida está en las manos de Dios.
Dios es el médico del alma que jamás se equivoca, el especialista en curar y restaurar.
El mensaje de la carta es que aunque desistamos de nosotros mismos, Dios sigue trabajando para restaurarnos.
Porque esas situaciones imposibles que se vencen, no son tan milagrosas por su improbabilidad, sino porque nadie antes había creído que podrían realizarse.
En esta carta Pablo habla sobre la importancia de ser fiel a Jesús hasta el final.
El mundo gira en torno a los pensamientos y los deseos de Dios, porque esos pensamientos y deseos son de bien para toda la humanidad.
Necesitamos pasar tiempo examinándonos a nosotros mismos. Reflexionar sobre lo que estamos haciendo y lo que está sucediendo en nuestra vida.
Tarde o temprano todos pasamos por situaciones difíciles, así que debemos recordar algunas de las lecciones más importantes.
Hoy vivimos un cristianismo que se esconde en el lujo y la apariencia porque sólo busca el éxito y la grandeza.
La segunda venida de Cristo da esperanza al creyente en medio del sufrimiento.
Todos tenemos siempre la posibilidad de escoger lo que tenemos dentro de nosotros, lo que permitimos que salga de nuestro corazón.
Sólo quien ama puede perdonar de verdad. Cualquier otra decisión tomada con una motivación diferente, simplemente nos lleva a “componendas” que tarde o temprano se vienen abajo
Cuando sabemos que Jesús va a volver y vivimos agradecidos, descubrimos la vida cristiana.
El ejemplo es siempre más importante que las palabras y la clave en la familia es estar preparados siempre para amar, enseñar, bendecir y abrazar.
No podemos llamarnos cristianos si Jesús no ocupa el centro de nuestra vida.
El dolor del alma nos va destruyendo poco a poco, casi sin darnos cuenta.
Él nos ayuda a ser diferentes, comprometidos, llenos de valor para defender lo que es justo y dependiendo siempre de las fuerzas que él nos da para no abandonar nunca.
Desde la cárcel, Pablo habla más que en ninguna otra carta de la alegría.
La filosofía reinante es que el individuo está por encima de todo, y los derechos que se derivan de sus deseos personales tienen que ser respetados.
Disfrutamos de todas las bendiciones espirituales en la persona de Cristo.
El problema comienza cuando pensamos que jamás nos van a defraudar. La verdad es que no podemos estar seguros ni de nosotros mismos.
Parece difícil saber envejecer. Creo que no es tanto por el paso del tiempo, sino por la sensación de que estamos perdiendo “cosas”.
Nuestra vida no depende de nuestras tradiciones o costumbres, sino de la dependencia de Dios.
El programa evangélico de la televisión pública autonómica lanza una edición pionera del ‘Evanxeo segundo Xoán’.
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