‘Last call’, parábolas modernas en un formato atractivo

El nuevo libro de Jaime Fernández Garrido, comunicador evangélico de extensa trayectoria, nos invita a una aventura: la de conocer el propósito de nuestra vida y aprovechar cada momento, dando sentido a nuestro día a día con una perspectiva eterna.

‘Last call (última llamada): tu mejor aventura va a comenzar’ (Abba, 2019) es una colección de historias del cine, deporte, música o la vida misma, que conllevan una reflexión para hacernos pensar en las cosas importantes. El libro cuenta con un diseño sólido y atractivo, con más de 100 fotografías a toda página y a todo color. Un formato diseñado por el equipo de Latido Creativo, cuya propuesta hace del libro una opción interesante para regalar a compañeros, amigos o familiares, también a aquellos que no compartan la fe evangélica, dado que su lenguaje y formato creativo consiguen saltar la barrera “teológica” que a veces se puede producir con otros libros.

Pregunta. Cuéntanos por qué el título del libro “Última llamada”.

Respuesta. El título e nos ocurrió porque es lo que se dice en un aeropuerto justo cuando va a comenzar un viaje. El libro plantea la vida como una aventura, un viaje que merece la pena, y dependiendo de qué haces, con quién vas, los objetivos, las motivaciones, puede ser una aventura o un desastre. Y la vida Dios la diseñó para ser una verdadera aventura. En nuestro mundo, sobre todo en este primer mundo, vemos la vida como un desastre y no debería ser así. Por eso el título de subirse a esa aventura. El título surgió al meditar en Juan 10:10, donde Jesús dice que ha venido para que tengamos una vida abundante, una vida extraordinaria. Eso es lo que Dios quiere para nosotros desde ya.

P. En este libro encontramos breves historias de música, cine y deportes. ¿Crees que sería algo así como unas modernas “parábolas” que nos ayudan a entender situaciones más profundas de la vida?

R. Sin duda, las parábolas y las historias son las que hacen que las personas puedan comprender de qué hablamos. Jesús fue el mejor maestro de la humanidad, porque sabía no solo contar las historias, sino dejar también que las personas las interpretaran. Cuando escuchas una historia qeu Jesús cuenta, tu vida no es igual, la palabra transforma todo tu entorno. Nos gustaría que las personas, al leer una historia, al ver una parábola moderna del cine, del deporte, de la música o de la vida misma, entiendan qué hay detrás, dándose cuenta que la vida es más importante de lo que imaginamos, es el primer gran regalo que nos dio. No se puede vivir mejor que de la mano de quien nos creó. Por eso necesitamos las parábolas para entender lo que quiere decirnos. Además, mucha gente hoy no quiere escuchar nada que tenga que ver con Dios. Por eso necesitamos las parábolas para que puedan llegar al fondo de su corazón y vean que Dios sigue hablándoles.

P. En varias historias apuntas a la necesidad de recuperar la perspectiva sobre qué es lo importante en la vida. ¿Será que en nuestro mundo occidental, con tantas distracciones y atracciones temporales, estamos perdiendo este sentido de dedicar tiempo a lo verdaderamente importante?

R. Hay dos líneas importantes de lo que está ocurriendo. La gente no tiene el tiempo y, a veces dudo, la capacidad de pensar.  Todo lo queremos hecho. No nos damos cuenta que en el proceso de todo, en el trabajo, en los viajes, lo bonito es el proceso, es parte de lo que estás haciendo. La gente se pierde los procesos. Los medios, los líderes sociológicos, prefieren que no pensemos porque así consumimos todo lo que nos den. Entre que no nos dejan pensar, no queremos pensar y (la segunda línea) no tenemos tiempo para pensar hace que vivamos la vida a una velocidad que no nos permite disfrutar. En las redes sociales la gente está preocupado de subir fotos, vídeos de los momentos que está viviendo, y no se dan cuenta que no están disfrutando. No digo que no podamos hacer esto, pero sí que hemos dejado de disfrutar. Queremos hacerlo todo rápido. No hay nada que se compare con una charla con un amigo, un paseo hablando de lo trascendental. Esto se ha perdido por completo en el primer mundo. Incluso la propia relación con Dios se trata de conversar, de hablar, de orar, de decirle lo que tenemos en nuestro corazón. Si perdemos eso, lo perdemos todo.

P. El diseño y el formato del libro es muy atractivo. ¿Es algo que también habéis trabajado?

R. El atractivo de la presentación era uno de los objetivos. Estoy un poco cansado de que expliquemos las cosas de Dios sin creatividad, sin gusto. Eso no tiene sentido porque Dios es el ser más creativo e impresionante que existe. Su creatividad es infinita. ¿Cómo sus hijos expresamos el mensaje de cualquier manera? ¡No puede ser! Tenemos que desarrollar la creatividad, la imaginación, para que aquellos que no quieren responder al mensaje, por lo menos quieran escucharlo y lo vean lo suficientemente atractivo para que vean de qué trata. Nuestro Padre celestial espera que tengamos la capacidad de hacer como él, y debemos abandonar la pereza. Detrás de muchas de nuestras iniciativas lo que hay es pereza, que la Biblia dice que es pecado. Tenemos que volver a la disciplina de la imaginación, aunque parezcan palabras contrapuestas, tienen mucho que ver la una con la otra.

P. Algo más que quieras agregar…

R. Este libro va a ayudar a personas que no conocen al Señor puedan tener un acercamiento. La clave está en que cuando tú regales este libro a alguien, eso también será una aventura, porque la persona leerá las historias, hablará contigo sobre ellas, va a preguntarte cosas. Para mí eso es clave, porque la evangelización es personal al cien por cien. Los medios evangelísticos que hemos inventado son buenos, pero el original es cara a cara, persona a persona. El libro va a “obigar” a que haya esta relación. Todos los libros que hemos regalado, aún las personas que lo leen, ponen frases en redes sociales. El siguiente paso es que nosotros expliquemos cómo estamos viviendo la aventura de tener a Dios en la vida y como esto puede transformarlo.

El libro se puede conseguir en Mi tienda evangélica (Abba).