El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Y, con los mismos aparejos de siempre pero con una determinación renovada, se hizo a la mar.
Si los temores anunciados se confirman y las grandes y poderosas compañías farmacéuticas siguen mirando hacia otro lado, es posible que los últimos longevos seamos nosotros.
Dice una canción popular: “No se trata de llegar primero, sino que hay que saber llegar”.
¡Qué manera tenemos los humanos de entender lo que es la soberana voluntad de Dios cuyos pensamientos no son como nuestros pensamientos y sus caminos muy diferentes a los nuestros!
El abuelo contaba a su nieto una historia. Siempre era la misma aunque nunca igual a la anterior.
Si queremos ver cambios en la tarea de evangelizar, tenemos que desmontar muchas de las estructuras que hemos construido y volver a la sencillez del mensaje de Jesús.
Comparto un relato de la escritora valenciana Pilar Dobles.
Llegan volando desde lejanas tierras, se detienen en el primer árbol que encuentran, hacen su nido a la carrera.
Antes se hacía diferencia como algo cuasi sacrosanto entre informar y opinar.
He venido siguiendo con verdadero estupor los acontecimientos que tienen lugar en España.
La cinta de los patitos sigue girando. Y el sistema sigue fabricándolos.
Leer es al espíritu lo que es la comida al cuerpo.
Los que quedamos seguimos sintiéndonos conectados a ellos. Los recordamos. Honramos su memoria.
La instantánea superior es todo un canto al vencedor.
Como canuto, tengo una ilusión, que no es quimera inalcanzable sino algo que días más días menos, será una realidad.
El escritor no puede ser, él mismo, su editor.
Lo normal en la vida es nacer joven y morir viejo. Sin embargo, es posible revertir ese orden lógico.
El traductor de libros cristianos es, por lo general, un buen lector y, casi necesariamente, también tiene que ser un buen escribidor.
Dedicado a los escritores anónimos y a los escribidores desapercibidos.
Las masas, al no encontrar en la política y en la religión un punto de apoyo a sus propias inseguridades, ahora se vuelcan a los estadios.
Daba la impresión que la ascendencia sobre su descendencia había cesado..
Aunque en la vida hay cosas que sí se pueden cambiar y otras que sí se pueden reemplazar; hay también las que no tienen posibilidad de cambio.
No fuimos hechos para la soledad. Necesitamos compañía.
Posiblemente desde su nacimiento, ha vivido inmerso en una oscuridad indescifrable. Ceguera total.
Y el profeta sigue orando. Sin descanso. Sin dudar. Sin cuestionar a Dios. Con fe. Con persistencia. Con la certidumbre de que la respuesta vendría.
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