La posibilidad de lo imposible

Karim Benzema, jugador del Real Madrid, de uniforme oscuro, recibió la bola de un saque de manos magistral de Cristiano Ronaldo, la llevó “mordiendo” el límite de la cancha custodiado por tres jugadores del Atlético (en la foto falta uno) y, en un intento imposible, superó la imposibilidad, pasó la bola a un compañero de equipo quien hizo el gol. *El partido se jugó el 10 de mayo en el estadio “Vicente Calderón”, la casa del Atlético de Madrid.

Lo que hizo Benzema es apostar al todo o nada y ganar. No fue él quien recibió los abrazos; fue Isco, su compañero quien mandó la bola al fondo de la red. 

La instantánea superior es todo un canto al vencedor. La incidencia no duró más de treinta segundos, pero el mensaje es imperecedero: Es posible hacer posible lo imposible.

Andy Andrews en su libro Las cosas pequeñas cuenta que 51 editoriales rechazaron –una tras otra—su novela The Traveler’s Gift (El regalo del viajero). Pero nunca dejó de creer en él. Sus amigos le decían: «No sigas insistiendo», «Estás haciendo el ridículo», «Acepta la realidad y sigue con tu vida», «No queremos ser groseros contigo pero cincuenta y una de las editoriales más importantes, las más reconocidas del mundo coinciden en que la novela que escribiste no merece ser publicada». Pero Andrews —como Karim Benzema— porfió y porfió. Y la editorial número 52 le dijo que sí la publicaba. Hasta ahora, se han vendido millones de ejemplares.

Si creemos en nosotros mismos enfrentaremos las imposibilidades, sean cuales fueren, como lo hicieron Benzema y Andrews. Y tantos otros, cuyas hazañas se hicieron realidad partiendo de una decisión inquebrantable de lograr el objetivo propuesto.

Posiblemente en nuestro currículo personal haya experiencias parecidas a las de ellos; posiblemente haya casos en que nos dejamos vencer por el desaliento y claudicamos. Todos libramos una lucha muy personal por la vida. Todos en algún momento hemos saboreado el dulce néctar del triunfo y todos alguna vez hemos tenido que beber la amarga copa de la derrota. Pero el principio se mantiene inalterable: Es posible hacer posible lo imposible.