El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
¡Confía en mí! Oigo en mi interior esos vocablos que tanto bien me han de proporcionar pero admito tanto me cuesta asumir.
Un poema de Amalia Bautista (selecciona Isabel Pavón).
Vender el alma al diablo también es, de alguna manera, una metáfora sobre el dar importancia material a lo que no lo merece a costa de lo que sí lo merece.
No hay nada tan insatisfactorio como una voluntad aparentemente satisfecha en aquello que no satisface.
En Haití también nos gusta tener deseos para el nuevo año, por muy imposibles que parezcan.
Última parada en este canto de amor, donde no hay que buscar simbolismos escondidos, sino entender cómo el libro desgrana el sentimiento humano del deseo.
El lamento permanente es vivir estancado y no ver más allá de nuestras propias limitaciones.
La venida del Hijo de Dios al mundo supone el cumplimiento de los deseos más preciados. Los justos se gozan en el otorgamiento por Dios de lo que habían estado aguardando.
¿Somos conscientes de que el viejo y precioso tema, muchas veces distorsionado de la Navidad, este año está más presente qué nunca?
Eso que buscamos y no tenemos, en definitiva, son diferentes facciones del anhelo de salvación que toda persona tiene dentro.
Freud aprendió más de los grandes maestros de la literatura universal que de los grandes psicólogos. Entre estos maestros no pudo faltar Cervantes.
Poema de una creyente que ya está con el Señor, traducido al castellano por Leopoldo L. Samprón.
Y “Desde el Corazón” veo, que no rendirse es también estar en lo que debemos y ser conscientes de lo que hacemos.
A algunos, ser leal a Dios les cuesta la vida. Hay lugares ahora mismo donde matan a los cristianos simplemente por serlo. ¿Estamos dispuestos a vivir con ese riesgo?
En el estrato más profundo de nuestro ser, se encuentra reprimido el deseo vehemente por la vivencia del tiempo indefinido.
La felicidad no está en el poseer cosas que, una vez poseídas, se desvanecen en nuestras manos.
Hasta algo bueno puede convertirse en una pesadilla cuando gobierna completamente nuestro corazón, nuestra mente o nuestra manera de actuar.
Dios quiera que el año 2015 sea un año en el que los creyentes comprometidos alcen sus voces proféticas denunciando toda situación injusta y promocionando los valores de justicia del Reino.
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