No hay nada tan insatisfactorio como una voluntad aparentemente satisfecha en aquello que no satisface.
Aprovechando la erótica actual de lo tecnológico, que ha convertido hasta el hecho de abrir el embalaje de un teléfono móvil o un ordenador en una experiencia sensorial y ‘digna’ de ser narrada, una de las series del momento es Halt and catch fire (2014), en alusión a la instrucción de código máquina que hace que la unidad central de procesamiento del ordenador deje de funcionar.
[ads_google]div-gpt-ad-1623832500134-0[/ads_google]
Y es que la serie, que crean para AMC Studios Christopher Cantwell y Christopher Rogers, comienza precisamente en los albores de la informática contemporánea. Desde ahí, la historia es sencilla y, en ocasiones, hasta previsible. Un equipo de personajes realmente diferentes tienen que trabajar juntos en el desarrollo del primer ordenador portátil, las primeras páginas de juegos digitales por suscripción y así hasta la idea de la ‘World Wide Web’, las tres ‘w’ que encabezan cualquiera de nuestras búsquedas en internet.
Un elenco bien escogido, entre el cual destaco la elección de Scoot McNairy para uno de los papeles protagonistas, así como una representación histórica minuciosa, que recoge con precisión el paso de los años en los que transcurre la historia, hacen que la serie sea todo un icono temático, una delicia para los nostálgicos y los amantes de la tecnología social.
[photo_footer]El de la actriz Mackenzie Davis es otro de los nombres destacados del reparto. / Fotograma de la película, Filmin.[/photo_footer]
Halt and catch fire recoge el frenético desarrollo de la informática contemporánea. Esa historia sin momentos de descanso ni de inactividad, protagonizada por una industria siempre insatisfecha y siempre compitiendo por crear nuevas necesidades y proporcionar respuestas para ellas (ordenadores menos pesados, con mejor resolución de imagen, con un procesamiento más rápido, etc.).
El cuadro general de la narrativa es detallista y fidedigno. Aparece el gigante de IBM, las todopoderosas siglas del momento, así como las ferias y los salones especializados en los que cada cual promociona su idea con tal de convencer a algún inversor y comenzar a rentabilizar su proyecto. Pero también se refleja la incipiente influencia del sudeste asiático en el mercado, para disgusto del inflado ego estadounidense.
[ads_google]div-gpt-ad-1623832402041-0[/ads_google]
La exacerbada competitividad se acaba convirtiendo en el patrón que da forma a toda realidad: ya no solamente se trata del trabajo, sino que las relaciones de amistad, románticas, matrimoniales y familiares se contemplan desde un crudo utilitarismo que selecciona, excluye, quiebra y recompone las vidas de los personajes.
El aire intelectual que acompaña a la idea de desarrollo (al que da vida, sobre todo, el personaje de Lee Pace), parece que sirva a veces de justificación para todo. Y es que la idea de la evolución tecnológica también aparece vinculada en la serie a la idea de una sociedad que emerge del rigor tradicionalista y de una ética moral más definida a las fronteras de lo inexplorado y lo ilimitado.
Por eso, en Halt and catch fire no hay, un orden, excepto cuando se habla del trabajo. Y paradójicamente todo tiene que ver con el trabajo. No se habla de ordenadores sin observar las nuevas propuestas sexuales, al mismo tiempo que el desarrollo tecnológico supone la punta de lanza contra ese modelo de vida estadounidense en el que la familia es algo inamovible, aquello de lo que depende todo tejido social y nacional. En este sentido, la serie es toda una declaración de intenciones, un desafío a la cultura de la época y al american way of life, aunque acaba asumiendo los tópicos de lo políticamente correcto con los que cargamos ahora.
[photo_footer]Los conflictos personales, de una profundidad realmente humana, marcan el desarrollo del ritmo de la serie. / Fotograma de la película, Filmin.[/photo_footer]
En las series de época, es fácil dejarse llevar por el ambiente, los detalles y la reproducción, en general, del momento histórico al que se alude. Además, la forma en la que conectan y se relacionan entre sí los personajes de la trama también suele acabar distrayendo de una reflexión más profunda. Y Halt and catch fire la tiene. No solo por su retrato de la ambición que a veces nos caracteriza a todos, capaz de reducirnos a criaturas insatisfechas, sino también por lo que representa esta ambición.
En realidad, se trata del estado inalterado de los deseos y los anhelos con los que todos nacemos. Da igual el nombre que le pongamos a nuestro sueño, sus detalles o características. Representa el corazón de una voluntad que descansa y vive para el ego. De hecho, para los personajes de Halt and catch fire, la tecnología supone una vía con la que expresar y satisfacer esos afanes propios. O, mejor dicho, intentarlo, porque su historia es la del descontento general que puede caracterizarnos a todos. Incluso cuando obtenemos éxitos visibles en aquello a lo que nos dedicamos.
No hay nada tan insatisfactorio como una voluntad aparentemente satisfecha en aquello que no satisface. Básicamente, porque en esta vida, habitualmente, aquello a lo que nos referimos como satisfacciones acaba requiriendo de nosotros arduos sacrificios y un trabajo penoso, como diría el autor de Eclesiastés (6:7). Y para cuando tratamos de disfrutar de esa satisfacción, el efecto de nuestro agotamiento es tan grande, que todo nos parece cada vez más irrelevante y carente de valor.
La Biblia habla de la transformación de esa voluntad, del núcleo mismo de nuestro deseo, por el poder de Dios, a través del Espíritu Santo. La consecuencia de dicha transformación tiene un efecto sobre nosotros, y es una gracia que se nos permita contemplarla en parte ahora. Pero su máxima expresión es la realidad de nuestra salvación eterna (Efesios 2:3-7).
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o